viernes, octubre 10, 2008

Vender tarjetas de crédito

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Debe tratarse de uno de los oficios más detestados; con todo, parece que en México va en apogeo. Incluso después de que se anunciara (y hasta ahorita, se probara) que una buena parte de la descompensación económica en los Estados Unidos se debe precisamente al mal manejo del crédito, y que los bancos en mi país ya se dieron cuenta de que no les conviene tener un montón de clientes que les deban para siempre (pero que no paguen nunca, porque no pueden hacerlo) y que hasta se haya creado un organismo federal para asesorar a los deudores, el ofrecimiento de crédito no disminuye. Cuando el Instituto Nacional del Consumidor creó un registro para bloquear llamadas no deseadas de promotores de tarjetas bancarias, seguros y similares, éstas parecieron triplicarse aquí en la casa de ustedes.

Vender, vender, vender. ¿Y para qué sirve lo que se vende? Para comprar.

El empleo como vendedor de tarjetas de crédito debe ser tan ingrato que no alcanzo a percibir hasta dónde llega la desesperación de la gente que lo toma. Consiste (me comentaba uno de ellos) en usar el teléfono, fingir interés en la persona que contesta y básicamente intentar endilgarle una de esas tarjetas fatídicas. O bien hacer lo mismo, pero frente a frente, en algún lugar público. Se trabaja sin sueldo, por un sistema de comisiones (es decir, lo que ganan los empleados depende del número de tarjetas que consigan vender) y muchas veces bajo amenaza (si no se coloca un cierto número de tarjetas, habrá despido). Todo eso, por hablar o tratar de hablar con gente que trata de evitarlos, les lanza miradas de odio y se porta francamente grosera.

He tratado con muchas clases de vendedores, pero los tres más raros me cayeron entre este mes y el pasado. Veamos...

1. El más insistente

Éste me pescó por teléfono. Durante un rato estuve toreándolo con su empeño de cargarle otro seguro de vida a mi tarjeta de crédito. La conversación estuvo más o menos así:

- Señorita, le habla el licenciado Fulano de Tal de Grupo Financiero Tal.

Ya desde ahí arrancó mal nuestra “relación”. Odio que la gente que no conozco me arroje su título profesional a la cara. Que hagan favor de guardarse los complejos de inferioridad para el último rincón de su baño.

- ¿No le gustaría - continuó el señor - un seguro de vida con cobertura de accidentes fatales...?

- Ahorita no; gracias.

- Pero, señorita, ¿por qué no se da la oportunidad de probar nuestro exclusivo seguro de vida que...?

- Pues... para probarlo necesitaría morirme; ¿qué no?

- Señorita, ya sabe que no le deseamos ningún mal ni a usted ni a su familia, pero ya se habrá dado cuenta de que las cosas en el mundo están cada día peores... la inseguridad, la violencia, los asaltos...

- Pues... aquí en Guadalajara no tenemos tanto esos problemas... ustedes en México (la ciudad capital) los acaparan todos.

- Y... sí, ¿verdad...? Ji, ji, ji...

- Bueno, también estamos empezando con eso por acá.

- ¿Ya ve? ¿Y qué me dice de los desastres naturales?

Tuve una ocurrencia un poco descabellada. Pregunté:

- Los desastres naturales como... ¿los terremotos?

- Sí, los terremotos.

- Pues... sí, los terremotos están bárbaros aquí en Guadalajara.

Mi ciudad no es zona sísimica. La última vez que tembló fue a mediados de los noventa, y leve.

- ¿No le digo? - respondió el señor.

- Y los tornados también; qué horror.

Jamás hemos visto uno por estos rumbos.

- ¿Ya ve? Entonces, ¿por qué no asegurarse?

Pensé un par de segundos en comentarle sobre los tremendos tsunamis que asolan mi ciudad, a unos pocos cientos de kilómetros del mar, pero decidí mejor cortar por lo sano.

