viernes, noviembre 28, 2008

Pereza

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Una imagen perfecta de la pereza: yo, leyendo, con mi gatito J.C. en mi trasero.


Terminar los cursos me deja, para variar, hecha polvo; sin razón aparente me lleno de un supremo cansancio cuando a la vuelta de la esquina están las vacaciones, y eso es bastante malo porque lo de vacaciones es un decir: aún restan los exámenes finales (a los que detesto igual o puede que más que los parciales) y completar lo que falta de aquellos cursos que estoy diseñando y que, como les he estado comentando, frenó la pérdida del cuadernito donde guardaba todas mis notas al respecto.

Contar con esa labor extra no es tan malo. Va a empezar mi período de vacaciones más largo del año (tres semanas), y para un maestro de tiempo parcial o un profesionista independiente (soy ambas cosas) “vacaciones” significa lo mismo que “privaciones”; se viene la época del año donde se realizan más gastos y en combinación con la reciente crisis económica, no es nada agradable pensar que los próximos meses de diciembre y enero habrá que vivirlos con el sueldo de noviembre (todavía me falta conocer los aguinaldos) y que nada me asegura que al principio de año tendremos suficiente trabajo, el Capitán y yo.

La época exige ahorro y austeridad... pero resulta que mañana comienza la Feria del Libro en Guadalajara... Creo que fue a partir del 2005 (el año donde me quedé sin mi cátedra de la Universidad) cuando empecé a odiar la época navideña.

¿El resultado de todo ello? Vamos, ya se lo habrán imaginado por el desacelere de entradas y mi tardanza en responder a sus comentarios aquí en la casa de ustedes: tengo un irresistible, contagioso, severo ataque de pereza, y ni siquiera lo estoy disfrutando. No quisiera levantarme ni para tomar el control de la tele, conectar el Play 2, o jugar con mis gatitos. A lo mucho me hago acompañar de un libro (ahorita ando con la Historia del general Dann y de la hija de Mara, de Griot y del perro de las nieves, de Doris Lessing... por Dios que el título está más largo que la novela), o de mi PSP (pata, pata, pata, pon... hace rato que terminé este juego y todavía no lo suelto, porque salió bueno para combatir el estrés) o mi DS (ando atorada en el Trauma Center, que me regaló de cumpleaños mi amigo Snake), simple y sencillamente porque cada uno de estos tres objetos se puede utilizar cuando uno está tirado en la cama. Estoy escribiendo esto a las seis y media de la mañana desde el abrigo de mi camita tibia porque sé que en el momento que me harte puedo apagar la compu y echarme a dormir otra vez.

Pero vamos, eso de la pereza tiene sus ventajas. No es tan incapacitante como algunas otras enfermedades, y da la oportunidad de contemplar el día antes de hacer planes, incluso si éstos no van más allá de seguir flojeando. Si se le añade música, se convierte en “descanso”. Y si uno sabe cómo pasarla sin sentirse mal por ello, entonces se la puede llamar “ocio” y considerarla fuente y fertilizante de muchos momentos de creatividad, más que el trabajo forzado y con horario. Ya sé que de nada vale pelear contra la pereza; es mejor dejar que siga su curso, y sacar lo de que de bueno tenga.

Por pereza o vacaciones... o más bien depende de si éstas me llevan a algún lugar donde no haya internet disponible, es posible que la casa de ustedes permanezca cerrada un tiempo; en todo caso les avisaré de antemano, y procuraré no quedarme con muchos pendientes.

El especial de Suikoden termina en dos semanas más; espero que les haya gustado, y después de que terminemos vienen al menos una entrega extra de apéndices y más dibujos de Hellnike (el trabajo se le ha cargado más de la cuenta y por ello aún no presentamos a más héroes de la saga).

Todavía me falta ponerles una reseña del libro El jinete del dragón de Cornelia Funke (el plan es leer Corazón de Tinta antes de que salga la película)y de algunos juegos de este año; ya hice dos de Final Fantasy IV; una en el sitio de Webplay y otra en El Espacio de la Omnipresente Chela pero quisiera poner una aquí... a ver si no me repito. Y películas, me faltan también... a ver si tantas ideas no terminan mordisqueando el año que entra (a principios, se viene una nueva semana del sushi, así que atentos).

Lo que sí es seguro es que no concluiremos éste sin pasar otra deliciosa receta para la época (les recomiendo también que visiten la de jamón horneado, que, aquí entre nos, ha sido lo que ha duplicado mis lectores en este mes... no espero que la bonanza sea eterna) y, como todos los años (ejem... bueno, en el blog sólo lo he hecho desde el año pasado, pero durante varios años tuve esa costumbre en diversas listas de correos), esperen una minicobertura de la Feria del Libro en Guadalajara.


Así que todavía no bajemos del acorazado... el frío está crudo y el año casi finaliza... pero aún queda qué contar.

Gracias, como siempre, por aguantarme hasta aquí... y un poco de paciencia, por favor.

miércoles, noviembre 26, 2008

La música de Suikoden


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¡Fiuuu! ¡Tarde otra vez! Pero, al pie del cañón, aquí seguimos...

Me encanta hablar de la música de los videojuegos, pero por alguna razón en el caso de los Suikoden no sé por dónde empezar. Veeaamos....

Aquí arriba tienen un reproductor con nueve temas de los arreglos especiales de las bandas sonoras, todos extraídos de diversos archivos (no pude encontrar un sitio con links directos para guardar una selección más personal), una muestra más o menos representativa de lo que puede oírse dentro de la serie.


Las melodías de los Suikoden, como su arte visual, tienen un aire chino que contrasta con toques medievales aquí y allá (sobre todo en el segundo juego). En ellas han participado diversos autores e intérpretes, así que no tienen un nombre reconocible como “de la casa” (al estilo de lo que sería Nobuo Uematsu para los Final Fantasy) pero a quien se identifica más con la serie es a la compositora Miki Higashino; ella es la autora de, entre otros, el más o menos popular tema principal, Genso no Sekai, que se ha conservado en los créditos del final de cada videojuego, y el precioso Theme of a Moonlit Night, que aparece en la víspera de todas las batallas finales y en la que los 108 personajes se despiden unos de otros y se preparan para un futuro incierto.

A partir del tercer juego se hizo costumbre tener a un intérprete o compositor invitado para la entrada, y los últimos tres soundtracks han sido obra casi exclusiva (entre los recurrentes temas de Miki Higashino y algunos otros) del compositor Norikaz Miura, que al parecer llegó para quedarse.

A continuación, una discografía de los álbumes de Suikoden:

Las bandas sonoras originales:

* Genso Suikoden Original Game Soundtrack ( dos discos, abril de 1996).
Autores: Miki Higashino, Tappy Iwase, Taniguchi, Mayuko Kageshita, Hiroshi Tamawari.

* Genso Suikoden II Original Game Soundtrack (cuatro discos, a veces separados en dos volúmenes, diciembre de 1998).
Autoras: Miki Higashino, Keiko Fukami.
Intérpretes: Keiko Fukami, Atsushi Sato.

Las canciones interpretadas en italiano por el personaje de Anallee, que jamás se aparecieron en la mal hecha adatpación americana del juego, vienen en este álbum.


* Genso Suikogaiden Vol. 1: Swordsman of Harmonia Original Soundtrack (dos discos, octubre de 2000).
Autores: Miki Higashino, Keiko Fukami, Yuji Yoshino

* Genso Suikogaiden Vol. 2: Last Duel at the Crystal Valley Original Soundtrack (un disco, abril de 2001).
Autores: Miki Higashino, Takashi Yoshida, Yuji Yoshino.

* Genso Suikoden III Original Soundtrack (dos discos, julio de 2002).
Autores: Michiru Yamane, Takashi Yoshida, Masahiko Kimura.
Intérprete invitado: HIMEKAMI

El nombre que no recordaba cuando hablamos del Suikoden III; un grupo coral dirigido por un señor mayor que hace poco falleció, por cierto.


