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martes, diciembre 09, 2008

El escritor como "rock star": manual práctico de buena conducta

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Gracias a Hellnike por otra estupenda ilustración. =>

Ya desde hace varias Ferias del Libro me había dado cuenta de la necesidad de una especie de Manual de Carreño para los escritores, novelistas, ensayistas, cuentistas y poetas, locales y visitantes. Si el objetivo del libro mencionado es, como debe de ser, fomentar la convivencia y buen trato entre cada uno de los individuos que componen la humanidad, entonces uno adaptado a esa categoría que a veces se siente como de otro planeta se vuelve no sólo necesario, sino hasta urgente.

No sé si llegue alguna vez a componer ese folleto, pero por lo pronto, aquí está mi aportación: algunos consejos y tips que por experiencias propias y ajenas he aprendido a lo largo de bastantes años y que estoy segura que serán de utilidad. Aunque sea para endilgárselos a alguien más.


Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de los escritores de todos los sexos habidos y por inventar en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales relacionadas con el oficio.

  1. Recuerda que te debes a tus lectores; no puedes darte el lujo de ser sangrón, petulante o mamila con ellos.
  2. Sé cortés. Saluda a todos, habla con todos, cede tu asiento, deja pasar a los mayores y a los chicos.
  3. No niegues una firma a quien te la pida, ni un momento de conversación a quien se muere por hablar contigo.
  4. Habla claro para que todos puedan entenderte; no seas pedante.
  5. Expresa tus opiniones propias con seguridad y firmeza, y también con la humildad del que se sabe falible (todos lo somos).
  6. Si te están interpretando, habla despacio y haz pausas.
  7. Si eres hombre, no te vayas a los besitos y los arrumacos con tus lectoras; si eres mujer, nada de andar pellizcando a tus lectores. Compórtate.
  8. Báñate. Rasúrate, Depílate. Aséate. Usa ropa limpia. Convierte tu mínimo de higiene en máximo cuando vayas a estrechar la mano de tus lectores.
  9. Come lo que te ofrezcan, bebe lo tengan para darte. Y agradécelo.
  10. Las poses de diva nos quedan mal a todos, pero ten en mente que si uno está feo/gordo/flacucho/pelón/peludo/babeante, el efecto es todavía peor.
  11. Ni se te ocurra aparecerte en público borracho o drogado; si tienes vicios, no los hagas parte de tu “show”.
  12. Procura deshacerte de tu novia/esposa mamona o de tu novio/esposo metiche cuando menos con quince días de anticipación a cualquier evento; si no encuentras dónde dejarlo(a) o haces el drama de no poder vivir sin él/ella, a ver si aprendes de una buena vez a ponerlo(a) en su lugar.
  13. No escondas tu ejemplar de Fruits Basket bajo un libro de Umberto Eco; siéntete orgulloso de lo que lees y presúmelo.
  14. No hagas proselitismo político; ese trabajo no te corresponde. Si necesitas expresar tu ideología, hazlo como mejor sabes: por escrito.
  15. No te tomes demasiado en serio. Ríete de todo lo que puedas, pero, antes que nada, de ti mismo.
  16. Respeta al conserje que barre los pisos y limpia los baños, al cocinero que prepara tu comida, al albañil que construye las casas; su trabajo es muchísimo más importante que el tuyo.
  17. Hazte a la idea de que no todo el mundo te conoce, ni a todo el mundo le agrada tu trabajo. Te evitará malos ratos.
  18. Paga tus impuestos. Si no te los cobran, ofrécelos espontáneamente. Con más razón si estás podrido en lana.

domingo, diciembre 07, 2008

La super oferta de Random House Mondadori

Hace algunos añitos, a Ediciones B (me parece) se le ocurrió poner una interesante estrategia de venta en su stand de la Feria del Libro; regalaban una bolsita de papel estampada con el logo de la editorial y uno podía llevarse cuantos libros entraran en ella por cierta cantidad de dinero. Quién sabe qué tan conveniente les haya salido el negocito; creo que sólo el año siguiente lo repitieron. Pero ahora la editorial Random House Mondadori decidió hacer lo propio, si bien con una variante un tanto... astuta.

