domingo, febrero 14, 2010

¿Quién pudiera merecerlo?


Encontré esta foto maravillosa en un foro de cosplay; por desgracia, los créditos estaban en japonés. Espero me pasen por alto la falta.


Ah... nunca voy a sentirme capaz de escribir yo misma la entrada de este blog que insisto en poner cada 14 de febrero. La verdad es que ya ni siquiera me esfuerzo; en lugar de ello me las arreglo para que alguien más hable por mí. Estuve varios días pensando qué hacer, y segura de que iba a ser punto menos que imposible superar la entrada del año pasado. Así que opté por repetir a C.S. Lewis. Aquí tienen algunos fragmentos más de Los Cuatro Amores. El primero es del prólogo y los que vienen son del capítulo de la amistad, y no están en orden de aparición. Han sido traducidos nuevamente por Yours Truly, con dedicatoria para todos ustedes, mis amigos a lo largo de los años: a quienes he visto muchas veces, a los que no he visto más que una, a los que no he conocido más que en letras o en voz (nada de ello incompatible con lo que Lewis considera la amistad: una cuestión de intelectos similares, de búsqueda de la misma verdad).

"Amar, de cualquier manera, lo hace a uno vulnerable. Ama cualquier cosa, y tu corazón se verá oprimido y posiblemente roto. Si quieres asegurarte de mantenerlo intacto, no debes darle tu corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente en pasatiempos y pequeños lujos; evita todo lo que pueda involucrarte; enciérralo con llave en la caja o ataúd de tu egoísmo. Pero en ese ataúd (resguardado, oscuro, inmóvil, hermético) cambiará. No se va a romper; se volverá invulnerable, impenetrable, irredimible. La alternativa a la tragedia, o por lo menos a arriesgarse a la tragedia, es la condenación. El único lugar fuera del cielo donde uno puede estar perfectamente a salvo de todos los peligros y transtornos del amor es el infierno."

"Y es así que imaginamos a los amantes cara a cara, pero a los amigos lado a lado; su mirada fija hacia el frente. Es por eso que esas personas patéticas que simplemente “quieren amigos” no consiguen ninguno. La condición misma para tener amigos es que además de amigos debemos querer otra cosa. Si la respuesta sincera a la pregunta “¿ves la misma verdad que yo?” fuera “no veo nada y la verdad no me importa; sólo quiero un amigo”, no puede haber amistad... aunque tal vez sí afecto. No habría nada en qué basar la amistad, y la amistad debe de apoyarse en algo, aunque sea el entusiasmo por el dominó o por los ratones blancos. Los que no tienen nada no pueden compartir nada; los que no van a ninguna parte no pueden tener compañeros de viaje."

"La amistad surge del simple compañerismo, cuando dos compañeros descubren que tienen en común alguna percepción o interés o hasta un gusto que los otros no comparten, y que cada uno creía que era su propio tesoro (o carga). La expresión típica del inicio de una amistad podría ser algo así como “¿Cómo? ¿Tú también? Creía que yo era el único”."

"Esos son los momentos más valiosos; cuando cuatro o cinco de nosotros, después de un día de arduo trabajo, hemos vuelto a nuestra posada; con las pantuflas puestas, los pies extendidos hacia la chimenea y nuestras bebidas al alcance de la mano; cuando todo el mundo y más allá se abre a nuestras mentes cuando hablamos, y nadie tiene ninguna exigencia ni responsabilidad, sino que todos somos hombres libres e iguales como si nos hubiéramos conocido una hora antes, mientras que al mismo tiempo nos envuelve un afecto suavizado por los años. La vida (la vida natural) no tiene un mejor don que regalar. ¿Quién pudiera merecerlo?"

De C.S. Lewis; The Four Loves

sábado, febrero 06, 2010

Receta: Gyudon


©Cooking Mama, del juego homónimo de Office Create, publicado por Majesco para Nintendo DS.