* Genso Suikoden IV Original Soundtrack (dos discos, junio de 2005).
Autores: Masahiko Kimura, Norikaz Miura, Michiru Yamane.
Compositor e intérprete invitado: Coba

* Rhapsodia Original Soundtrack (dos discos, septiembre de 2005).
Autor: Norikaz Miura

* Genso Suikoden V Original Soundtrack (cuatro discos, marzo de 2006)
Autor: Norikaz Miura
Compositor invitado: Yuji Toriyama


Las versiones arregladas:

* Genso Suikoden II Orrizonte (un disco, mayo de 2000)
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Tappy, Yuji Yoshino, Yoko Ueno.

Varias selecciones de la música del Suiko II; el premio se lo lleva una versión a capella de Currents (tema de la república de Tinto, en el juego), y una delicadísima interpretación de Orrizonte, la versión en italiano de Genso no Sekai.

Genso Suikoden Ongakushu by Hiroyuki Nanba (un disco, diciembre de 2001)
Autores: Miki Higashino, Tappy, Masahiko Kimura, Keiko Fukami
Intérprete: Hiroyuki Nanba

En esta colección y otra por el estilo que más abajo mencionamos, varios músicos invitados le dieron a Suikoden su toque personal: algo de jazz, suave rock y hasta algo que a una servidora le sonó a metal (no, todavía no me siento con conocimiento suficiente para identificar la música metalera).

* Genso Suikoden Vocal Collection ~La passione commuove la storia~ (un disco, julio de 2002)
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Tappi Iwase, Michiru Yamane, Kousuke Yamashita, Misao, Hiroshi Takaki, Megumi Ohashi, Lisa Ooki.

Mi favorito de esta clasificación; hermosos temas cantados que incluyen a la excelente intérprete (poliglota) Lisa Ooki con su italiano perfecto (tan perfecto como su portugués, su inglés y su francés que recordaremos de varias colecciones cantadas de Final Fantasy también) y que vuelve a aparecer, tras cantar Orrizonte en el disco de Nanba (mencionado arriba).


* Genso Suikoden III Ongakushu ~Rustling Wind~ (un disco, septiembre de 2002)
Autores e intérpretes: Michiru Yamane, Takashi Yoshida, Masahiko Kimura, Shusei Murai, Jiro Okada, Mantell Nonoda.


* Genso Suikoden Piano Collection ~Avertunerio Antes Lance Mao~ (un disco, diciembre de 2002)
Autores: Miki Higashino, Michiru Yamane
Intérprete: Shusei Mirai

Varias canciones del Suikoden I al III, magníficamente puestas al piano por Shusei Mirai.

* Genso Suikoden Vocal Collection ~Distant Stars Echoes of Love~ (un disco, enero de 2003)
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Tappi Iwase, Michiru Yamane, Kousuke Yamashita, Hiroshi Takagi, Megumi Ohashi.

Esta segunda colección de temas cantados es una delicia... siempre y cuando uno no sea demasiado crítico del J-pop.

* Genso Suikoden Celtic Collection (un disco, marzo de 2003)
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Michiru Yamane, Keiko Fukami, Masahiko Kimura, Yoko Ueno, Mina Kubota, Yuko Asai, Shigeyoshi Kawagoe, The Rain Book.

Una muy relajante selección de canciones del Suikoden I al III con instrumentos celtas.

* Genso Suikoden Celtic Collection 2 (un disco, agosto de 2003)
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Michiru Yamane, Keiko Fukami, Masahiko Kimura, Yoko Ueno, Yuji Yoshino, Yuko Asai, Shigeyoshi Kawagoe

Misteriosa y bellísima (se añadieron algunos coros estilo cántico gregoriano) abarca los mismos juegos que la colección anterior.


* Genso Suikoden Music Collection ~Asian Collection~ (un disco, noviembre de 2003)
Autores e intérpretes:Miki Higashino, Michiru Yamane, Takashi Yoshida, Masahiko Kimura, Kiyoshi Yoshida, Hidenori Maezawa, Yuko Asai, Shigeyoshi Kawagoe.

Genso Suikoden Piano Collection 2 (un disco, enero de 2004)
Autores: Miki Higashino, Keiko Fukami, Michiru Yamane, Takashi Yoshida, Masahiko Kimura.
Intérprete: Shusei Murai

Murai repite, esta vez con melodías del Suikoden II y el III.


* Genso Suikoden Celtic Collection III (1 disco, abril de 2004).
Autores e intérpretes: Miki Higashino, Michiru Yamane, Keiko Fukami, Masahiko Kimura,
Yuji Yoshino.

Por si nos habíamos quedado con ganas de violines y tin whistle. Avertuneiro Antes Lance Mao, de los créditos finales del primer juego, se interpreta con una sola guitarra. Oír para creer.

* Genso Suikoden Ongakushu by Kentarou Haneda
(1 disco, abril de 2004)

Autores: Miki Higashino, Tappy, Masahiko Kimura, Keiko Fukami
Intépretes: Kousuke Yamashita, Michiru Oshima, Rie Akagi, Kenji Yamamoto, Hiroshi Takagi

* Genso Suikoden IV Music Collection ~Another World~ (un disco, febrero de 2006)
Autores: Norikazu Miura. Miki Higashino, Yuji Yoshino

A pesar del nombre, la portada del disco era del juego Rhapsodia (Suikoden Tactics) y la alegre música parecía estar inspirada en él. Muchísima música nueva y alguna que otra nostálgica de los (entonces) últimos juegos.


Los promocionales:

Genso Suikoden Orgel Collection (un disco, marzo de 2003)

Este disco, una edición limitada de mil ejemplares, se obsequió a quienes participaron en la preventa de las primeras Celtic Collection, Piano Collection y Vocal Collection. Se trata de varias melodías conocidas de la serie, pero tocadas con percusiones... lo que parece ser una cajita de música. La verdad, es el disco de Suikoden que menos me agrada. Si logran tolerar una melodía completa, mis respetos.


* Genso Suikoden IV Prelude CD (un disco, julio de 2004)

Este disco se obsequiaba junto con un librito para la promoción de Suikoden IV, y daba una probada más que tentadora de Norikaz Miura, el nuevo compositor de la serie. Si no es por otra cosa, vale por el tema Rune of Punishment.

* Rhapsodia Privilege Music Collection (un disco, septiembre de 2005)

Varios nuevos arreglos de viejas composiciones de los juegos; se utilizó para publicidad del Suikoden Tactics. En los Estados Unidos, una versión más corta se regaló junto con el juego.


* Genso Suikoden V Limited Edition CD (un disco, marzo de 2006)

Usado como herramienta de mercadotecnia del quinto Suikoden; en los Estados Unidos venía junto con un cuadernito de cuarenta y ocho páginas de ilustraciones de los personajes y escenarios del Suiko V.

Ahora, ¿cómo se puede conseguir esta música? Hay varias opciones. Algunos de estos discos todavía se producen en Japón y se pueden encargar en varios sitios asiáticos, como play-asia.com. Los discos de música, eso sí, son bastante caros allá, y todavía falta el precio del envío. En ebay de cuando en cuando aparecen a buenos precios (por ahí conseguí los promocionales de Suiko IV y V). Hay otros lugares como gkworld.com que tienen versiones chinas, no exactamente legales pero mucho más económicas, de los mismos álbumes, Y ya que estamos hablando de ilegalidades, en sitios como gamemp3s.net suelen compartirse (por torrents) montones de soundtracks de videojuegos y han tenido los Suikoden ahí pero no siempre disponibles; hay que armarse de un poco de paciencia y estar atentos al momento en el que se compartan de nuevo.

Bueno, no quisiera despedir este tema sin pasarles una canción más (esta vez, encontrada en youtube: de Miki Higashino e interpretada por Lisa Ooki, La Passione Commuove la Storia.

viernes, noviembre 21, 2008

Factor GAMERUSH número 12

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Me retrasé un poco este mes... pero aquí está la nota de prensa del nuevo número de Factor Game Rush, que ya está a la venta en su Blockbuster o puesto de revistas más cercano. Todavía me falta conseguir la mía, y esta vez va a ser especialmente difícil elegir entre las dos portadas, igualmente lindas.

Otra subida más del dólar y no voy a querer saber nada de los videojuegos... pero estoy feliz de que Factor Game Rush siga echándole ganas, y dispuesta a continuar; a poner mi granito de arena para que el mundo se transforme en el sitio con el que fantaseaba de niña... donde todos se hallen más gusto en las consolas que en las telenovelas y que los no-jugadores sean los "raritos".

