domingo, febrero 24, 2008

Reseña de película: Sweeney Todd

Sweeney Todd: El barbero demoníaco de la calle Fleet

Director: Tim Burton

Intérpretes: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Sacha Baron Cohen, Laura Michelle Kelley, Jamie Campbell Bower, Jayne Wisener.

Lo bueno: La música, ya de origen; las actuaciones y la escenografía.

Lo malo: Johnny Depp, al igual que prácticamente todo el reparto, no sabe cantar. Tampoco Gerry Butler (sí, ya sé que Gerry Butler no aparece en esta película, pero, ¿y qué con eso? De todos modos no sabe cantar).

Calificación: ****

Cuando era chica, cómo pedía que los grandes musicales llegaran a la pantalla (yo creo que porque entonces no había otra forma para que alguien como yo, residente de Zacatecas, pudiera verlos representados. Me alegra haber llegado a la era del DVD en la que los espectáculos son más accesibles). En estos días que mi deseo se cumple, está ocurriendo algo medio raro: para las películas sobre musicales, se contrata no a cantantes, sino a actores, y a veces ni siquiera eso.

No hablo de experimentos que de algún modo salieron bien, como Moulin Rouge (a la única a quien le doblaron la voz para cantar ahí fue a Kylie Minogue, ¿no es extraño?), sino de un musical en forma, El Fantasma de la Ópera de Andrew Lloyd Webber y su desafortunada adaptación cinemato- gráfica en 2004. Aunque me parece muy probable que fue el trasero y no la voz de Gerry Butler lo que le ganó el papel protagónico a los ojos del director Joel Schumacher (sí, el que le puso pezones a los trajes de Batman y Robin), ahora sí no sé de dónde sacaron a su co-estrella, Emmy Possum... digo, Rossum.

Mientras que Butler se defendía como actor e intentaba hacer lo posible con su chorrito de voz, Rossum se limitó a mostrar su rostro lindo (con una expresión permanente entre narcotizada e idiota) y su inmadurez musical durante las dos horas de la película. Por mí que se hubiera hundido antes del Poseidón.

Ahora, el fantasma de este Fantasma se cierne sobre Sweeney Todd, y por las mismas razones. Los resultados son, sin embargo, muy distintos.

Yo no conocía esta obra de Stephen Sondheim (el mismo que hizo West Side Story); tampoco sabía que estaba basada en una historia de folletín que a su vez pudo haber salido de una leyenda urbana; en otras palabras, que algo pudo haber tenido de realidad. Le tengo gusto a las películas de Tim Burton y ya por eso la hubiera visto, sin importar que fuera o no musical.

La historia va más o menos así: Sweeney Todd (Johnny Depp) es el sobrenombre que adopta un barbero, encarcelado injustamente por un siniestro juez (Alan Rickman) que pretendía quedarse con su esposa. Años después, Todd regresa en busca de venganza. ¿El Conde de Montecristo con navaja y sin dinero? No, para nada; la causa justa de Todd se convierte en un descenso al infierno y a la locura, de la mano complaciente de su casera, Mrs. Lovett (Helena Bonham Carter), cuyo espíritu práctico le encuentra una salida a los crímenes del barbero en suculentos pasteles de carne... Obvio y vulgar, pero el horror está servido, fresco y calientito, condimentado con una muy buena dosis de humor negro y acompañado por un trago de una música tan buena como ya no se acostumbra.

La amargura de Todd, los sueños de Mrs. Lovett, el tierno e instantáneo romance entre el marinero Anthony Hope (Jamie Campbell Bower) y Johanna, la hija del barbero (Jayne Wisener) se van develando entre melodías absolutamente encantadoras, clásicos en sí mismos. La diferencia con el dichoso Fantasma de Schumacher es que aquí, aunque los actores tampoco cantan muy bien que digamos, no echan a perder la música y compensan las carencias vocales con actuaciones exquisitas; la mejor de todas, sin duda, la de Johnny Depp, aunque a ratos uno no está seguro si está realmente haciendo de Sweeney Todd (una figura mucho más trágica en teatro, según tengo entendido) o de Johnny Depp haciendo de un dibujito de Burton de Sweeney Todd. Si por ésta le dan el Oscar que se merecía por Ed Wood hoy en la noche, no protestaría.

