martes, agosto 19, 2008

Reseña de libro: Tierra de Dragones


Tierra de Dragones
James A. Owen
Ediciones Destino

Lo bueno: La idea.

Lo malo: La realización.

Lo que ya me imaginaba: La van a hacer película.

Calificación: * *



Es 1917, en la capital de Inglaterra. Un misterioso aviso reúne, en una casa donde se acaba de cometer un asesinato, a tres intelectuales: John, un joven profesor, recién casado y vuelto de la guerra con los problemas económicos consiguientes; Jack, un prometedor estudiante irlandés, y su serio amigo Charles.

El fallecido es un antiguo tutor de John que, entre otros papeles, le ha dejado un libro escrito en varias lenguas indescifrables pero que en la portada lleva escrito el título en latín Imaginarium Geographica. Apenas tienen los tres señores tiempo de preguntarse qué significa todo eso y qué rayos los ha llevado a Londres, cuando de la oscuridad surgen unas criaturas deformes que comienzan a perseguirlos con dientes y cuchillos. Su única salvación es huír hacia los puertos, donde, para su sorpresa, ya los está esperando un navío, el Dragón Índigo, cuyo capitán les ofrece ayuda y los pone al tanto de una misión que ninguno de ellos ha solicitado: John es el custodio elegido de la Imaginarium Geographica, un atlas de las tierras mágicas descubiertas y por descubrir que pueblan el misterioso Archipiélago de los Sueños, que el Dragón Índigo recorre desde y hacia nuestro mundo. Hay más de una fuerza maligna tras ese libro, y mientras que John es el más capacitado para descifrar sus secretos, tanto él como Jack y Charles tendrán que protegerlo. Los tres jóvenes académicos están a punto de conocer maravillas que pocos ojos humanos han contemplado.

Si son lectores de fantasía, de seguro no tengo que decirles quiénes son John, Jack y Charles. Sobre la identidad del capitán no voy a soltar ni una pista porque la verdad que me tomó por sorpresa. Y esto es nada más el principio: un fan del género se puede divertir un buen rato adivinando la gran cantidad de guiños y bromas privadas sobre Edgar Alan Poe, Arthur Conan Doyle y muchos autores y obras más. Sin embargo, la diversión se siente cada vez más forzada a medida que uno avanza en el relato. ¿La razón? Después de los primeros capìtulos, queda la sensación de que estamos contemplando una buena historia en el medio equivocado.

James A. Owen es un comiquero y se le nota (vamos, no tengo nada en contra de los comiqueros, y a mí me encantaría serlo... si supiera dibujar), y el problema con Tierra de Dragones es éste, precisamente: pudo haber sido una novela gráfica fenomenal, y acabó como libro que nomás se salva de lo mediocre porque su autor conoce bien la materia con la que está trabajando. La materia no es el problema, sino la técnica: imagínense intentar darle forma a un bloque de cantera con unas tijeritas.

Owen nos pinta con palabras paisajes que le hubieran quedado mejor a la tinta china (basta ver las preciosas ilustraciones con las que él mismo adornó su libro) y se pasa por alto tranquilamente ciertos detalles que uno espera de una novela-novela, por ejemplo la coherencia entre el coportamiento y las introspecciones de los personajes, en favor de mucha acción y aventura. Para quienes conozcan a las personas de la vida real en quienes están basados sus protagonistas, resulta bastante, pero que bastante difícil imaginarse a John con alucinaciones estilo veterano de Vietman y presidendo un intento de plegaria casi casi pagana; o a Jack como un dinámico y romántico aventurero, y a Charles, que en nuestro mundo era aficionado a las cuestiones espiritistas, como el incrédulo encargado de ponerle los pies en el bendito suelo a los otros dos. Este tipo de resbalones, al igual que ciertos descalabros en el ritmo de la narración, es lo único que estropea un poco la experiencia de lectura.

Recién que terminé el libro (hace ya tiempo) me enteré de dos cosas: que algún estudio, Warner, creo, había adquirido ya los derechos para convertirlo en película y que el autor tenía en sus perversos planes una trilogía para seguirle al tema. Por lo primero, qué bueno porque el libro es muy visual y quedaría bien en cine; por lo segundo... no puedo decir que ojalá le salga mejor la prosa a Owen, porque con la paranoia que me cargo sentiría que eso es doblar las manos al método Paolini para hacer best sellers: publica primero y entérate después.

(Me perdonarán los fans de Eragon, porque todavía no consigo pasar las primeras páginas sin que la Marcha Imperial de Star Wars me retumbe a todo lo que da en la cabeza, con un no muy delicado dèja vú).

Conste que Owens, con todos sus defectos, pinta (pun not intended) mejor que Paolini. Por lo pronto, en enero salió a la venta la secuela de Tierra de Dragones (Here There Be Dragons es el título original), que se llama The Search for the Red Dragon. El siguiente libro está planeado para octubre. Posiblemente me acabe leyendo ambos; me gustaría saber si finalmente John, Jack y Charles llegarán a encajar con sus personalidades reales.

Recomendaciones: Ésta será una lectura divertida y amena para amantes y conocedores del género fantástico que no sean demasiado críticos. Funcionaría bien, aunque no se pesquen todos los subtextos, para chicos y adolescentes como una opción más saludable que Harry Potter.

Abstenerse:
Si de entrada no saben quiénes son John, Jack y Charles, lo más probable es que este libro no sea el adecuado para ustedes y que su lectura les resulte cansada y tediosa.