La edición No. 12 de Factor GAME RUSH da inicio al segundo año de la publicación, y ante la actual situación que se vive en la economía mundial, los títulos seleccionados para nuestra portada resultaron idóneos. Siendo una revista independiente (aunque no lo parezca), el esfuerzo por hacer que la publicación se mantenga ante las situaciones que vive el medio en todo el mundo ha sido difícil, pero no imposible, por lo que con apenas unos cuantos días de retraso, finalmente sale a la venta esta edición que en las tiendas Blockbuster / Game Rush de todo el país llevará como portada a “Mirror’s Edge”, mientras que los puestos de revistas de la República Mexicana se encontrarán con “Prince of Persia”.

“Mirror’s Edge” y una nueva encarnación de “Prince of Persia” sirven como el marco de una edición variada, que además de llevar escondido un tributo a la serie de Mega Man y los videojuegos de James Bond en diversas secciones, también ofrece un breve comentario acerca del cine y los juegos de video para aprovechar el lanzamiento de “You’re in the Movies” y “Scene It!? Box Office Smash!” para el Xbox 360 y pegarlo con juegos como “007: Quantum of Solace”, “High School Musical 3: Senior Year – DANCE!” y “Tomb Raider: Underworld”.

En esta edición podrán disfrutar de la última edición de la sección “Señales”, que mandaremos descansar un par de números, y también, de una buena cantidad de DVD y Blu-ray de promoción; nomás avisamos que la mecánica para ganar nuestro premio de aniversario se movió un número porque a la mera hora decidieron participar más personas en el paquetón… pero la respuesta a una de la preguntas de la trivia la encontrarán en este número.

Agradeciendo su atención, espero sus correos, comentarios, ideas y recordatorios a la dirección de siempre*. Seguimos en contacto.

José M. Saucedo
Factor Game Rush
Editor en Jefe

* ... que es saucedo@factorgr.com.mx (nota de A.)

miércoles, noviembre 19, 2008

Suikoden fuera de la consola: Adaptaciones (II)

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Algunos miembros del reparto de la radionovela basada en Suikoden I, junto con sus respectivos alter ego.


Tir: ¡No, Gremio! Qué voy a hacer...
¿qué voy a hacer sin ti?


Gremio: Usted ya está grande, señorito. Ahora,
aunque Gremio no lo ayude, usted estará bien.

Tir: ¡No es cierto! ¡No es cierto!
Gremio... ¡no!

Gremio: Por favor no se entristezca.
No importa lo que ocurra conmigo,
siempre estaré a su lado, señorito.
Siempre lo estaré cuidando, señorito.

(Fragmento del episodio 8 de la radionovela...
y sin duda la parte más dramática de la historia).



El pasado 27 de agosto, Konami estrenó en su estación de radio por internet una serie de podcasts semanales sobre Suikoden; presuntamente a manera de promoción para su próximo lanzamiento, Suikoden Tierkreis para Nintendo DS, programado para el 18 de diciembre en Japón y para marzo en los Estados Unidos.

Cada programa duraba alrededor de media hora, y entre varias secciones de lo más extrañas (nadie se salva de hacer tonterías en un podcast, comprobado) lo más llamativo era la adaptación a radionovela del primer Suikoden, una producción que incluía a varios pesos pesados del doblaje japonés, en trece episodios. Hace unos minutos acabo de escuchar el último.

Mi conocimiento del japonés es punto menos que rudimentario y se debe nada más a los años y años que mi escuela de lingüística tuvo de vecinos a varios de los departamentos de lenguas, el de japonés sobre todo, en mi universidad; pero alcancé a entender dos que tres cositas (ya hablaremos más adelante de una posible traducción que se está haciendo) y de todas formas no resultaba tan difícil de seguir si uno está familiarizado con el juego; en fin, fue bastante divertida, sobre todo por el excelente trabajo de los actores.

Al principio pensé que me iba a decepcionar... en el primer podcast, la parte que correspondía a la radionovela duraba menos de tres minutos... pero como (debido al medio, creo) la adaptación ha sido bastante relajada, la duración varía... este último capítulo se llevó más de diez minutos y se me hizo eterno, por la costumbre.

¿Una radionovela a partir de un videojuego? No crean que es tan raro; en Japón es más o menos costumbre hacer esta clase de adaptaciones. La novedad, como siempre, es que se tratara de un Suikoden; cada puesta en evidencia de esta serie de culto es una pelusa de gato en medio de una alfombra tejida; es en extremo importante y localizable entre un montón de objetos iguales.

Esta producción estuvo a cargo de Shiyougo Kumasaka; la escritora Yuki Enatsu hizo el guión, y dirigió Takashi Yamane. Las voces:

Kenichi Suzumura (Zack en Crisis Core: Final Fantasy VII),absolutamente fenomenal como Tir McDohl.

Takehito Koyasu (que entre fácil un centenar de papeles, ha hecho la voz de Shingo Yabuki de los King of Fighters), robó cámara... bueno, micrófono, como Gremio.

Mari Oda, actriz de anime hentai (!) entró bajo pseudónimo como Cleo, y el personaje le quedó de maravilla.

Para no perdernos demasiado en halagos, van los demás como aparecen de izquierda a derecha y de arriba a abajo en la foto superior:

Konishi Katsuyuki: Viktor
Yuichi Nakamura: Flik
Hino Satoshi: Pahn
Akira Ishida (nada más y nada menos que la voz japonesa de Luke Skywalker): Ted
Jun Fukuyama: Luc
Hiroshi Mizushima: Kirkis

Y otros que no aparecen en la imagen:

Remi Hamumura: Odessa
Sayaka Oohara: Leknaat
Atsushi Yamakawa: Teo McDohl (casi me hace llorar)
Masako Sumitomo: Windy
Takashi Tanaka: Barbarossa Rugner
Kanae Ito: Kasumi
Hisashi Oda: Un montón de voces adicionales (muy bonitas por cierto).

¿Recomendable para los fans? Oh, por supuesto que sí. Dos discos con el programa de radio van a salir a la venta al mismo tiempo que el Tierkreis en Japón, pero todavía es posible oír los episodios en línea; ahora, como hacerlo eso desde la página es bastante fastidioso para los que no entendemos japonés, aquí van las opciones.

Una señorita de Filipinas, Charisma Doll, ha estado subiendo los episodios en formato .mp3 para descargar de su livejournal, mientras que Sage, un miembro del foro DueFiumi.com, está traduciendo poco a poco los episodios de la radionovela al inglés; el admistrador de este estupendo sitio, John Layfield (irlandés de pura cepa, por cierto) tiene lo que se ha hecho de las traducciones en una sección propia que ha decorado con ilustraciones de la primera novela. Así que un poco de paciencia... esto se va a poner mejor.

Escribí en el foro de DueFiumi un poco de mi nostalgia por las radionovelas, que solía escuchar en el pueblo de mi mamá y que eran la principal fuente de entretenimiento antes de que comenzaran a pulular los aparatos de televisión, hace ya como treinta años. Algunas de estas radionovelas eran mucho, muy largas... se transmitían durante meses y meses, y la gente no dejaba de seguirlas; muchos actores del cine mexicano clásico participaban en ellas y era fácil enamorarse de voces tan hermosas y articulación tan educada. Ha sido una fiesta, la verdad, volver a estos viejos tiempos de la mano de mi serie de videojuegos favorita.

martes, noviembre 18, 2008

Mi casa es su casa

Imagen de la serie Highlander capturada por Sica (¡gracias!), un poquitillo photoshopeada por una servidora.

¡Al fin! Esta imaginaria casa de ustedes cumple un añito. Apenas parece ayer cuando puse mi tapete en la puerta de la entrada, y aquí estamos...

Y bueno, déjenme confesarles, la verdad es que ha sido uno de los peores años de mi vida. Un año de pérdidas, más que nada... algunas simplemente molestas; otras muy irritantes, otras tristes, otras más terriblemente dolorosas... de veras que si en la noche de año viejo pasada se me hubiera dado un adelanto de lo que venía, hubiera devuelto el paquete antes de abrirlo.