Miren el letrero que tenían puesto en su stand:

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Todos los libros de colección bolsillo que entraran en la caja por 199 pesos... Ahora, como si no bastara el tamaño mínimo de la cajita (que por desgracia no salió en la fotografía), todavía le advierten a uno que no podrá llevar más de tres libros por caja. ¿No hubiera sido mejor, en ese caso, ofrecer los tres por ese precio? No, porque a menos que los hubiera muy flaquitos todavía era posible que en la diminuta caja sólo tuviera sitio para dos.

Vaya, pues...

jueves, diciembre 04, 2008

Hallazgos y recomendaciones de FIL 2008

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Con todo y flores de origami literario; el stand de Asgard Distribuciones es una delicia para visitar. Al fondo, libros de Editorial Gigamesh, que, gracias a Asgard, ya no será imposible de hallar en México.

Listas las recomendaciones de este año para la Feria del Libro... y espero que hayamos llegado a tiempo. ¡Fiuuu! Como les iba comentando hace un par de entradas, el tamaño de la Feria ha crecido mucho, pero eso no significa, necesariamente, que haya ocurrido lo mismo con su contenido. Se agradece, eso sí, el espacio extra, y sobre todo los lugares de descanso. En estos días me he dado cuenta también de que la nueva numeración de los stands es mucho más sencilla que la anterior y resulta sencillísimo ubicarse. Así que, veamos, aquí tenemos la lista de recomendaciones de todos los años.

Si lo que buscamos es fantasía, vamos a encontrar de sobra este año; la mayoría de corte juvenil. Aquí entre nos, esta situación ya me tiene un poco harta... así que no voy a mencionar todos y cada uno de los ejemplos que hay disponibles. Nunca creí que la fantasía llegara a saturarme, pero sin duda que como está la cosa hace falta una muy buena revisada del material a la mano; no todo es bueno, no todo puede serlo, y mi estómago tiene ganas de un poco de material ADULTO. Si tienen más paciencia que una servidora, por favor vean todo lo que tenga dragones en la portada y díganme si vale la pena. Ahora, entre estante y estante, podemos separar algunos libros de interés.