- En serio, gracias - le respondí de la forma más cortés posible -. Ahorita no me interesa.

- A ver, a ver, señorita; ¿cuántos años tiene usted?

- Treinta y siete.

- Treinta y siete... eso significa que usted nació en 1983, ¿verdad?

- Uhhhh... no.

Sentí lástima por las dos neuronas que le quedaban vivas al pobre hombre, y pensé que tal vez las otras habían perecido en el arduo proceso de hacerse llamar “licenciado”. Pero no fue fácil deshacerme de él. La conversación se prolongó todavía otra media hora.


2. La más estrambótica

En el mercado de San Juan de Dios, uno de mis rincones favoritos de Guadalajara, suele verse a grupos de señoras gitanas, con sus largas faldas, sus bonitos chales y el cabello muy, muy rizado. Entre ellas hablan una lengua cadenciosa y bonita; cuando se acercan a un outsider, su español suena igual que las cuentas de un collar de madera que cayeran una tras otra al ensartarse en un hilo; así, sin entonanción ni pausas.

- Acércateseñoritadéjamequetelealamanoyveatusuerte.

Me he dejado leer la mano (izquierda) unas dos veces. Pero la verdad es que lo mejor que puede hacer uno es sonreír y dar las gracias; echar a andar de prisa y, sobre todo, evitar ver a los ojos a estas señoras. Tienen una mirada fija, penetrante y durísima, como cuchillo de obsidiana; resulta difícil escapar a su hechizo.

Lo que menos esperaba era encontrármelas en un centro comercial, frente a un puesto de tarjetas. Iba yo caminando tranquilamente cuando a mi flanco derecho sonó una voz.

- Acércateamigatevoyadarunreembolsodeldiezporciento.


Me desconcertó de tal manera el oír esa entonación peculiar tan fuera de su contexto, que me detuve en seco y cometí el error: Vi a la persona a los ojos. Era una muchacha rubia (teñida), gordita, con un rostro frío inconfundible. El hechizo tuvo efecto de remolino.

- ¿U-un reembolso...? - dije.
- Síamigaunreembolsodeldiezporcientoentuscompras.
- P-pero... ya... ya tengo esta t-tarjeta...

La señorita tal vez gitana continuó hablándome de los beneficios de la tarjeta que ofrecía. No parecía haberme escuchado. Y siempre en esa voz monótona y fluída. Me costó mucha apartarme de ella y, cuando lo hice, sentí como si un pedazo de piel se me hubiera quedado pegado a su mostrador (desgarrón incluído). Aceleré el paso, imaginándome qué clase de maldición crediticia me perseguiría a partir de ahí. Cuando me sentí más o menos a salvo, alguien me interceptó al bajar las escaleras eléctricas más cercanas.

3. El más agresivo

Este tercer vendedor sí estaba de miedo. Vestía completamente de negro (no le iba nada bien a su rostro moreno), tenía los pelos parados quién sabe si por efecto de gel, vaselina o simplemente grasa, y unos ojos tan enrojecidos que daba la impresión de que su pan nuestro de cada día no era sólo comida.

Me saludó muy amistoso y con una pregunta más habitual.

- Amiga, ¿qué tarjeta de crédito maneja?


Le contesté (sin mentir)que la del banco que estaba ofreciendo. El señor me la pidió. Sinceramente, también, no pude hallarla en el agujero negro que es mi mochila de trabajo. Pero ése es un viejo truco que utilizan los vendedores de tarjetas: toman los datos de la tarjeta que uno maneje y los proporcionan para comenzar trámites de una nueva tarjeta. Aun si la hubiera encontrado, no creo que se la daría. Pero me serviría de pretexto, pensé.

El señor insistió en que le proporcionara una identificación y me dijo que lo que estaría haciendo no era el trámite de otra tarjeta (eso dicen siempre) sino anotarme para beneficios extra. A mi segunda negativa, la cara se le contrajo, abrió mucho los ojos rojizos y comenzó a rechinar los dientes.