Con todo, ¿qué es lo que he ganado? Bueno, para entenderlo, tendrán ustedes que levantarse unos segunditos y correr hasta el espejo más cercano. Mírenlo de cerca, por favor. Eso es lo que he ganado. Con este blogsito, además de adquirir cierta disciplina para escribir que espero me funcione en el futuro, he entrado en contacto con gente realmente maravillosa. He estrechado lazos con amigos que se encuentran lejos y recuperado a muchos que por una u otra razón se me habían extraviado; me he acercado a personas que conocía y admiraba de lejos, he viajado a nuevos lugares, he hecho recorridos asombrosos por mentes que son un mundo; he hecho nuevas amistades a quienes ofrecerles la parte de mi corazón que aún está sana y saltando de felicidad. Mis frecuentes tropezones y caídas han encontrado un colchón (y vaya resortes que tiene) en las manos de ustedes y sus palabras.

¿Qué puedo decir? Gracias. Muchas gracias. Un millón de gracias por su compañía.

A un año de distancia, tengo aquí ciento veinte entradas, poquito a poquito hemos llegado a las sesenta visitas diarias, un total de más de seis mil quinientas...

Y todo se lo debo a ustedes.

Gracias, de nuevo gracias. Con todo mi cariño, gracias.

Por favor hagan click en el player que viene a continuación para tocar unas “mañanitas” elegidas: JiDai, de Miyuki Nakajima (una de mis canciones favoritas; espero que les guste).


viernes, noviembre 14, 2008

Una desquiciada aventura culinaria

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El fin de semana antepasado, mi amigo S. vino de la Ciudad de México a visitarme. Me dio muchísimo gusto verlo, aunque estaba un pelito nerviosa con respecto a qué lugares podría llevarlo de paseo (Guadalajara no es el sitio más interesante del mundo, la verdad sea dicha, y probablemente le resultaría tediosa a un capitalino).

Si han estado leyendo mi blog desde hace tiempo, ya sabrán que a la Ciudad de México le tengo sentimientos muy, muy encontrados. La amo y la odio. Es una belleza envuelta en caos, un monstruo de rostro maravilloso.

Entre la gente de provincia, los capitalinos (comúnmente llamados “chilangos”, un término ya con años de antigüedad, un tanto más despectivo que “gringo” para los estadounidenses) tienen fama, y no siempre injustificada, les diré, de prepotentes, soberbios, abusivos, descorteses y hasta un poquito cuadrados; escribí alguna vez que lo mejor y lo peor de la humanidad estaba concentrado en la Ciudad de México y lo sigo pensando; aunque, por desgracia, no ocurre lo mismo con desconocidos que pasan por la calle o que me he encontrado en mi ciudad o en viajes a otros estados, la gente con la que he convivido por allá es increíblemente generosa, considerada, y amable; serían capaces de quitarse el único suéter que tuvieran si lo vieran a uno con frío. Mi amigo S. pertenece por supuesto a este último grupo; pero a veces, creo que no puede evitarlo, se le escapa cierto chilanguismo que de inmediato notaría un provinciano.

Guadalajara no es precisamente un paraíso para los turistas, por cierto; la gente de aquí es mucho más cerrada y flota una tremenda abulia en el aire. La misma ciudad es como un rancho grandote: tenemos mejor aire, eso sí, y edificios muy bonitos, pero nos faltan teatros y museos, y sobre todo transporte decente. ¿Cómo paliar todo ello? Bueno, para asegurar buenas impresiones y ratos agradables para mi amigo decidí apuntar hacia el órgano que mejor conozco de los seres humanos (sips, más que el corazón y menos que el cerebro): el estómago. Y todo el fin de semana nos embarcamos en una emocionante aventura culinaria para degustar ciertos platillos típicos (de la región, de la ciudad, de la costumbre y de la casa de ustedes). ¿Los resultados? Aquí los presento...

Día 1

* Comida: Curry.

De entrada decidí agasajar a mi invitado con mi especialidad, mi platillo favorito y el que mejor me queda: el curry japonés. Pollo con papas y zanahoria, primero asado y terminado de cocer en una salsa muy especiada, y servido sobre una cama de gohan. Mi amigo Anubis me ayudó a pelar la verdura; así pude prestarle toda mi atención al corte, con el que siempre me pongo quisquillosa. Mi wok hizo casi todo el trabajo.

Cuando serví el curry, estaba calientísimo, pero Anubis y yo teníamos tanta hambre que de inmediato pusimos cubiertos a la obra. Pasado el shock inicial de verme cocinando con palillos y preparando el gohan en arrocera (“Pero... ¿así es como haces el arroz...?”), y tras pedirme que le retirara “esas cosas anaranjadas” y le pusiera más pollo, S. se sentó a la mesa, y empezó a dar cuenta de su plato sin decir palabra; no precisamente lo que espero que suceda cuando alguien prueba mi curry. No se comió el arroz bañado en salsa, y su comentario final fue “Es que estaba tan caliente que no le encontré sabor”.

Era obvio que me encontraba ante un hueso duro de roer. Tuve la prudencia de suspender la mayormente vegetariana lasaña que pensaba hacer el día siguiente, y no puedo decir que me arrepienta.


Día 2


* Desayuno: Taquitos en puesto de San Juan de Dios

El mercado de San Juan, uno de los más polifacéticos de la ciudad, tiene un poco de todo, y eso incluye deliciosos platillos. No podía dejar que S. se pasara por ahí sin probarlos, y la elección para desayuno de fin de semana fueron los taquitos de un puesto que se encuentra bajando las escaleras al lado de las yerberías.

Para un puesto de comida corriente, éste tiene toda la pinta de gourmet. Los tacos (tortillas de maíz con relleno de carne y otros alimentos) se preparan con toda la higiene del mundo (las personas que los hacen jamás tocan el dinero del cliente; hay un recipiente destinado a recibirlo y una única persona encargada de dar cambio) y con tortillas de maíz muy, muy blanco cocidas sobre una plancha a la vista de los comensales. En los aparadores que guardan la carne ya cocida y la mantienen caliente para la hora de cortarla no hay una sola gota de grasa.

Esta vez, S. estuvo más feliz y se comió de buen grado sus tacos. Si acaso la única obsrvación curiosa que hizo fue sobre las tortillas recién hechas: “¿Pero que aquí no tienen tortillerías...?”


* Colación 1: Frutitas de azúcar

Ni siquiera cuando estoy a dieta puedo resistirme a estos exquisitos dulces, que, hasta donde he visto, no se encuentran en ningún otro lugar de la tierra: terrones de azúcar glass mezclada con jugo de diferentes frutas y moldeada en forma de manzanas, limones, sandías, peras... Las elabora una sola familia de Guadalajara (de muy niña llegué a conocer a su inventor, que las vendía a la salida de las escuelas) y, como buen producto artesanal, se hacen y decoran a mano con pinceles y anilina. No son pegajosas al tacto y hay que mantenerlas en refrigeración si se quiere conservar su consistencia suave; son tan bonitas que si se las dejara endurecer y se las barnizara podrían servir para decorar una cocina. Eso sí, resultan muy empalagosas y por ello lo mejor es comérselas a mordisquitos, muy poco a poco, y no pasar de tres al día o algo así.

Tanto primor, sin embargo, dejó indiferente a S., y cuando le insté a probar una, sólo dijo: “Pues, ¿qué tienen de especial...?”.

Otro fracaso.


* Colación 2: Jericalla (en el puesto de doña E.).

En mi desayuno sanjuanero nunca falta un rico licuado (mezcla batida de leche, frutas y vainilla o chocolate) y lo tomo en un puesto que atiende una señora mayor de rostro amable, junto a una escalinata que sale al exterior del mercado. Esta vez, además, mi propósito era mostrarle a S. uno de los postres más típicos de la ciudad: la jericalla.

La jericalla es algo parecido a un flan napolitano, pero de gusto mucho más sutil; se hace con leche, vainilla y huevo, y es más sólida que la natilla pero igual de suave; se sirve en vasitos y se termina de cocer en horno para que la cubierta quede bien dorada. En el pasado cada casa tenía su receta particular, y me apena mucho no haber aprendido la de mi abuelita, en paz descanse.