  • En el stand de Océano (H1), Harry Potter da las últimas patadas. No que eso me entristezca, la verdad; tengo más o menos buen olfato para la trascendencia. Random House Mondadori (stand F1) sigue fastidiando con la serie de Eragon. El verdadero hype está en las novelas de Stephenie Meyers, Crepúsculo y sus continuaciones, que una servidora tiene todas, pero todas las intenciones de pasar por alto.
  • Creo que el mejor hallazgo que tuve en la feria fue Asgard Distribuciones, en el stand JJ32; se trata de una nueva compañía que ha decidido apostarle a varias editoriales españolas, entre ellas Gigamesh, lo que antes era Ediciones Martínez Roca y que en su tiempo trajo a México lo mejor de fantasía y ciencia ficción de su tiempo. En el stand se puede encontrar, en versión bolsillo y a buen precio (160 pesos aproximadamente) para semejantes tabiques, cuatro volúmenes de la serie Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin; no la he leído la verdad pero me la han recomendado mucho. Ahora, que si sólo pudieran llevar algo de ahí, no dejen pasar Las puertas de Anubis, de Tim Powers, que todavía recuerdo como una estupenda aventura de magia y viajes en el tiempo; y Bosque Mitago, la historia de un misterioso lugar donde, en pleno siglo XX, han ido a habitar los seres de leyendas y mitos. La pistola de rayos, de Philip K. Dick, también está ahí para los fans de este autor.
  • La editorial Planeta (stand G5), como siempre, trae libros de Editorial Minotauro y Timun Mas, a precios de espanto. El sueño imposible de ahí es la edición especial de El Hobbit, en cajita de madera y con una portada que es copia de la primera edición original; no vi la especial de Hijos de Húrin pero me imagino que ahí está también. Ahora, la buenísima noticia es que tienen bastantes libros en oferta, desde 69 a 99 pesos, y que varios de este precio son excelentes opciones: está Planos paralelos, cuentos de Ursula K. LeGuin, Gormenghast, de Mervyn Peake, y El día de los trífidos de John Wyndam (si ya leyeron Ensayo sobre la cegera de José Saramago el argumento se les va a hacer extrañamente conocido, pero no se dejen engañar: El día se escribió antes). Para los amantes de J.R.R. Tolkien hay también para darse gusto: Tolkien, Señor de la Tierra Media, de Joseph Pearce, una colección de ensayos por si el interés es la religión cristiana; El viaje del Anillo, de Eduardo Segura; y El camino a la Tierra Media, de Tom Shippey, un trabajo académico accesible que, piensa una servidora, ningún fan debería perderse. Tolkien, Preguntas frecuentes (y no tan frecuentes), por los colaboradores de elfenomeno.com, es estupendo para dárselas de experto en Tolkien sin matarse demasiado. Ahora, si pueden aguantar la punto menos que nauseabunda traducción de estos libros, están la compilación de Karen Haber La Tierra Media y Tolkien: Autor del siglo, de Tom Shippey también.
  • De vuelta con los internacionales, la distribuidora Azteca, en el stand II27, trae ahora sí un muy buen surtido de Fullmetal Alchemist en español, un poquito más caro que como se consigue en inglés, y entre sus dosis habitual de novelas gráficas europeas está Persépolis, de Marjiane Satrapi, a buen precio (300 y pico pesos) si uno considera que es la obra completa de cuatro volúmenes. Ediciones Valdemar también está ahí, aunque cara para variar, y hay un poco de material para juegos de rol.
  • Santillana (stand G1), que está haciendo su agosto entre las chicas con la mencionada Crepúsculo, trae una nueva novela fantástica de Laura Gallego García, La Emperatriz de los Etéreos. Me la quiero comprar, aquí entre nos, aunque lo poquito que le he leído a esta chica en años pasados, todo de Ediciones SM (en el stand A1) nomás no me acaba de convencer (demasiado Dragonlance para mi gusto). En esta misma editorial hay una muy buena variedad y novedades en español. Todavía no decido qué llevarme de ahí.
  • Random House Mondadori (F1), a la que le daremos más adelante un merecido balconeo, tuvo la puntada de reimprimir El vuelo del dragón, de Anne McCaffrey (una novelita ganadora del premio Hugo bastante ADULTA) para revenderla como literatura juvenil, y además con una recomendación de Christopher Paolini en portada. Y háblese de humillaciones...
  • También en Random House: No la he comprado, la voy a comprar algún día, posiblemente se encuentre más barata en Ghandi... pero yo quiero La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz, una ganadora de Pulitzer que cuenta la historia de un chico nerd al que ni los mismos nerds aceptan.
  • Antes de que se me olvide: Ghandi (stand F10) trae una amplia selección de Factoría de Ideas (fantasía, ciencia ficción, cyberpunk y terror) a sólo 49 pesos por libro.
  • En Grupo Editorial Norma (C1) hay una nueva edición de la novela de fantasía Los días del venado, de Liliana Bodoc, a la que Ursula LeGuin ha llenado de flores, pero del que una servidora opina que mmmmmhhhhhhh... Bueno, pasemos por alto al antipático personaje principal (nuestro guerrero “elegido” de costumbre) y centrémonos en la hermosa ambientación.
  • Ediciones B (I1) sigue ofreciendo Los Mundos Mágicos de El Señor de los Anillos, de David Colbert; yo sé lo que les digo: consíganlo. También, aunque sin tanta alharaca, las novelas de Phil Pullman que, ya sé, he prometido leer. Ahí se encuentra Vencer al dragón de Barbara Hambly.
  • La librería Colofón (D2) famosa por su venta de elfitos de plástico y sus precios no precisamente accesibles, trae una agradable sorpresa: libros de lingüística y literatura de la editorial Gredos (“Greedy”, debería llamarse por lo que cuestan de ordinario) a sólo 150 pesos. Ajá, no suena barato, pero si consideramos que esos ejemplares cuestan normalmente entre trescientos y cuatrocientos...
  • Ya casi para terminar: la librería Parroquial de Clavería (N2) vuelve a la carga con sus novelitas en oferta, pero esta vez resurtieron dos que ya hace un tiempo que no se veían: dos novelitas publicadas en inglés unos diez añitos después de El Señor de los Anillos, que van por el mismo corte, y que han quedado injustamente olvidadas entre trabajos de menor calidad: Doneval y su continuación Favila, de Graham Dunstan Martin; la verdad que para los siete pesos que cuesta cada una, hay que correr por ellas.
  • Por último: varios de ustedes me han preguntado por trabajos de mi querido Capitán Quasar; bueno, por ahorita, está en Editorial Lectorum (F3) El hombre en las dos puertas, una antología de cuentos en homenaje a Philip K. Dick editada por Gerardo Horacio Porcayo, que incluye una historia muy rara del Capitán, El señor del Dharma.
Añadido en edición: He corregido un par de erratas y dudas que tenía sobre la localización de algunos libros y stands. Pero ya está todo listo... con confianza, a buscar.