Recomendaciones: Si son fans de Burton o de Depp, es de a fuerzas; si quieren pasar un rato divertido y si no les molesta la idea de un poco de gore mezclado con bella música.

Abstenerse: Si son muy sensibles en cuanto a sangre en pantalla, aquí hay de sobra; si detestan los musicales porque esto no es otra cosa... y si ya vieron Sweeney Todd en teatro (en una representación que no fuera de alguna prepa del Tec de Monterrey); eso para evitar hacer corajes.

jueves, febrero 14, 2008

¡Feliz día de San Valentín!




Para todos mis amigos, incluso aquellos que no he tenido oportunidad de ver o tocar, y para ti, mi capitán, mi vida; en este día: una selección de pensamientos sobre amor y amistad (hay uno que parece fuera de lugar; no es así)de mi viejo cuadernito de citas, en el que llevo escribiendo desde mediados de los ochenta.


“Un pensamiento amistoso es el regalo más puro que el hombre puede hacer al hombre”. Thomas Carlyle


“Cada nuevo amigo es una parte de nosotros mismos, reconquistada”. Friedrich Hebbel


“Un amigo es alguien con quien se puede no hacer nada, y disfrutar de ello”. The Optimist’s Magazine


“En el mundo hay miles y miles de formas de alegría, pero en el fondo todas son una sola: la alegría de poder amar”. Michael Ende, La Historia Interminable



“Nunca estará solo quien ocupa un lugar en otro corazón”. Alejandro Pérez Gutiérrez



“No hay amistades más prontas ni más firmes que las que se traban entre personas que aman los mismos libros”. Irving Stone



“Los amantes no miden la vida del alma por el tiempo”. Ignacio Manuel Altamirano, Clemencia


“La amistad perfecta es la que existe entre hombres buenos, iguales en virtud”. Aristóteles



“La vida no es nada sin amistad”. Cicerón


“¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o amaste la justicia?” Santiago Ramón y Cajal



“El amor está tan orgulloso de sí mismo, que se nos nota aunque tratemos de impedirlo a toda costa”. Merrit Mallory



“No hay falta de amor en el mundo, pero hay una gran carestía de lugares donde ponerlo”. Theodore Sturgeon



“No necesito amigos que cambian cuando yo cambio y asienten cuando yo asiento; mi sombra lo hace mucho mejor”. Plutarco



“Si es cierto que en cada amigo hay un enemigo potencial, ¿por qué no puede ser que cada enemigo oculte a un amigo que espera su tiempo?” Giovanni Papini



“Los grandes acontecimientos de la historia fueron obra de grandes amantes”. Dr. Agustín Basave



"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". Evangelio de San Juan


“La amistad nace en el momento que una persona le dice a otra: ‘¡Cómo! ¿Tú también? Pensaba que yo era el único”. C. S. Lewis


Muchas felicidades a todos.

Tengo más amigos de los que merezco (cada día me doy cuenta), así que, supongo algo debe andar mal... pero si es el plan de Dios, me encanta.

sábado, febrero 09, 2008

Tenemos SciFi Channel, yatta!!!!



Va a parecer propaganda barata, pero ya qué.

Razones por las que hace unos dos años y pico botamos nuestro viejo sistema de televisión de paga:

- Se estaba poniendo chafa y caro.
- Nos quitaron el Universal.
- Se ATREVIERON a quitarnos el Discovery.
- A los que lo pagaban en bancos y tienditas les daban más beneficios que a los que prepagábamos con tarjeta.
- Nos quedábamos semanas sin el servicio y aún así lo cobraban.
- El canal de oldies era lo único que lamentaríamos perder.

Razones por las que nos cambiamos a SKY:

- El canal Animax.
- Mi adorado Universal.
- El Animal Planet.
- Dos boletos para Cirque du Soleil en casi primera fila, gratis.

Pero ahora nos despertamos con la sorpresa... nuestros ruegos habían sido escuchados. Después de tanto tiempo de pedir, suplicar, exigir y etcétera el SciFi Channel Latino, y recibir respuestas como “Pues no, pero tenemos el canal RBD; ¿no les interesa?”, al fin tenemos lo que queríamos.

¿El servicio de SKY ha desquitado lo que vale? Ajá, ahí la lleva. ¿Atraerá a más personas? Al menos sé de una que ya va a pedir su suscripción.