Escogí la jericalla más hermosa y tostada y se la llevé a S.; él la miró con extrema desconfianza. Probó una cucharada y eso fue todo; tuve que acabarme el resto.

Comentario: “Es que no sabe a nada”.

* Entremés 1: Helados Bing

Al punto de la extinción, estas heladerías siguen defendiéndose como pueden en Guadalajara. No logré convencer a S. de que, si quería tomar un helado, era mucho mejor buscar uno de los que se preparan en diversos puntos de venta y no de ésos que vienen cerrados y empaquetados en tiendas (El Polo Norte, por ejemplo, que es una nevería que data de los años de la segunda guerra mundial), pero hallamos unos Helados Bing y él me dijo que en México esa marca ya no existía. Al menos conseguí arrancarle una sonrisa con ello. “Como en los viejos tiempos”, dijo.


Entremés 2: Té chai frappé, en La Flor de Córdoba

Mi bebida favorita es ésta, traída de la India y vuelta ahora tan popular: especias como clavo, pimienta, canela y sobre todo cardamomo en base de hojas de té fresco y disueltas en leche; y que, en las sucursales de las cafeterías La Flor de Córdoba, se pueden preparar en frappé. Por supuesto que S. no se iba a atrever a probar algo tan radical, así que lo que pidió para sentarnos a platicar fue un moka frapuccino, que por error nos dieron grande; muy grande para su apetito y muy pesado para la comida que seguiría.

Igual, le insistí en que probara mi chai... y vaya, que el comentario de esta vez, “¿me podrías dar otro sorbito?” repetido una media docena de veces me daba esta vez un triunfo.


* Comida: Carne en su jugo (de Karnes Garibaldi)

Por recomendación de una amiga común, S. decidió probar la carne en su jugo, otro manjar típico jalisquillo. Se trata de bistec de res en trocitos, sofrito en grasa de tocino. Una parte de esa carne se reserva para licuar con un poco de agua y tomatillos verdes cocidos, y la mezcla se devuelve para terminar de cocer el resto (eso es lo que forma el “jugo” de la carne). Para servir, se añade al plato un poco del tocino del que se sacó la grasa y se espolvorea con cilantro picado y cebolla; todo se come con cuchara y tortillas si uno quiere.

Los restaurantes Karnes Garibaldi sirven, además, una guarnición de frijoles refritos con granos de maíz tierno (receta propia) y cebollita de cambray asada. S. se decepcionó cuando le dije que no había papas fritas en el menú, pero le picó la curiosidad cuando le conté que esos establecimientos tienen el record Guinness del servicio más rápido del mundo.

Le pedí que sacara su celular y lo pusiera a modo de cronómetro para comprobarlo. Entre lo que se acercó el mesero para atendernos y el tiempo que tardó en servir la totalidad de nuestro pedido, transcurrieron cuarenta y cinco segundos (el récord mundial es de 13.5 segundos para un menú completo).

Así de rápido nos pusimos a comer, pero el moka frapuccino de S. le echó a perder buena parte de su apetito. Cieeeelos... Tuvimos que pedir una buena parte de su plato para llevar. Por la noche alcanzó a terminárselo pero dejó atrás lo que quedaba de frijoles y la mayor parte del jugo de la carne.


* Cena: Hamburguesas Garfield

Para la noche, mi organismo estaba a reventar de carne, pero acompañé al Capitán Quasar, que no había comido, a mostrarle a S. nuestro puesto de hamburguesas preferido: las Garfield, cerca de la Avenida Plan de San Luis, a unas cuadras de Américas. Las hamburguesas ahí se cocinan al carbón pero se colocan en plancha para derretirles encima queso blanco o americano. Las más caras y destacadas son las de camarón, hechas con estos mariscos frescos y enteros fritos en mantequilla y amalgamados con queso.

El Capitán simpre pide una hamburguesa de res con queso, pero yo prefiero la otra especialidad del sitio: papa asada al carbón, también, con mantequilla, champiñones, crema y mucha, muchísima pimienta; mala suerte para S., aquí tampoco hay papas fritas.

Aquella noche mi estómago no daba abasto ni para un yogurt de la tienda más cercana, y S. también se contentó con ver y oler. Ya para irnos, pidió una hamburguesa con tocino y sin queso para llevar. El manjar desapareció, paulatina y no tan misteriosamente, en el trayecto a la casa de ustedes; aún así, el comentario de S. fue: “Pues... he probado mejores”.


Día 3

* Desayuno: Paquetes del café Chai

El Chai, un restaurante cerca de la casi céntrica Avenida Chapultepec (aunque ahora tiene como tres sucursales), bautizado con el nombre de mi té preferido, sirve desayunos completos a precios muy económicos; al Capitán y a mí nos gusta ir allá cuando el domingo se pinta relajado, porque el servicio no es muy rápido que digamos.

Como S. tendría que partir ese día, pensamos darle esto como despedida, y de paso llevarlo a conocer lo que fue los suburbios de la antigua Guadalajara, con sus casas viejas rodeadas de árboles aún más viejos; el Chai se encuentra en una de esas construcciones.

El Capitán y S. pidieron hot cakes con tocino, que les sirvieron rociados con nuez y pasas y acompañados de una generosa porción de fruta (papaya, melón, naranja y una cereza fresca para decorar); yo pedí lo de costumbre: huevos estrellados que a mi gusto acompaño con queso de cabra y muchos, muchos champiñones, mas frijoles refritos con queso espolvoreado y jitomate; el costo de cada uno de estos platillos es apenas un poco más que tres dólares estadounidenses. Por el antojo de dulce no me preocupo porque el Capitán siempre me da la papaya, la naranja y la cereza de su plato, y un desayuno tan cargado garantiza que la comida y la cena del día sean mucho más leves.

S. devoró primero su tocino (ya desde antes me había hecho notar que el tocino de Guadalajara le parecía excepcional) y luego retiró todas las pasas y la nuez de los hot cakes; los bañó con miel de abeja y se comió dos de los tres que vienen en el plato, todo bañado por una taza de chai frío (¡victoria!). De haber sabido que, además de la de la fruta del capitán, tendría que dar cuenta de la suya, no hubiera pedido más que mi bebida. Ay, mi pancita...

El comentario de S. fue esta vez mucho más favorable: dijo que en la Ciudad de México rara vez se encuentra uno sitios tan agradables que sean así de baratos.


Y bueno, llevamos a S. a esperar su atuobús. La noche anterior él me había pedido que le preparar algo de comer para el viaje... y supongo que todavía tengo mucho que aprender. Pensé y sugerí primero los sandwiches que le hago al Capitán cuando sale, y ante la falta de entusiasmo, cambié... pero, ¿no creía hasta entonces imposible que alguien me rechazara unas ricas onigiri rellenas de kanikama (ensalada de cangrejo) o queso crema? Pues nada; a S. no le gusta ninguna clase de mariscos y nunca llegamos a ponernos de acuerdo con respecto al queso crema; por fin, ¿era queso o era crema?

Cielos. Entonces, ¿qué te hago?, le pregunté. Algo como unas tortas, sugirió él. ¿Tortas? Ajá, las tortas, inventadas en el Distrito Federal en 1892 (tengo el dato), son la versión mexicana del sandwich, hechas con un pan grueso que aquí conocemos como bolillo (es como una baguette pequeña).

Fuera de las famosísimas pero inconvenientes tortas ahogadas (este mismo platillo relleno de carne y sumergido en un plato de espesa salsa picante y caliente, y dejado ablandar hasta que sea posible comérselo a cucharadas), una torta en Guadalajara se prepara con un pan plano llamado telera. Lo que S. me pedía se conoce aquí como lonche.

De todas formas, ¿cómo conseguir bolillo a esas horas? Aquí en la casa de ustedes nunca falta el arroz... pero en cuanto a lo demás, siempre hay que salir. Finalmente acordamos pasar por una tienda para adquirir provisiones. S. me sugirió que la próxima vez que lo visitara en la Ciudad de México le pidiera a su mamá que me enseñara a preparar el arroz. Sigh.

La aventura culinaria, sin embargo, no terminó ahí. Hubo problemas con el autobús de S. y el Capitán y yo fuimos a recogerlo en el punto de reunión acordado con sus compañeros de viaje (que, tres horas después, no se habían aparecido). Había que conseguir otra salida. Eso no fue tan difícil, pero ya era media tarde y el estómago apretaba.

