miércoles, marzo 17, 2010

At heart


Fragmento del vitral de San Patricio en la Catedral de
su nombre, County Armagh, Irlanda.


Dos fechas (se habrán dado cuenta) no dejo pasar sin escribir algo en el blogsito: una es el día de San Valentín, y la otra el de San Patricio. Para esta entrada no tuve mucha inspiración (algo común en estos días), así que se me ocurrió lo que va a parecer un fusile (copia) de uno de mis blogs amigos, Bocetos Literarios. Hace un tiempo su titular, el Pere, subió ahí la oración llamada Coraza de San Patricio (estoy casi segura que por darme gusto, je, je, je... ¡gracias!). Pensé que era una buena idea reciclarla para aquí. Ahora, las fuentes son distintas... la suya es la Enciclopedia Católica y no hace constar traductor; lo que podrán leer aquí es la versión del irlandés al inglés por Whitley Stokes, John Strachan y Kuno Meyer, y del inglés al español por Yours Truly. Espero que les agrade.


Me levanto hoy
Por medio de una fuerza poderosa, la invocación de la trinidad,
Por creer en los Tres,
Por confesión del Uno,
Del Creador de la Creación.

Me levanto hoy
Por la fuerza del nacimiento de Cristo y Su bautismo,
Por la fuerza de su crucifixión y su sepulcro,
Por la fuerza de su resurrección y asención,
Por la fuerza de su regreso en el juicio del fin del mundo.

Me levanto hoy
Por la fuerza del amor de los querubines
En obediencia de los ángeles
Al servicio de los arcángeles
En espera de la resurrección que traerá recompensa,
En las oraciones de los patriarcas,
En las predicciones de los profetas,
En las palabras de los apóstoles,
En la fe de los confesores,
En la inocencia de las santas vírgenes,
En las obras de los hombres justos.

Me levanto hoy
Por la fuerza del cielo:
La luz del sol,
El brillo de la luna,
El resplandor del fuego,
La velocidad del relámpago,
La ligereza del viento,
La profundidad del mar,
La estabilidad de la tierra,
La firmeza de la roca.

Me levanto hoy
Con la fuerza de Dios que me conduce,
El poder de Dios que me sostiene,
La sabiduría de Dios que me guía,
La mirada de Dios que me cuida,
El oído de Dios para escucharme,
La palabra de Dios para hablar por mí,
La mano de Dios para guardarme,
El camino de Dios para seguir,
El escudo de Dios para protegerme,
Las legiones de Dios para salvarme
De trampas de los demonios,
De tentación de los vicios,
De todo el que me desee mal
lejos y cerca,
solo y en multitud.

Entre mí y estos males invoco hoy todos estos poderes
Contra cada fuerza despiadada que oprima mi cuerpo y mi alma,
Contra los conjuros de falsos profetas,
Contra las oscuras leyes de lo pagano,
Contra las falsas leyes de la herejía,
Contra las artes de la idolatría,
Contre hechizos de brujas y fraguas y hechiceros,
Contra lo que sea que corrompa el cuerpo y el alma.

Que Cristo me escude hoy
Contra veneno, contra quemaduras,
Contra sofocación, contra heridas,
Para que a mí venga recompensa a manos llenas.
Cristo conmigo, Cristo delante de mí, Cristo detrás de mí,
Cristo en mí, Cristo bajo mis pasos, Cristo sobre mi cabeza, Cristo desde el cielo,
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando descanso, Cristo cuando me siento, Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de cada uno que hable de mí,
Cristo en cada ojo que me vea,
Cristo en cada oído que me escuche.

Me levanto hoy
Por medio de una fuerza poderosa, la invocación de la trinidad,
Por creer en los Tres,
Por confesión del Uno,
Del Creador de la Creación.

Domini est salus, Domini est Salus. Christi est salus.
Salus tua, Domine, sit semper nobiscum,


Amén


En la antología de poemas irlandeses recopilados por Kathleen Hogan, se menciona que esta oración se supone obra del mismo Patricio cuando estaba por desafiar a los druidas de la colina de Tara, y que con ella deseaba formar una cota de malla donde los anillos trenzados fueran de pura y dura fe. Para más sobre esta historia, por favor visiten la primera entrada que puse un 17 de marzo, y como youtube retiró de ahí la hermosa canción de Moya Brennan sobre nuestro santo, al final les pongo un botón para volverla ahí (tuve la suerte de volverla a encontrar en una página tailandesa o vietnamita o algo así; la traducción viene en la vieja entrada que les menciono).


lunes, marzo 15, 2010

Retomar

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J.C. se siente tan agobiado como yo. Pero una servidora
no puede treparse a dormitar a los libreros.


