Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero
Director: Andrew Adamson
Intérpretes: Georgie Henley, William Moseley, Skandar Keynes, Anna Popplewell, Tilda Swinton.
Lo bueno: La adaptación en general; perfecto equilibrio entre lo tradicional y lo moderno.
Lo mejor: Las actuaciones.
Lo malo: Defectos de origen; por fortuna ninguno lo suficientemente grave como para echar a perder la experiencia.
Calificación: *****
Tengo que advertirles, antes que nada, que no soy muy fan de los libros de Narnia que digamos... de hecho, C.S. Lewis me gusta más como ensayista que como novelista, pero como sea, fui a ver esta película con bastante emoción contenida. ¿Qué les puedo decir? Hacía mucho, pero muchísimo tiempo que el cine no me impresionaba de esta manera.
No fueron los efectos especiales (impecables), ni los escenarios (magníficos), ni la adaptación de la historia (muy buena, con todo y dos que tres detallitos, como un cambio de nombre que me pareció innecesario y ciertas escenas comprimidas), ni las actuaciones (brillantes). Creo que fuela gente. Voy a repetir la película en cine sólo para observar el efecto que causa en el público (porque no había visto nada semejante desde que mi director ex-favorito Terry Gilliam se le vendió al cine gringo intelectualoide). Intentemos descubrir qué fue lo que sucedió.
La película cuenta la historia de los niños Pevensie, que, como refugiados de la Segunda Guerra Mundial, tienen que irse a vivir a la casa de campo de un excéntrico profesor. Durante un juego de escondidas, la menor de los niños, Lucy, descubre un viejo ropero... que resulta ser una puerta a un país fantástico, Narnia.
Eventualmente, sus hermanos Peter, Susan y Edmond llegan también ahí, y se dan cuenta deque han sido arrancados de una guerra para meterse en otra: Narnia está bajo el dominio de Jadis,la Bruja Blanca , que ha sumido al mundo en un invierno eterno; y su enemigo, el león Aslan, ha regresado, todo como respuesta a cierta profecía en la que los cuatro niños tienen bastante que ver...
Tanto si ya leyeron el libro como si no, es seguro que la película les dejará un muy buen sabor de boca. El director Andrew Adamson tiene ya en su haber dos muy buenas películas del género (Shrek y Shrek 2) y sin duda es fan de la serie, o al menos se tomó la molestia de comprenderla muy bien (de sorprender que alguien tan anti-disneyano haya estado trabajando para la distribuidora Buena Vista ).
La adaptación está hecha con tal delicadeza que dudo mucho que inclusive los puristas tengan de qué quejarse. Las escenas añadidas al principio (el bombardeo sobre Londres) sentaron a la perfección el tono y la época de la historia*, y los momentos extra de conversación y juegos entre los hermanitos no movieron lo esencial del mensaje. Me dio gusto en especial que el director no suavizara las alegorías religiosas (y que tampoco se las embarrara a nadie en la cara, con todo que un cristiano va a captar infinidad de detallitos extra) y que no cayera en la tentación de ser políticamente correcto y poner a pelear a las dos niñas (aunque tuvo que meter alguna que otra figura femenina en las escenas de batalla).
Los escenarios están que quitan el aliento, al igual que todo el aspecto visual de la película. ** Los efectos especiales son de lo mejor: apenas se sienten. Y sí, la película podrá traer con algunos defectillos de origen, es decir, que vienen desde la novela original (hasta eso, el director los torea con habilidad): que si la historia es muy infantil, que si muy simple y obvia, que si a ratos se siente extravagante, medio sexista y hasta racista... Nada de esto la echa a perder.
Pero sin duda las actuaciones son el plato fuerte.La altísima Tilda Swinton , impresionante como la Bruja Blanca (¿qué hubiera pasado si Nicole Kidman hubiera aceptado el trabajo?), y cada uno de los niños, están perfectos en su papel; en especial Georgie Henley como Lucy y Skandar Keynes como Edmond.