El Capitán estaba tenso como una cuerda de violín antes de una jiga irlandesa; tenía mucha tarea de su maestría. Para aliviar las cosas le propuse que fuéramos a comer lo que a él le agrada más y que, estaba segura, también sería del gusto de mi descontentadizo invitado.

* Comida tardía: Pizzas en El Pequeño Gran Chalet

El Pequeño Gran Chalet, una modesta pizzería metida en una plaza que la gente solía llamar Gigante Américas (por la ya desaparecida cadena de tiendas que se encontraba al lado) tiene una oferta permanente de sus productos al 2 por 1; eso hace que sus platillos parezcan muy caros cuando en realidad son mucho, muy económicos. Sus pizzas son de masa delgada que queda doradita, con ingredientes y queso muy frescos. De sus diversas especialidades prefiero la llamada Clásica, de salami con toneladas y toneladas de champiñones al horno; esta vez pedimos una de esas con mitad de especialidad mexicana (jamón con jitomate, cebolla y chile) y la de oferta fue una hawaiana que, acordamos, le gustaba a todos.

S. se comió varias rebanadas de la hawaiana después de quitarle toda la piña, y su comentario volvió a ser descorazonador: “¿Te acuerdas de las pizzas que están por mi casa? Ésas me gustan más”.


¿Qué hacer, qué hacer? Nada, sino reconocerme vencida en el juego de cocina y gusto que remató esta orgiástica aventura. Aprendí mi lección, ¡y de qué manera! No es nada saludable meterse todos los antojos de fin de semana... en un mismo fin de semana. Siete días después, mi cuerpo todavía se sentía flojo, pesado y falto de energía, y mi estómago pedía a gritos brócoli, tofu a la plancha y medio kilo de jícama con vinagre.


miércoles, noviembre 12, 2008

Suikoden fuera de la consola: Adaptaciones (I)

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Esta entrega y la anterior de la SuikoSaga han salido con retraso. ¡Mil disculpas! Las obligaciones cerca del fin de año han estado muy pesadas y todavía sigo bajo los efectos de la pérdida de mi cuadernito milusos. Espero tener el resto de los especiales tan puntualmente como antes.

Esta semana, de hecho, íbamos a hablar de la música de los Suikoden, pero por angas y mangas todavía no consigo poner aquí en el blog un reproductor de Mp3 tal y como lo quiero. En su lugar, dedicaremos un par de semanas a comentar las adaptaciones por las que ha pasado la serie fuera de las consolas (mencionamos ya una; hay más). Espero que les guste, y gracias por su paciencia.

En Japón es costumbre que, cuando un objeto de entretenimiento aclanza cierto éxito, se le saque de su medio original a explorar nuevos terrenos; lo más común es encontrarse series de manga (historieta) transladadas a la animación, pero también se ha dado el caso de novelas que se convierten en animación (Los viajes de Kino, Slayers, Vampire Hunter D), de videojuegos que van hacia el manga (Valkyrie Profile, Final Fantasy XII), de novelas que dan el mismo paso, y de ahí a los videojuegos (Brave Story), de manga que se hace animación y después obra de teatro (Hunter X Hunter), o que termina en novela (Fullmetal Alchemist) y de ahí un montón de etcéteras. ¿Pero qué no se cansan los japoneses de oír siempre la misma historia? La respuesta parece ser un rotundo "no".

Si mi propia afición tiene algo que decir, pensaría que el gusto de repetir la historia en diferentes expresiones artísticas viene de poder explorar nuevos ángulos de una narración que uno ya conoce y ama; diferentes medios (el cine, la literatura, los videojuegos) llevan en sí mismos ventajas y desventajas, puntos fuertes y débiles, y tiene su interés (y su dificultad) intentar aprovecharlos.

En el caso de
Suikoden, no podríamos quedarnos atrás; esta serie se ha sacado de la consola bastantes veces, tanto en trabajos oficiales, es decir, patrocinados por la casa creadora, Konami, como en publicaciones que los fans hacen por puro gusto. Ya comentamos sobre el manga basado en Suikoden III, y en su tiempo hablaremos de la labor de aficionados; platicaremos ahora de los libros.

A partir del primer juego, se hizo casi deber que las historias de Suikoden se adaptaran a algún tipo de literatura. En el caso del tercero, fue el manga de Aki Shimizu; el primero, el segundo, el cuarto y el quinto salieron como novelas, todas de la editorial Dengeki Bunko.

Las novelas de
Suikoden son, como ocurre con frecuencia en este tipo de adaptaciones, consideradas “light”; se centran principalmente en la acción y no se detienen en florituras o ejercicios literarios, sino que resumen hasta donde se puede los hechos que se narran en los videojuegos, añadiendo, eso sí, detalles para cubrir lagunas, escenas extra que profundicen en alguna personaje o detalle; en fin, todo lo necesario para que un lector ya familiarizado sienta que redescubre una trama favorita. Son las novelas también las que le han proporcionado a los héroes de la serie su nombre “oficial” y un poquito más de personalidad propia (en el juego están a merced de nuestros controles).

Hasta la fecha, se han publicado trece novelas (en un momento daremos la seriación), más cuatro volúmenes de cuentos que no siguen la línea del juego sino que expanden la historia principal y responden a varias docenas de interrogantes (¿cómo fue que Gremio, de
Suikoden I y II, consiguió su peculiar cicatriz en la mejilla? ¿En qué momento el príncipe Luca Blight, el villano de Suikoden II, se convirtió en un desalmado sediento de sangre, y por qué parece odiar tanto a su hermana y a su padre? ¿Qué problemas personales hicieron que Shu, el inteligente estratega de Suikoden II, se peleara con su maestro Mathiu Silverberg, de Suikoden I?).

Las novelas de los
Suikoden I, II y V, y los libros de cuentos son del autor Shinijiro Hori, mientras que la del IV es de Mie Takase (¡entre mis fuentes, sin embargo, hay diferencias! Estoy haciéndole caso a uno de mis vendedores favoritos de libros de usado en ebay. Ah, si supiera leer japonés...). Cada novela tiene entre doscientas y cerca de cuatrocientas páginas, viene profusamente ilustrada, con dibujos muy bonitos, por cierto; y con portadas originales de artistas que participaron en el diseño de los juegos (Junko Kawano, Fumi Ishikawa y Kaoru Huzita).

Aquí está una lista de los libros:

  • Genso Suikoden: Soul Eater, novelización del primer juego. Tres volúmenes, publicados entre diciembre de 1999 y marzo de 2000.
  • Genso Suikoden II, cuatro volúmenes, publicados entre diciembre de 2000 y septiembre de 2001.
  • Genso Suikoden IV, tres volúmenes, publicados entre septiembre y diciembre de 2005.
  • Genso Suikoden V, tres volúmenes, publicados entre septiembre y diciembre de 2006.
  • Genso Suikoden Short Stories, cuatro antologías de cuentos que fueron saliendo entre el 2000 y 2002.

Por si se lo están preguntando: no, por el momento no hay ni sombra de planes para traducir ninguno de estos libros al inglés o a cualquier otra lengua. Ya desde hace años muchos participantes en foros de discusión (como el desaparecido
RPG Stars de Konami, el de la editorial TokyoPop y por supuesto los de aficionados DueFiumi y Suikosource) hemos hecho patéticos intentos de convencer a alguna casa editorial de que se anime con la tarea; en TokyoPop, por supuesto, estaban casi todas esperanzas puesto que ellos trajeron al mercado occidental el manga de Suikoden III, pero también en Dark Horse y Viz que se han animado a traducir y vender algunas de esas novelitas “light” japonesas que mencionábamos. Lo malo de la situación es que (como respondió a nuestras sugerencias una encargada de TokyoPop), es más que obvio que el mercado norteamericano no tiene hambre de esa clase de material; sin embargo, los fans de Suikoden a nivel mundial (las peticiones para publicar material en inglés recibieron firmas de personas de Francia, Argentina, España, México, Tailandia, Rusia, Suecia, Holanda, por supuesto los Estados Unidos y otros sitios todavía más recónditos del globo) bien se acabarían una sola edición grande. Los excesos de prudencia es de lo que sufrimos aquí.