lunes, diciembre 01, 2008

FIL: Las primeras 48 horas

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La Feria Internacional del Libro me trae una mezcla de sentimientos raros; durante un tiempito me vuelvo bipolar. Nomás de sentir que se acerca empieza a arderme el bolsillo al mismo tiempo que siento mareos de felicidad; cuando entro a ella me la paso fascinada revolviendo estantes mientras que muy en el fondo de mi corazón se instala una diminuta y persistente sanguijuela que me susurra: “¿Te das cuenta de todo el tiempo que ha pasado desde que te apareciste aquí por primera vez y no has publicado una sola novela? ¿De veras crees que todos los autores que tienen por aquí sean mejores que tú? ¿Por qué no te aplicas de una vez a tu vocación?”. Por lo general termino haciéndole un nudo en la panza para que engorde sin succionar tanto y reviente. Es más común, sin embargo, que la acabe decapitando con una tarjeta de crédito, a la primera señal de ofertas. ¡Libros, libros!

Ya se habrán imaginado por mi desánimo en el post anterior... a partir del 2005, el fin de año me da bastante miedo. Intento ahorrar... y uno de mis fallidos intentos de hacerlo (el menos viable, de hecho) es montarme el propósito de no asistir a la Feria del Libro.

Nunca lo voy a cumplir; me conozco demasiado bien. Como cualquier otro ser humano, tengo mis vicios y me va a costar trabajo dejarlos. Así que, para no darle vueltas al asunto, déjenme compartirles un poco de los dos primeros días de la Feria; espero de corazón que puedan asistir porque hay muchas cosas interesantes (libros, por supuesto, pero también conciertos, teatro, cine y conferencias, y todo al precio de un boleto de entrada: menos de dos dólares para entrar si uno es público general, apenas uno y muy poco para entrar con credencial de estudiante o maestro).

Lo primero que notamos el Capitán y yo esta vez al llegar fue todo lo que ha cambiado... no sólo con respecto al año pasado sino a prácticamente todas las ocasiones anteriores. Antes, al bajar por la rampa más cercana a la entrada principal, uno se daba de narices con la parte media del evento; lado a lado estaban todos los stands y ya sabíamos que a la derecha estaría el Pabellón Católico y la Parroquial de Clavería mientras que al extremo contrario encontraríamos a los expositores internacionales; a fuerza de costumbre ya nos sabíamos dónde estaba Planeta, Urano, Porrúa.