Recuerdo, por allá a finales de los ochenta, cuando las televisoras estadounidenses discutían la idea de un canal dedicado absolutamente a la ciencia ficción. Las pláticas las seguía en la revista Starlog (aunque lo que más recuerdo es una caricatura de un marcianito que llevaba un letrero que decía “yo quiero mi SciFi Channel”). La pura idea me hacía agua la boca.

En la casa teníamos antena parabólica, y así fue que un día de verano (creo), apareció una nueva señal. No había nada en ella, salvo oscuridad y colores psicodélicos, como fondo de una voz ronca de hombre que repetía, una y otra vez y a intervalos de cinco minutos, el cuento “Imagina” de Fredric Brown.

No sé si ese promo tendría efecto hipnótico o qué onda, pero la verdad es que solía pasarme casi MEDIA HORA contemplando la televisión prácticamente vacía, y escuchando el cuento. “Imagina... imagina... ¡imagina...!”.

Cuando el canal “de en serio” llegó por fin, no decepcionó, aunque sus inicios fueron modestos. ¿Qué fue lo que inauguró la transmisión? Un maratón de Star Wars, con Carrie Fisher de anfitriona. Todavía conservo la grabación de aquello.

Después, llegarían las series viejitas que me encantan (Viaje a las Estrellas, La Dimensión Desconocida, Doctor Who), montones de películas de clase B y algunas series animadas que merecían espacio en la barra de la mañana (casi madrugada, para nuestro horario del centro de México). Y un programa sobre ciencia y ficción (sips, por separado) que conducía la linda Nichelle Nichols al principio, y que por ahí le hacía espacio a los personalísimos berrinches de Harlan Elison.

Para cuando el SciFi comenzó con sus producciones independientes (algunas bastante malitas, la verdad), ya hacía mucho que no teníamos la parabólica, así que nos tocó verlas en el Hallmark. Hacia finales del año pasado, el Universal comenzó a pasar anuncios absolutamente geniales de la versión latina del canal... Llegó la fecha de estreno, y nada... Y comenzaron entonces las llamadas a SKY, las peticiones por correo electrónico, el sabotaje al canal RBD, todo aquello.

Bueno, pues el día de hoy con otra serie favorita, Sliders, estamos ahora mismo estrenando el SciFi.

Gracias de nuevo, SKY.

Para terminar con este rollo, les dejo aquí, en su totalidad, el cuento de Fredric Brown que les mencionaba, lo primero que vi del SciFi original (desconozco al traductor, así que de antemano le pido disculpas).



Imagínate

Imagínate espectros, dioses y demonios.

Imagínate infiernos y cielos, ciudades flotando en el cielo y ciudades hundidas en el mar.

Unicornios y centauros. Brujas, hechiceros, genios y fantasmas.

Ángeles y arpías. Hechizos y sortilegios. Elementales, espíritus familiares, demonios.

Es fácil imaginarse todas esas cosas: la humanidad se las ha imaginado durante miles de años.

Imagínate naves espaciales y el futuro.

Es fácil imaginárselo; el futuro se aproxima realmente y habrá naves espaciales en él.

Así pues, ¿existe algo que sea difícil de imaginar?

Claro que sí.

Imagínate un trozo de materia y a ti mismo dentro de ella, consciente, pensando, y por lo tanto sabiendo que existes, capaz de mover ese trozo de materia en cuyo interior te hallas, de hacerla dormir o despertarse, amar o subir una colina.

Imagínate un universo –infinito o no, como tú desees representártelo-, con mil millones, miles, miles de millones de soles en él.

Imagínate un grumo de barro girando locamente en torno a uno de esos soles.

Imagínate a ti mismo, en pie sobre ese grumo de barro, girando por el tiempo y el espacio hacia un destino desconocido.

¡Imagínate!

Fredric Brown

jueves, febrero 07, 2008

Reseña de novela gráfica: Persépolis


Persépolis
Marjane Satrapi
Norma Editorial

Lo bueno: Es una lectura amena e interesante; muestra una cara del viejo oriente que desconoce gran parte de occidente.

Lo malo: Es difícil de conseguir en inglés, aún más difícil en español, y la obra completa no es barata.