Los donburi (tazones de arroz blanco con algún tipo de guisado encima) son mi platillo favorito para tiempos de frío o tristeza; me gustan con suficiente caldo tibio y con algún toque dulce y reconfortante. Varias veces los he preparado con pollo, pero la semana pasada probé uno con carne de res, que se llama Gyudon, por inspiración de un librito muy simpático que conseguí el año pasado: The Manga Cookbook de Yoko Ishihara y Chihiro Hattori.

A continuación les paso la receta, ya probada y adaptada. Es sencillísima.


Ingredientes (para dos a 3 porciones):

  • 300 gramos de filete bola o cualquier carne de res magra, en rebanadas muy, muy delgadas.
  • 1 cebolla pequeña.
  • 1 pimiento rojo.
  • 3 tazas de arroz blanco (gohan)

Para la salsa:


  • 1/4 de taza de salsa de soya
  • 1/4 de taza de mirin o jerez seco
  • 3 cucharadas de azúcar o un sobre de endulzante (usen un poco más si optan por el jerez)
  • 1 cucharadita de consomé
  • 3/4 de taza de agua

Herramientas:

  • Cuchillo y tabla para cortar los ingredientes
  • Wok o sartén
  • Palita de madera o palillos de cocina
  • Recipiente para guardar los ingredientes
  • Tazones hondos para servir
  • Spray o aceite para cocinar

Procedimiento:


1. Cortar en juliana la cebolla, y el pimiento en rebanadas delgadas.

2. En la sartén o wok, sofreír el pimiento con muy poco aceite, hasta que se suavice pero sin que quede demasiado cocido. Retirar del fuego y apartar (esto será nuestra guarnición).

3. Añadir un poco más de aceite, y acitronar la cebolla (es decir, que quede transparente y suelte algo de olor).

4. Revolver bien los ingredientes de la salsa, verter en la sartén o wok y cocinar a fuego lento.

5. Cuando la mezcla esté hirviendo, agregar la carne, y dejar cocinando unos cinco minutos más, hasta que la res esté bien cocida pero suave y flexible.

6. En cada tazón, colocar suficiente arroz blanco (aproximadamente una taza). Servir encima el guisado de cebolla y carne con caldo al gusto. Decorar con el pimiento rojo.

martes, febrero 02, 2010

Oscar



Me dio mucho gusto, cuando se dieron los nombres de las películas nominadas al Oscar este año, encontrarme con que en la categoría de “mejor película” se encuentran dos de ciencia ficción, Distrito 9 y Avatar. Hasta hace unos pocos años, bastaba con que una película fuera de corte fantástico para que de inmediato se le considerara un asunto poco serio y que se la relegara, si había calidad, a las ternas de efectos especiales y por el estilo.

Recuerdo que en su tiempo La Guerra de las Galaxias también compitió para mejor película; la diferencia es que esta vez sí creo que Avatar, con todo y que no es la gran maravilla, podría llegar a llevárselo. No tengo a los Oscar en tan alta estima (vamos, si fueron premios que le dieron a Titanic, y a El silencio de los inocentes), pero los tomo como termómetro de popularidad; es buena señal que la gente comience a poner las películas de mis géneros preferidos a la misma altura que los otros; los años ochenta, que todavía tienen los mejores filmes de esta clase, nunca vieron algo así.

Pero otra cosa que me encanta de los Oscar es que de algún modo garantizan que una película se pueda estrenar en México, y lo que más feliz me ha hecho es que está nominada como mejor animación una película irlandesa bellísima, The Secret of Kells, que ya lleva un tiempo en Europa y que Amiba me hizo el favor de conseguirme. Aquí está un link al corto promocional en youtube. Aunque como se ven las cosas, lo más probable es que pierda contra Up.

¡Me muero por verla en pantalla grande! Aunque ya me imagino... cuando la traigan por acá de seguro le pondrán doblaje de estrellitas de la TV, como han hecho últimamente... imagínense, el único personaje femenino (que por cierto, tiene un nombre precioso, ¿no creen?) con la voz de Danna Paola o alguna aberración semejante. Sigh.
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