Ahora, justo a la derecha de la rampa, hay una pared y ahí comienzan los puestos. ¿Pero faltaba la mitad de los expositores?

La disposición de los stands también cambió, y al principio eso nos dejó tan confundidos... Ya no hay stands al estilo de un pasillo que la gente cruzaba al pasar; ahora todos están encerrados, como en cámara o corral, y la gente tiene que entrar a ellos como cualquier librería. Supongo que eso es para prevenir el problema de robo de libros que es casi tradición aquí. En lugar de números, nada más, están marcados además con letras (que señalan los corredores).

Los pasillos más amplios han sido rebautizados con nombres alusivos: “de los escritores”, “de los cuentistas”, etc. Hay entre uno y otro suficiente espacio como para sentarse a descansar, y, a diferencia de los otros años, ningún vigilante fastidioso llega a pedirle a uno que se ponga de pie; la alfombra está limpia para ello pero de todas formas se han colocado algunos muebles, aparte de las banquitas de toda la vida, y hasta cojines y puffs en algunas zonas. Ahora, la primera impresión con todo ese espacio vacío es que hay meno gente en la Feria; y la segunda, terrible, salió cuando, a paso más o menos rápido, terminamos de recorrerlo en sólo dos horas y media. ¿Dos horas y media, cuando solíamos tardar cuando menos el doble? Terminamos con esa brevedad de peinar el área principal y el corazón se nos llenó de desilusión. ¿Y los expositores internacionales? ¿Y la librería Azteca, con todos sus productos raros y caros? ¿Dónde estaban los japoneses y los coreanos?

El principio del fin, pensamos el Capitán y yo, y él hasta lo puso en voz alta. En lo que recorríamos de vuelta el pasillo de en frente, pensando si gastaríamos el repentino tiempo libre en lamentaciones, vimos un espacio abierto junto a lo que antes era una pared más junto al estacionamiento. No, volteamos a mirarnos; eso no estaba ahí antes. Nos acercamos y, para nuestra sorpresa, ahí se abría un segundo pabellón. Casi todos los expositores internacionales que habíamos echando en falta estaban ahí, junto con algunos más que no conocíamos; los tiraderos de libros y ofertas (ejemplares de entre diez hasta 120 pesos... de menos de uno hsta diez dólares aproximadamente) están concentrados en ese lugar, y en un lado hay una gigantesca área de negocios.

No fue la última de las sorpresas: la pared que vimos en la entrada junto a la rampa da paso a un tercer pabellón, el infantil, con todavía más stands de libros, pero que alberga también talleres, un nuevo salón para autores, un escenario muy grande para diversos actos, una mini exposición de arte y hasta un comedor.

La zona principal, donde se encuentra el país invitado de honor, Italia, abre el evento... la decoración es muy sobria (demasiado, casi) pero hay muchos libros en español e italiano a la venta. Todavía no me decido a pescar algo de ahí.

En fin... que tras cuarenta y ocho horas de feria, apenas pensé en la crisis económica... me gasté en dos días lo que no hago en dos meses... y resulta que llegué a la conclusión de que sí, ésta sigue siendo la época del año que me gusta más, y que es en la Feria donde me siento más feliz. Me gusta andar así, rodeada de libros, entre gente que platica de libros y con la que se puede platicar de libros. Hasta los momentitos desagradables acaban rematando en algo divertido, como verán a continuación.

Aquí les muestro algunas frases y anécdotas graciosas que ocurrieron en estos dos días:

* * *


“Hasta los baratos vienen caros”.

Lo que dijo el Capitán cuando nos dimos cuenta de que los libros de Ediciones Paidós no traían descuento.


* * *


“¡Hijo del caos!”