7 comentarios:

Kitsune dijo...

John haciendo una plegaria pagana!?! No se le nota ni tantito lo católico?
*hopes*

Petrus Angelorum dijo...

Hasta donde yo recuerdo, por lo menos la primera noticia que tuve, es que era un comic.

Christian Domínguez Pérez dijo...

Híjole, si me chuté Eragon creo que puedo darle una oportunidad a este libro. . . ¡¿Cómo pude chutarme Eragon?!

Aisling dijo...

Kit: Sigh... así es... no se le nota lo católico. Bueno, supongo que eso sería un punto de ventaja sobre la novela gráfica Heaven´s War, donde al señor lo católico se le nota... de mala manera. Cieeeeeeelos. Lo malo es que tampoco se le nota lo lingüista, ni el sentido del humor que se cargaba en la vida diaria. Le faltó investigar tantito al autor.

Pere: Hubiera sido un comic bueno, como dije. De hecho me hubiera gustado más. Ejem... ya que estamos hablando de eso... ¿no estarás confundiendo este libro con Heaven´s War?

Sul: Si terminaste Eragon, fuiste muy valiente... yo nomás no he podido con él. ¡Es terrible! Te digo, este libro al menos lo mantiene a uno entretenido tratando de adivinar las referencias. Pero me hubiera gustado verlas más en dibujitos (aunque tal vez la mayoría me hubieran pasado por alto).

Petrus Angelorum dijo...

Dice Ash: "¿no estarás confundiendo este libro con Heaven´s War?"

Dúdolo...
Heaven's War me suena a título batante común para varias obras... creo que debe haber dos o tres películas llamadas así (en una sale, me parece, un actor de nombre Viggo) y más de un short story que se llame de tal manera.

Tengo la nota por ahí cuando se andaba cocinando ese título de dragones...

En cuanto al sentido del humor de tolquito... por lo general los "cuates" de Oxford solían hablar de su mal genio y necedad (por no decir otras linduras).. también se comentaba de su "comportamiento ejemplar"... Creo que existen por ahí algunas personas que no cotejan los distintos testimonios...

Hablando más en serio: sólo sé de ambos libros por referencias (de tres o cuatro fuentes, no más). Los costos de ambos libros así como la posibilidad de adquirirlos (tome en cuenta que los libros que he adquirido este año o eran imprescindibles para el trabajo --seis- o fueron regalados
--doce--) han obrado en contra de mi conocimiento tolkienista...

En cuanto chutarse obras... yo lamento algunas lecturas, por no estar obligado: El código DaVince (pésima novela negra), Harry Potter (le fui perdiendo el gusto, leí a Tolkien, Lewis, LeGuin... etc) si me aviento a leer los dos últimos tomos será para dar gusto a novia oficiosa.

Vale.

Petrus, mentat.

Master Pei dijo...

Maldición, creo que me vas a colgar, Aisling (y Kit también), pero no sé quiénes son John, Jack y Charles... me excuso diciendo que es temprano y estoy en estado zombie, con telarañas en el cerebro por lo mal que dormí anoche y sin poder detenerme a pensar un momentito... A menos que... John Ronald Reuel? Chale, me tardé un buen! Pero sí, ya no tengo dudas... todo cuadra... No manches, él es uno de los protas? Dioses, tengo que leer este libro (y los que siguen). ¿Por qué me haces esto, Aisling? Compro libros mucho más rápido de lo que los leo... a este paso, nunca voy a leerme todos los de mi librero U_U

Jejeje... nah, si hasta me da gusto saber que siempre hay más cosas que leer, y vieras el place que me da hacerme de más y más libros... Hence, uno más pa la lista.

Aisling dijo...

Pere: Mmmmm... la película que dices se llama The Prophecy, y en México y Europa le pusieron El ejército de Dios. Pero por fis pásame la nota donde viste que esto de Here there be dragons iba a ser primero comic, porque vaya que me interesa enterarme de cómo una buena idea se quedó a medio camino. No todos los comiqueros resultan buenos novelistas, y no todos los novelistas resultan buenos comiqueros.

Del Tolkien pre Oxford (como aparece en esta novela) hay bastantes referencias en libros como la biografía de Daniel Grotta y Tolkien and the Great War. El joven que aparece ahí no tiene mucho en común con el personaje de la novela, ni tampoco con la descripción que haces. Las mayores muestras de mal genio que le vi a Tolkien (y estaban tremendas, eso sí) fueron con su secretaria Joy Hill, y ella tuvo el buen tino de cerrarle la bocota (y ganarse con ello su cariño; curioso, ¿verdad?). Que si como maestro era méndigo, es cierto. Pero sus alumnos (testimonios de conferencias del 100 aniversario de Tolkien) y de Owen Barfield en un libro de Joseph Pearce están de acuerdo que hacía reír mucho. La parte que se me hace más divertida de ESDLA (cuando el doctor de Gondor le da información a Gandalf sobre la hierba athelas) es una buena señal de humor en medio académico.

Y bueno... la verdad es que no pasé tampoco de las primeras páginas del Código DaPinchi. Bueno que no tenía que leerlo. Aburrido...

(Recuerda, no eres mentat, eres bene gesserit).

Pei: Pues para los desvelos y telarañas, vamos por buen camino: ¡acertaste con el John! Por consiguiente, no te va a dar ningún trabajo atinarle al Jack y al Charles. Como no quiero estropearte la diversión, ya no digo más. Si quieres, lee este libro... aunque, como dije, no es tan bueno como su premisa.

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