¿Qué fue lo más interesante de todo? En la función que me tocó, al menos, fue que los niños comenzaron a aplaudirle al león en momentos clave. Yo pensaba que lo hacían por botaneársela; ¿qué otra cosa se me podría ocurrir si el cine estaba lleno de críos fastidiosos y que uno de ellos había gritado “esos son gays” cuando nos pasaron un comercial de una clínica de depilación con modelos físico- culturistas? Pero me di cuenta, para mi sorpresa, que la película había obrado su magia (muy al estilo del viejo Terry Gilliam), y que los aplausos eran DE EN SERIO. Y al final no sólo los niños aplaudieron. (Nunca aplaudo en el cine, pero me emociona que el resto del público lo haga).
Sin duda, no querrán perdérsela.
Recomendaciones: Muy buena tanto para fans de la serie como para recién llegados; para cristianos y no cristianos, para niños igual que para adultos y en general para cualquiera que desee pasar un buen rato o ponerse a reflexionar y profundizar en los pequeños (y a veces muy obvios) mensajes sobre el bien y el mal, el amor, la amistad y el sacrificio.
Abstenerse: Amargados.
Notas: * ¿Será que no estoy siendo muy objetiva que digamos? Cuando, hace poco más de diez años, adapté Narnia como escenario de juego de rol para unas actividades de media hora en un festival parecido a la feria del libro, en Guadalajara, partí de hecho de los bombardeos a Londres. Muy probablemente parte de mi alabanza a esta adaptación es porque yo la hubiera hecho igual. Vaya con el ego inflado... Eeeeennn fin... (que bueno que mis garras no tocaron esto, porque mi versión para el juego incluía, también, una verdadera revoltura de personajes de Narnia de diferentes épocas. Jadis siempre fue mi mejor opción de villana... había que combatirla aunque fuera como aliados del príncipe Caspian. Gulp).
** Y ya que en asuntos visuales andamos, he de confesar que fue hasta ayer en la película que por fin supe qué demonios era el Turkish Delight, y que me había imaginado al personaje llamado señor Tumnus (un fauno) como cualquier cosa... menos sexy. Y... ¡santo cielo! ¡El actor que lo interpretó (James McAvoy, bastante ordinario como Leto hijo de Paul Atreides en la miniserie Hijos de Dunas del Sci-Fi Channel) aquí está como para comérselo en birria!
Y hablando de escenarios y videojuegos, ¿conocen la serie de Mana, de la compañía japonesa Square paisajes y culturas tan dispares que uno se preguntaba? Cuando jugué el segundo de la serie para SuperNES (que de este lado del mundo se llamó Secret of Mana), algo que me llamó muchísimo la atención fueron sus escenarios. Lo primero que pensé, recuerdo, fue: “Ehhhh... ¿de casualidad esto no es Narnia?” No, no lo era; era el mundo de Mana y punto.
Pero Mana lo tenía todo: cómo estaban todas en el mismo sitio, un Santa Claus que no se sentía fuera de lugar, animales que hablaban, seres mitológicos en paella... Para cuando lo jugué sólo había leído El león, la bruja y el ropero, pero de ahí en adelante no pude imaginarme Narnia sin la estética rara, ecléctica y ajaponesada, de los juegos de Mana. El primer título que salió para Playstation 1, Legend of Mana, me hubiera encantado como modelo para esta película.
No fueron los efectos especiales (impecables), ni los escenarios (magníficos), ni la adaptación de la historia (muy buena, con todo y dos que tres detallitos, como un cambio de nombre que me pareció innecesario y ciertas escenas comprimidas), ni las actuaciones (brillantes). Creo que fue
La película cuenta la historia de los niños Pevensie, que, como refugiados de la Segunda Guerra Mundial, tienen que irse a vivir a la casa de campo de un excéntrico profesor. Durante un juego de escondidas, la menor de los niños, Lucy, descubre un viejo ropero... que resulta ser una puerta a un país fantástico, Narnia.