¡No puedo creer que llevo un mes sin actualizar el blog! Me parece (podría estar equivocada; si es así, corríjanme) que es la primera vez que me sucede; me refiero a hacerlo así, sin avisar y sin cerrar la casa. Ojalá pudiera decir que ha sido un mes poductivo o algo, pero no es así. Pero tampoco, va en serio, ha sido producto de la flojera. Tesis que asesorar, casa, familia y trabajo han estado consumiendo gran parte de mi cerebro; amistades, blogósfera, correo electrónico, redes sociales y semejantes han quedado descuidadas.

Tengo la impresión de que el tiempo se me escapa de las manos como un salmón adulto y untado con manteca que está desesperado por desovar. En Cuaresma, mi época menos favorita del año, tengo que recordar que mis viejas y nuevas mortificaciones son nada comparadas con las de otros (y para muestra, el mundo en general y mi país en particular pasan por constantes tragedias), y puesto que tengo poca imaginación y menos valentía para la autotortura, el ayuno y la abstinencia instituídos son todo mi sacrificio, y ni siquiera se sienten como tal.


He estado redactando un pequeño manual de economía doméstica (en realidad un recuento de gastos, egresos y excedentes); no es el libro de mi vida, ni el que planeaba escribir este año, ni en el que hubiera deseado trabajar jamás, pero por lo pronto es dolorosamente necesario. Más que nunca tenemos que cuidar el dinero; los gastos suben, nuestro salario sigue igual y hay más bocas que alimentar.

Decidimos adoptar a uno de los gatitos de E.M. porque es una bola de pelusa encantadora, tierna y cariñosa, antes de darnos cuenta de que se le podía aplicar el término políticamente correcto de “con necesidades especiales”; esas necesidades implican media hora menos de sueño al día, la preparación de comida especial y menor ahorro en alimento de mascotas.

He ido al cine un par de veces y en el tintero se me han quedado algunas reseñas; creo que no vale la pena que las ponga sino hasta que las películas en cuestión salgan a la venta o renta. Todavía no termino el videojuego que me regalaron en Navidad. He estado leyendo, eso sí, bastante, sobre todo primeras novelas y asuntos de jóvenes, y un descubrimiento que acabo de hacer me cayó encima como losa e hizo pedazos algo que durante mucho tiempo creí a ciencia ciega. Ahora ya sé que el redactar bien no lo hace a uno buen escritor. Es sólo una parte, si quieren la más importante (como los cimientos de una casa o la harina de un pastel), pero no lo es todo; una vivienda poco interesante y una tarta desabrida igual funcionan respectivamente para vivir y para comer, pero no garantizan felicidad ni alimento. Durante mucho tiempo pensé (y, me perdone Dios, pensé y enseñé lo contrario, y ahora me asaltan dudas que en definitiva no le sientan bien a mi edad: ¿seré una buena escritora? Y antes de que me detenga dos segundos en ello hay una nueva preocupación, un nuevo asunto que atender; el mundo no se detiene por una individua que quiere hacer una pausa y meditar.

Sólo en momentos contados y tranquilos me doy cuenta de que me está comenzando a hartar la estrategia de supervivencia que adopté hace ya como dos años; resistir sin irse ni quedarse. Ya no quisiera seguir anteponiendo lo que es meramente necesario a lo que de veras importa; una balsa puede estar firme y llevar todo lo necesario, pero el sol quema; y si el mar al norte, sur, este u oeste no cambia, parece anclada, y el náufrago desespera por llegar a tierra.

Puesto que por ahora no hay mucho más que hacer sino cavilar (ya sé, ya sé: y revisar exámenes, arreglar la ropa, agendar...¿agendar? ¿Existe el verbo “agendar”?... muy pronto otra limpieza de primavera y demás etcéteras domésticos), sólo me queda prometer (sin muchas garantías, me apena decir) que al menos con el blog voy a retomar lo que se pueda, apuntando al mínimo de tres entradas a la semana; por supuesto la disciplina comienza este miércoles que es el día de San Patricio.

Puesto que la falta de inspiración me está castigando tan horriblemente las últimas semanas, voy a verme obligada a reciclar algunas cositas que tal vez haya publicado en otras partes (pero jamás aquí en la casa de ustedes, conste), y que a lo mejor parecerán muy desfasadas; quisiera rescatar por ahí una de las primeras entradas que hice con respecto a la publicidad antianorexia de Nolita y que no subí por la descompostura de "Shu II", algunos comentarios de videojuegos, más recetas sabrosas, anécdotas y pronto otra semana del sushi. Espero de corazón que lo que logre sea del interés de todos ustedes, y una vez más les agradezco su constante apoyo, presencia y lectura.

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