Y, por supuesto, la retrógrada idea de que la gente que gusta de los videojuegos no lee. O viceversa.

Entre que se decide algo, en un par de sitios es posible hallar más información al respecto: la
Gensopedia de DueFiumi, donde están las portadas, un breve resumen de la mayoría de las novelas y mi discrepancia en cuanto a los autores; y el Translator’s Weblog de Suikosource, en el que vienen más resúmenes e incluso algunos de los cuentos traducidos completos y con comentarios.

Sección multimedia

  • Para abrir el apetito o como regalo de consolación, aquí hay un video que encontré en youtube hace ya algunos meses, y que incluye en su totalidad las ilustraciones que aparecen en las novelas de Suikoden II (mas algunas imágenes de los cuentos, y un poco de manga de aficionados o doujinshi). La música de fondo es el intro de la serie Record of Lodoss Wars: Chronicles of the Heroic Knight).

viernes, noviembre 07, 2008

¡Que vivan los traductores automáticos!

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La vida moderna ha metido en la cabeza (de personas estúpidas) la idea todavía más estúpida de que nadie es indispensable; me pregunto a quién fue el primero que se le ocurrió. En realidad, todos somos indispensables; estamos en el mundo con algún propósito y a la medida de nuestras posibilidades lo cumplimos (ajá, habla una creyente de la Providencia). Por desgracia, cuando nuestro propósito no conviene a los propósitos de teceros estúpidos, a éstos se les hace muy fácil echar mano de esta frasecita que, no por haberse vuelto común, ha perdido su esencial estupidez.

Desgraciadamente, lo que esto ha conseguido (o casi) es devaluar a los seres humanos, ponerlos por detrás de los bienes materiales y de la idea equivocada de lo que debería ser el éxito personal. Varios ejemplos me vienen a la mente, pero el que les quiero mostrar hoy tiene que ver con el que, de todas, considero la forma más estúpida de ahorrarse dinero a costa de la humanidad: el recurrir a traductores automáticos.

Mi pobre oficio, de por sí considerado facilón y poco importante, ya sufre con la plaga de personas incompetentes y malos salarios... ¿y hay quien cree que se puede reemplazar a un traductor humano por un programa de computadora? Incluso si en el caso de traducciones altamente técnicas éste puede utilizarse como herramienta (y nada más) o si alguna vez se usa para ver de qué carambas trata una página de internet de Europa del Este, no es posible expulsar a la mano que mueve el cerebro.

Sin embargo, el día de hoy apareció en mi buzón de correo electrónico una notita que me hizo apreciar, y hasta agradecer que existan los traductores automáticos, y las personas lo suficientemente estúpidas como para tomárselos en serio. Me llegó una carta de ésas que seguramente ya conocerán... en las que el remitente acaba de heredar una gran fortuna y busca cómo sacarla de su país, por lo general algún rincón perdido de Asia o África (¿por qué no habrá nuevos millonarios en Europa, me pregunto, o en Estados Unidos, donde la cosa se vería más común?). Casi siempre esas misivas me llegan en inglés o, cuando la persona se deja guiar por mi dichoso apellido, en francés; por lo general me limito a borrarlas y ya. Pero esta vez, la persona que intenta contactarme al menos se dio por enterada de que en mi país se habla español y se tomó la molestia de pasar su cartita por un traductor automático.

Aquí la tienen en su totalidad; diviértanse.

El más estimado,

es mi placer entrarte en contacto con para una empresa de negocio que me preponga establecer en tu país, aunque no he satisfecho con ti antes de que solamente crea uno tiene que arriesgar, confiando en alguien para tener éxito a veces en vida.

Hay esta cantidad enorme de dinero ocho millón de, quinientos mil dólares unidos del estado .USD ($8.500, 000.00) que heredé de mi último padre, en una compañía de seguridad aquí en el ivoire de Cote'd antes de que él fuera assasinated por las personas desconocidas. Ahora decidía invertir este dinero en tu país o dondequiera bastante seguro el exterior África para los propósitos de la seguridad.

Quisiera que me ayudaras a transferir este fondo en tu país para los propósitos de inversión. Si puedes estar de una ayuda a mí estaré satisfecho ofrecerte que los 20% del total financian.

Gracias y el dios te bendice.
Srta.********************



Gracias al cielo por los traductores automáticos; si esta carta estuviera bien traducida y llegara a caer en manos de alguien un poquito descuidado, causaría estragos. Vivan los traductores automáticos, porque son otra sonda más para calcular la profundidad de aquello que Einstein consideró más grande que el universo entero.

miércoles, noviembre 05, 2008

Comentario: El Shui Hu Zhuan

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¡Ay, que he nacido para morir! ¿Cómo puedo saber lo que aquellos que están por venir pensarán de mi libro? No puedo saber lo que yo mismo, en otra encarnación, pensaré de él. No sé siquiera si podré leerlo después. Entonces, ¿por qué debería importarme?

Shi Nai-An, autor del Shui Hu Zhuan

Ya había jugado los dos primeros Suikoden cuando me enteré (y qué pena, hasta entonces) que los juegos estaban basados en una novela china clásica. No se me hubiera ocurrido, aunque siempre me llamó la atención que la música y la ropa de los personajes en el juego fueran tuvieran todo el estilo chino. No era la primera vez que se hacía una adaptación semejante; en el SuperNES me tocó jugar las de Romance de los Tres Reinos y más adelante, en Playstation, Viaje al Oeste; ambas, junto con el Shui Hu Zhuan (he encontrado su nombre traducido como A la orilla del agua en páginas sobre literatura china) constituyen las obras más representativas de esa nación.

Una vez terminado el Suikoden III, me lancé a buscar una traducción de la novela al español; hasta la fecha no hay una, según yo, así que no me quedó más que probar con el inglés. Tuve la suerte de encontrar, de segunda mano, la versión de la escritora norteamericana Pearl S. Buck., que ella llamó, inspirada en una frase de Confucio, Todos los hombres son hermanos. Ya hace un muy, muy buen rato que la estoy leyendo, y lamento decir que no puedo hacerles una reseña todavía. ¡No la he terminado! Está de difícil, el condenado libro... La traductora dice que intentó hacerlo lo más literal posible, para darle al lector la sensación de tener en las manos un original, y es así que mucha de la gramática suena un tanto rarita y haya que repasar un par de veces las oraciones si uno quiere estar bien seguro de lo que significan. No ayuda para nada, tampoco, el tener en las manos a ciento ocho personajes principales. Con todo, el libro es emocionante, tremendamente divertido, y cuesta trabajo soltarlo una vez que se ha tomado cierta velocidad.

La historia, supuestamente con base en hechos reales, comienza cuando Hung, un comandante del emperador, llega a un templo taoísta donde una losa de piedra, se dice, cierra el pozo donde se encuentran encerrados más de un centenar de demonios. Pese a las advertencias de los monjes, el comandante Hung levanta la losa y en ese momento escapan ciento ocho nubes doradas. Uno de los monjes explica que esas nubes son estrellas, treinta y seis del cielo y setenta y dos de la tierra, que sus nombres están escritos en la losa y que, se ha profetizado, los reyes demonios que las gobiernan causarán gran penuria entre los hombres.

Pasa el tiempo y nada ocurre; termina la vida del comandante Hung y también la de su emperador y tres que le suceden. Es cuando las 108 estrellas del destino van hallando encontrar su reencarnación humana cuando comiezan los problemas. Y aquí, conste, apenas vamos en el prólogo de la historia.

De ahí en adelante, se nos cuenta primero la historia del general Kao, un falso sirviente del Emperador, que ha ido ascendiendo al poder mediante actos de violencia y corrupción. Este comandante Kao se irá ganando paulatinamente la enemistad de su pueblo, pero nadie osa oponérsele... salvo ciento ocho personas comunes y corrientes (hombres y mujeres) que, en una fortaleza construída a la orilla de un lago, preparan un gran ejército para hacerle frente y librar al Emperador de su maligna influencia.