Eventualmente, sus hermanos Peter, Susan y Edmond llegan también ahí, y se dan cuenta deque han sido arrancados de una guerra para meterse en otra: Narnia está bajo el dominio de Jadis,
Tanto si ya leyeron el libro como si no, es seguro que la película les dejará un muy buen sabor de boca. El director Andrew Adamson tiene ya en su haber dos muy buenas películas del género (Shrek y Shrek 2) y sin duda es fan de la serie, o al menos se tomó la molestia de comprenderla muy bien (de sorprender que alguien tan anti-disneyano haya estado trabajando para
La adaptación está hecha con tal delicadeza que dudo mucho que inclusive los puristas tengan de qué quejarse. Las escenas añadidas al principio (el bombardeo sobre Londres) sentaron a la perfección el tono y la época de la historia*, y los momentos extra de conversación y juegos entre los hermanitos no movieron lo esencial del mensaje. Me dio gusto en especial que el director no suavizara las alegorías religiosas (y que tampoco se las embarrara a nadie en la cara, con todo que un cristiano va a captar infinidad de detallitos extra) y que no cayera en la tentación de ser políticamente correcto y poner a pelear a las dos niñas (aunque tuvo que meter alguna que otra figura femenina en las escenas de batalla).
Los escenarios están que quitan el aliento, al igual que todo el aspecto visual de la película. ** Los efectos especiales son de lo mejor: apenas se sienten. Y sí, la película podrá traer con algunos defectillos de origen, es decir, que vienen desde la novela original (hasta eso, el director los torea con habilidad): que si la historia es muy infantil, que si muy simple y obvia, que si a ratos se siente extravagante, medio sexista y hasta racista... Nada de esto la echa a perder.
Pero sin duda las actuaciones son el plato fuerte.
¿Qué fue lo más interesante de todo? En la función que me tocó, al menos, fue que los niños comenzaron a aplaudirle al león en momentos clave. Yo pensaba que lo hacían por botaneársela; ¿qué otra cosa se me podría ocurrir si el cine estaba lleno de críos fastidiosos y que uno de ellos había gritado “esos son gays” cuando nos pasaron un comercial de una clínica de depilación con modelos físico- culturistas? Pero me di cuenta, para mi sorpresa, que la película había obrado su magia (muy al estilo del viejo Terry Gilliam), y que los aplausos eran DE EN SERIO. Y al final no sólo los niños aplaudieron. (Nunca aplaudo en el cine, pero me emociona que el resto del público lo haga).
Sin duda, no querrán perdérsela.
Recomendaciones: Muy buena tanto para fans de la serie como para recién llegados; para cristianos y no cristianos, para niños igual que para adultos y en general para cualquiera que desee pasar un buen rato o ponerse a reflexionar y profundizar en los pequeños (y a veces muy obvios) mensajes sobre el bien y el mal, el amor, la amistad y el sacrificio.
Abstenerse: Amargados.
Notas: * ¿Será que no estoy siendo muy objetiva que digamos? Cuando, hace poco más de diez años, adapté Narnia como escenario de juego de rol para unas actividades de media hora en un festival parecido a la feria del libro, en Guadalajara, partí de hecho de los bombardeos a Londres. Muy probablemente parte de mi alabanza a esta adaptación es porque yo la hubiera hecho igual. Vaya con el ego inflado... Eeeeennn fin... (que bueno que mis garras no tocaron esto, porque mi versión para el juego incluía, también, una verdadera revoltura de personajes de Narnia de diferentes épocas. Jadis siempre fue mi mejor opción de villana... había que combatirla aunque fuera como aliados del príncipe Caspian. Gulp).
** Y ya que en asuntos visuales andamos, he de confesar que fue hasta ayer en la película que por fin supe qué demonios era el Turkish Delight, y que me había imaginado al personaje llamado señor Tumnus (un fauno) como cualquier cosa... menos sexy. Y... ¡santo cielo! ¡El actor que lo interpretó (James McAvoy, bastante ordinario como Leto hijo de Paul Atreides en
Y hablando de escenarios y videojuegos, ¿conocen la serie de Mana, de la compañía japonesa Square paisajes y culturas tan dispares que uno se preguntaba? Cuando jugué el segundo de la serie para SuperNES (que de este lado del mundo se llamó Secret of Mana), algo que me llamó muchísimo la atención fueron sus escenarios. Lo primero que pensé, recuerdo, fue: “Ehhhh... ¿de casualidad esto no es Narnia?” No, no lo era; era el mundo de Mana y punto.