Exclamación de un joven, cuando un empleado de Planeta le dio los precios de las novedades de editorial Timun Mas.


* * *


“Y... ¿si tu mamá no te permitiera los juegos de video... digamos... hasta que leyeras un libro? ¿Te parece...? Tendrás que leer un libro en diciembre... para poder usar los juegos de video... en enero. ¿Le parece bien, señora? ¿Le parece bien...?”

Representante de Tyndale a una mamá y su hijo que se habían detenido frente a su stand. Una servidora miraba a unos pasos de distancia, moviendo la cabeza con un poquito de horror. ¡Sigan así, señores! ¡Una excelente forma de lograr que los chicos odien la lectura!


* * *


“¿Hemeopatía? ¡Oye, que si tenemos algo de hemeopatía!”

Grito a voz en cuello de un empleado de Planeta cuando un señor llegó a preguntarle sobre material de medicina alternativa.


* * *


Y esta escena ocurrió cuando una servidora llegó al stand de Ghandi, en busca de cierto librito de editorial Paidós:

Chica de amarillo: Uhhhhh... pues pregúntele a cualquiera de los jóvenes de amarillo que están aquí.

Segunda chica de amarillo: Pueeeeeessss...

Tercera chica de amarillo (cuando la segunda le preguntó por el libro): Pregúntale a Liz.

Tercera chica de amarillo: ¿De qué editorial es?
Aising: Paidós.
Tercera chica de amarillo: ¿Páidos?
Aisling: Sí; Pai-DÓS.
Tercera chica de amarillo: Pueeess... creo que no la manejamos.
Aisling: Sí, sí la manejan; vi el libro en su tienda.


Después de un minuto, regresó la segunda chica de amarillo.


Segunda chica de amarillo: No, no tenemos ese libro aquí, pero si gusta buscarlo en la tienda...

Sigh.


* * *


Capitán (leyendo un libro de vulcanología): ¿Qué mató a Plinio el Viejo?
Aisling (medio dormida): El Paricutín...


* * *


Otro diálogo, esta vez entre mi hermana B. que me visita y un empleado de la editorial Siglo XXI.

B: ¿Tiene algo nuevo de la colección “Ciencia que Ladra”?
Empleado: No, nosotros no la manejamos.
B: Sí, sí la manejan; sólo quiero saber qué traen de novedades.
Empleado: No, no la manejamos.
B: Si le encuentro algo de esa colección en su stand, ¿me regala el libro que yo quiera?
Empleado (muy serio): Sí.
B: Bueno (y tras unos minutos de búsqueda). Aquí está.
Empleado: ...
B: Entonces, ¿me va a regalar un libro?
Empleado (asustadísimo): Yo no le dije qué libro le iba a regalar... ¡yo no le dije que le iba a regalar un libro!


* * *


Y el último... cuando mi hermana y yo fuimos a buscar unas bolsas de tela que vendían en la Editorial Porrúa para cargar nuestras compras.


Empleada: No, ya se nos terminaron.
Aisling: Qué lástima... ¿les irán a traer más?
Empleada: Sí, al rato.
Aisling: ¿Como qué tan al rato?
Empleada: Como en una media hora.
Aisling: Bueno, entonces volvemos en media hora.
Empleada: No.
Aisling: ¿No? ¿No las van a traer al rato?
Empleada: No, hasta mañana.

¿¿¿¿¿?????


* * *



Espero que se hayan divertido. Oportunamente, les pondré aquí una lista de hallazgos y recomendaciones; y, según lo vaya permitiendo el tiempo, resúmenes de conferencias y reseñas de los libros. Habrá, como el año pasado, una mesa de escritores irlandeses a la que por supuesto voy a asistir, y varias anécdotas más que quisiera compartir.

Mientras tanto, si piensan visitar Guadalajara, no se olviden de pasar por la Feria del Libro.
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La casa de Aisling by Laura Michel is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.5 México License.