La vida de cada uno de estos 108 héroes, llena de acción, aventuras, artes marciales y hasta un poco de comedia, se va devanando e hilando de nuevo en un único eje, según van conociéndose, trabando amistad y relacionando en una serie de episodios encadenados. Resulta muy, muy difícil seguir todas las líneas de la trama, y Buck sugiere que , en lugar de hacerlo, uno debería simplemente dejarse llevar por las historias, atesorar las que queden grabadas en la memoria y dejar pasar las que no nos impresionen, como si esta novela fuera, la cito, “un gran desfile de la humanidad”.

Este consejo ya no me funciona, pues lo que más me deleita de este libro es analizar (y llevarme gratas sorpresas) cómo los personajes de mi serie de videojuegos favorita han sido construídos sólidamente con base en el carácter y la personalidad de sus equivalentes de la novela; eso, espero, justificará mi lentitud de lectura; otra razón por la que me estoy tardando tanto con el libro es porque generalmente lo tomo cuando estoy de vacaciones, por todo el tiempo que hay que dedicarle, y lo leo con una guía de siete páginas que incluye el nombre y el significado de cada estrella, el personaje que la encarna, nombre, apellido y apodos; lado a lado con el correspodiente en todos los juegos de la serie.

A veces me cuesta más trabajo aprenderme los 108 nombres chinos que los 540 de los juegos que ya he pasado, y uno de mis trucos de lectura consiste en rebautizar a los personajes, apodo y lo demás, con el nombre de su equivalente de los videojuegos; así resulta que el monje tatuado Lu Chi Shen, grande, algo brusco pero de generoso y enorme corazón, es Viktor (Suikoden I y II); su gran amigo y compañero de armas, un soldado caído en desgracia, el capitán Yang Chi, alias la Bestia de Rostro Azul, es Flik (ídem). El maestro Wu Yung de la Gran Inteligencia es el estratega Mathiu Silverberg (Suikoden I) y el monje taoísta Dragón que Entra en las Nubes Kung Sun Sheng, que controla el viento, no podría ser más que Luc (Suikoden I, II y III).

La estrella líder del cielo, el contador y escriba Sung Chiang, apodado la Lluvia Oportuna porque siempre se presenta donde hay necesidad para aliviar los sufrimientos ajenos, es... bueno, Sung Chiang; me da trabajo identificalo con alguno de los jóvenes héroes de los juegos, pero si tuviera que elegir a uno, sería Thomas de Suikoden III.

Las 108 estrellas del Shui Hu Zhuan no son precisamente blancas palomitas, pero su título de reyes de los demonios tampoco tiene que ver con nuestra concepción occidental de la palabra. Son, eso sí, rebeldes y proscritos, muy a la manera de Robin Hood, y acostumbraban hacerse su propia justicia, como podemos observar en un verso que un poeta posterior a la obra, Kao Wen Siu, le hace recitar a uno de ellos, Li K’uei, la estrella Tensatsu:

Si en mi camino veo a quien trate mal a un hombre
Es mi placer cavarle un hoyo tan profundo como pueda,
Pues cuando grito las mismas olas del mar empiezan a rugir
Y las colinas y montañas no se levantan ante mi puño.
Si cualquier hombre se atreviera a despertar mi ira
Entonces, aunque me tome por descuido,
Lucho con él, le doy la vuelta, ¡como pan en el asador!


A la gente le encantaba oír historias de bandidos que se oponían al estado; esto, claro, no resultó precisamente del agrado de las altas autoridades, y fue así que un decreto imperial declaró al Shui Hu Zhuan libro prohibido a finales del siglo XVIII, con la orden de que cualquier casa editora que lo publicara sería clausurada y quemadas las placas de impresión; el director de la biblioteca que lo conservara perdería su puesto, y si a algún oficial del ejército lo pescaban leyéndolo, sería multado con un año de su sueldo.

Tanto relajo por una novela...

Gracias a Dios, el Shui Hu Zhuan sobrevivió, como la sublime obra que es y para dar origen a una de las series de RPG más entrañables (bueno, también a por lo menos otro videojuego más y numerosas películas y series de televisión), gracias al sentido común de varias personas. Para cerrar esta entrada, les cuento lo que el crítico Chin Shen T’an le dijo a su hijito de diez años al obsequiarle el libro; estas sabias palabras, con todo y sus siglos de antigüedad, podrían aplicarse perfectamente a cualquier clase de entretenimiento, lectura, película o programa de tele que un papá o una mamá se sienta tentado a censurar:

“ Podría prohibirte que leyeras este libro, pero, de ser así, ¿cómo evitaría que lo hicieras de todos modos? No puedo prohibírtelo, y por consiguiente te lo doy junto con mis comentarios”.

El Viaje al Oeste fue traducido y publicado en español por la Editorial Siruela; me encantaría que hicieran con A la orilla del agua otro tanto; si son fans de Suikoden y tienen paciencia, es una lectura que recomiendo sin dudar aunque sea en una de las mútiples versiones en otras lenguas que se han puesto a la venta.

martes, noviembre 04, 2008

¿Qué es el hogar...?

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Éste es un dibujito que Ronald, un chico de doce años, le envió a su madre, que en ese entonces estaba enferma en el hospital. Por favor hagan click en la imagen para verla completa. A la derecha del cuadro se representó a sí mismo, y el señor de la izquierda es su tío; ambos se están cosiendo solos la ropa: el nombre de la ilustración está escrito en la parte de abajo: “Qué es el hogar sin una madre (o una esposa)”.

Caray, buena pregunta.

Ya me imagino a los detractores de J.R.R. Tolkien y a los amantes de lo políticamente correcto dándole rienda suelta a los malos pensamientos; el niño extrañaba a su mami porque no había quien le arreglara su ropa. Así que Tolkien era machista desde jovencito y pensaba que el lugar de una madre y una esposa era el hogar. Yo creo que tenía buenas razones para hacerlo, puesto que su madre, sola, tuvo que trabajar duro para sacarlos a él y a su hermano adelante, y eso agravó la diabetes que ya padecía. Unos meses después de recibir este dibujo, ella moriría.


Siempre he creído que el feminismo es una farsa, y que la liberación femenina lo único que hizo fue arrojar a las mujeres a una peor prisión. No fue la liberación femenina lo que sacó a las mujeres de sus casas y las puso a trabajar; eso ya lo hacían desde siglos atrás. Lo que sí hizo fue que se sientieran culpables por no hacerlo; jamás les quitó de encima las labores domésticas, por ejemplo. Según las nuevas percepciones, una mujer “realizada” tiene que deslomarse en el trabajo, y encima en la casa y en el gimnasio. Citarse a sí mismo es una sangronada, pero alguna vez escribí (y hablando de Tolkien también) que si alguien veía la “liberación” en todo ello, que me explicara por favor.


Tolkien dijo que las mujeres para ir a trabajar sólo cambiaban su subordinación a una figura de autoridad masculina (el padre o el esposo) por otra (el jefe); y en muchos países por desgracia esto es todavía cierto. Nos lo recuerdan las estadísticas, que muestran cómo las mujeres seguimos ganando menos (entre un 25 y un 50 por ciento) que los hombres por hacer el mismo trabajo; una forma más discreta de esclavitud y por la que se supone que deberíamos estar agradecidas. Alguien (y lástima que no recuerdo quién) dijo que algunos empresarios alabaron la liberación femenina porque eso les proporcionaría mano de obra barata. Y todavía hay señores que piensan que esto está bien y lo dicen sin ninguna vergüenza.

No creo que Ronald se haya planteado todas estas cuestiones cuando hizo este dibujito, pero para variar tenía sensibilidad y muy pocos prejuicios para darse cuenta de lo que ocurría; por cuestiones evolutivas (comprobables) es a las mujeres a las que les toca adaptarse a las circunstancias y realizar por igual labores que se consideran propias de uno y otro sexo. No todos los caballeros reaccionan de tan buena manera. Sospecho que la razón por la que todavía hay hombres que consideran que el lugar de la mujer es la cocina es mera supervivencia. Lo que haría falta, supongo, es una liberación masculina (deshacerse de ciertos complejos estúpidos).

Nota: La imagen está tomada de Tolkien, Life and Legend, catálogo de una exposición de documentos, fotografías y papeles de J.R.R. Tolkien que se llevó a cabo en Oxford para conmemorar el centenario del autor, en 1992.
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