Pero Mana lo tenía todo: cómo estaban todas en el mismo sitio, un Santa Claus que no se sentía fuera de lugar, animales que hablaban, seres mitológicos en paella... Para cuando lo jugué sólo había leído El león, la bruja y el ropero, pero de ahí en adelante no pude imaginarme Narnia sin la estética rara, ecléctica y ajaponesada, de los juegos de Mana. El primer título que salió para Playstation 1, Legend of Mana, me hubiera encantado como modelo para esta película.
8 comentarios:
De acuerdo contigo en varios puntos, como la grandeza de Swinton en esta cinta (y en todas las que le he visto) y los niños que convencen en su papel. Visualmente me parece muy bien trabajada la historia. Quizá lo único que me causó una molestia menor fue escuchar a Liam Neeson otra vez como maestro o guía.
No había pensado lo que comentas con respecto a Secret of Mana pero tienes razón. De hecho, te reirás, pero gracias a la emulación, estoy jugándolo desde hace unos días, junto con un retorno a FF6 y Legend of Gaia.
Chao,
D
Ya viste la del Príncipe? Eso significa que no me va a dar tiempo de leerme el libro! Argh, y el libro en turno tiene 1,300 páginas, así que no sé si podré leer el Príncipe antes de ver la peli. En fin.
Los manas fueron muy buenos en tiempos del SNES; el Legend no lo jugué, pero en lo que a las versiones para PS2 y NDS, la verdad mantente alejada si es que no quieres que rompan el encanto... sobre todo Heroes of Mana, que sigo preguntándome por qué lo hicimos. En fin, marketing y los big bosses abusando de su poder. Así es esto de las enchiladas...
¿¿No es ese fauno el que Guillermo del Toro quiere para hacer de Bilbo en El Hobbit??
jejeje
Un poco retrasada la crítica ;)
Solo puedo decir que a pesar de una amiga en común me califica de amargoso a mi si me gustó... No así que se diga "¡Uy que bárbaro!, ¡esta superdupermegachipocluda!", pero me gustó...
Sobre todo me gustó más que la secuela principalmente porque la secuela se me hizo más obvia en el asunto religioso.
Se me suele llamar "amargo".
Y soy fans. El escritorio de mi computadora está tapizado con la imagen de Aslan.
Mi única crítica: ¡necesitamos un Aslan más majestuoso! ¡Ese Aslan de Disney está chaparrito!
Ahh, cada que recuerdo el mundo de Secret of Mana me sale una lagrimita. Y en cuanto a Legend, toda la identidad gráfica del juego me encantó, es un mundo tan. . . mágico que casi ni quería salír de él =P
¡necesitamos un Aslan más majestuoso! ¡Ese Aslan de Disney está chaparrito!
Estoy totalmente de acuerdo
(aunque pueda sonar a un comentario que yo no diría :P)
Dragonné: ¡Cielos! Ya se me había olvidado que Liam Neeson hizo de Qui- Gon Jinn... y que entre Aslan y Qui-Gon hay un mundo de distancia. Me hubiera encantado que a ese personaje de Star Wars lo hubieran explotado como el villano que era realmente.
Y mira que estás jugando títulos que todavía recuerdo con mucho cariño. Ya viene Final Fantasy IV en remake para el DS... ¿se te antojaría que ocurriera lo mismo con el VI?
Pei: Lo mismo me han dicho quienes han jugado los últimos Mana... y es una pena, porque era una de mis series favoritas. Si de casualidad aparece uno que considerarías "menos pior" por favor avísame.
Mac: Ajap, éste es el mismo James McAvoy que está considerado para ser Bilbo en El Hobbit... Pues bueeeeno... yo no quería a un Bilbo tan jovencito, pero no protestaría. A mí me seguía gustando Paul McGann pero la verdad estaba difícil. Ahora, espero que Ron Perlman sea Beorn.
Fëaluin: Je, je, je... es que esta reseña la reciclé de la Tolkiendili... no es atrasada, sino viejita. :#>
Oye, y yo pensé que la secuela era menos obvia...
Suldyn: Legend of Mana fue un juego que casi no le gustó a nadie. Bienvenido al club de los que nos encantó.
Kit y Pere: Uhhhhh... la verdad es que no me había puesto a pensar en el tamaño del león... ¿alguien se acuerda si el de la serie de la bbc de Londres, que la verdad tenía lo suyo, era más grande?
Suldyn:
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