Calificación: * * * *


No conozco a muchas “moneras” (es una pena), y muy pocas de las que conozco me agradan; la excepción sería, casi siempre, mujeres mangaka (habrán de disculpar sus fans, pero yo siempre creí que los cartones de Maitena los hacía un hombre misógino). Cuando yo todavía pensaba que, fuera de Japón, el campo estaba árido, de repente me tropecé con Marjane Satrapi y supe de su primera obra, la serie Persépolis. No fui la única en tomar parte en el descubrimiento, pues, algunos años después, esta historieta ha sido llevada al cine, y me enteré la semana antepasada que está nominada al Oscar como mejor producción animada. Así que antes de que otra cosa suceda (digamos, que la película probablemente pierda contra Ratatouille), aquí tienen una reseña del libro en el que está basada.

Estaba por comenzar década de los 80, y el mundo se preparaba para un ataque sin precedentes de frivolidad, imaginación desbordada, la mal utilizada palabra glamour y la cultura pop en todo su apogeo; la llamada generación X comenzaba a ir a la escuela sin imaginarse, ni mucho menos, lo que estaba por venir. Se veía ya el fin de la guerra fría y al menos en occidente todo parecía paz y felicidad.

En oriente, sin embargo, la situación era muy distintas; Irán (un país jovencísimo, nacido de la antigua Persia apenas en 1925) se acababa de embarcar en su revolución musulmana; se había expulsado al sha, Mohamed Rezah, impuesto por la CIA en 1953, y se esperaba que con ello las cosas cambiaran para bien. De pronto, así nada más, el país se convirtió en la imagen que durante años hemos visto en las películas de Hollywood; las mujeres se cubrieron la cabeza con velos y pañoletas, se prohibió el alcohol, la música y las fiestas; la religión se deformó hasta volverse arma política y en las escuelas no se habló de nada que no estuviera convenientemente censurado por el gobierno.

En ésta, la Persia del siglo XX, vive una niña llamada Marjane. Es descendiente de una familia donde ha habído desde príncipes hasta disidentes políticos, e intenta hacerle honor a su herencia, representada en especial por su influyente, bondadosa y sabia abuela. La rebeldía de Marji y el inicio de la guerra con Irak la empujan fuera de su país, a una Europa continental que parece no tener lugar para ella; sola, tiene que enfrentarse a las lágrimas de la adolescencia y a una búsqueda de identidad sin sentido, en la que va brincando de hippie a darketa y de mujer fatal a diva pop, sin mitigar su tristeza ni conseguir encontrar el camino que su propio hogar perdiera mucho, mucho tiempo atrás.

Con dibujos sencillos pero poderosos, Satrapi, en esta especie de autobiografía en caricatura, nos lleva de la mano primero por la historia de su patria: sus luchas por la libertad, su resistencia a incontables formas de tiranía; sus héroes y convicciones; y después, por su propias andanzas en un mundo a punto de caerse a pedazos, transfondo de su autodescubrimiento. La historia es sobre ella, y también sobre su Irán; y está relatada con una tremenda honestidad no exenta de un peculiar sentido del humor.

La vida de Marjane no es ejemplar ni nada de eso; mucho de lo que hace está motivado sólo por egoísmo y orgullo, y llega a cometer actos bastante horribles (aunque nada demasiado extraordinario si uno vive en un lugar donde ponerse lápiz labial puede convertirse en asunto de vida o muerte), pero lo que permanece en la mente del lector son las conclusiones no dichas por la autora respecto a la existencia (que está hecha de momentos preciosos, y a lo que me refiero es exactamente eso: que tienen un precio), la amistad y la familia. Finalmente, Persépolis trata de libertad e identidad, y es un homenaje, bajita la mano, a quienes protegieron la primera y formaron la segunda de Satrapi: sus padres, y sobre todo su fenomenal abuela.

Recomendaciones: Para amantes del buen comic europeo y para quienes no le corran a una historia de las que en Japón se llamarían shojo (pero con un tinte más dramático y realista).

Abstenerse: Si no les gustan los comics, o si sus gustos por ahí van más hacia el género de superhéroes, mechas o niñas mágicas.


"En la vida encontrarás a muchos imbéciles. Si te hieren, piensa que es su estupidez la que les empuja a hacerte daño. Así evitarás responder a su maldad, porque no hay nada peor en el mundo que el rencor y la venganza... Mantén siempre tu dignidad, tu integridad y la fidelidad a ti misma".
La abuela de Marjane

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