- ¡Le estoy diciendo que me dé sus datos! - casi gritó. Me las arreglé para conservar la calma aunque la verdad es que estaba temblando. El hombre, hecho una furia, intentó convencerme todavía otros cinco minutos. Después como que se dio cuenta de que la estrategia a la fuerza no le estaba funcionando y volvió a ser cordial y amable. Ya para entonces lo que una servidora estaba haciendo es calcular cuánto tardaría en aparecer el guardia de seguridad más próximo. Anteayer, que regresé al sitio, volví a verlo ahí.

Cosa curiosa, cada uno de estos tres vendedores trabaja para el mismo banco (su página de internet no sirve desde hace días, pero de todas formas les dejo el link).

El mundo está perdiendo dinero (y tornillos) con una velocidad impresionante.

27 comentarios:

Kitsune dijo...

Tú que tienes paciencia, creo que yo siempre soy grosera y cortante, por lo cual me dejan en paz rápidamente. Aunque supongo que debe ser feo trabajar en eso y que todos te consideren indeseable...

Anónimo dijo...

Raro que te entretengas en atender a una persona de estas. Cuando es por teléfono y pretenden extenderse demasiado, o se ponen muy insistentes simplemente arrojo la siguiente frase con el tono más cortés posible: "Por favor, no me haga perder mi tiempo ni pierda usted el suyo", mágicamente comprenden que no me sacarán nada y se despiden amablemente - con alguna mentada de madre interior, supongo -. Si es en un centro comercial simplemente levanto la mano en actitud de gratitud por su interés, pero sigo caminando sin detenerme, difícilmente te siguen más allá de 5 metros. Otra especie muy insistente es la de Evangelistas o Testigos de Jehova, francamente no conozco de religiones y no distingo entre unos y otros. Saludos.

Víctor Martínez dijo...

Bueno yo tengo dos estrategias para tratar con ellos, los de seguros y los demas que venden cosas.

1. Si estoy de buenas, les doy hilo... cuando se cansan de decirme cuan bueno es el producto y todas las bondades del que consta (y esto puede ser largo), les digo "ah, gracias pero no me interesa"... he oido mas de un rechinido de dientes y probablemente si no estuvieran monitoreadas, mas de un improperio.

2. Cuando llaman con el clasico le ofrecemos "tal... " les digo no me interesa, les digo buen dia y cuelgo.

3. Si dije que eran 2, pero me acabo de acordar de otra, el psicodrama, un poco de psicologia y el cinismo ayudan, en mas de una ocasion he aplicado esto con alguno de estos entes (en persona a mi me funciona), les empiezo a preguntar, que si me ofrece tal o cual servicio de antemano se que no ofrece, pregunto si puedo hacer tal y cual cosa que se que no se puede, etc. Comienzo a meterlos mas en problemas por decirme que eso no lo cubre su producto en publico, que si me dejan ir...

Por cierto y como punto y a parte el que te pidan una identificacion o la tarjeta si es de temer, asi se puede realizar y se han hecho muchos robos de identidad. Al tratar por telefono tambien siempre anoto la hora y el nombre de quien me esta atendiendo (esto lo recomiendo para cualquier cosa que tenga que ver con servicios)... algun dia escribire en mi blog sobre las maravillosas tardes que he pasado con soporte o con algun banco para hacer alguna correccion.

El de los vendedores ya lo habia escrito hace algun tiempo http://blografia.net/vicm3/index.php?blog/show/Formula_para_deshacerse_de_vendedores_demasiado_solicitos.html

Saludos.

Petrus Angelorum dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Master Pei dijo...

Pues en tu post comentas algo que yo mismo me he preguntado infinidad de veces: ¿estarán tan desesperados por tener un trabajo de lo que sea como para dedicarse a eso? Porque es obvio que saben que se convierten en personas indeseables y que se van a enfrentar a gente que se porte grosera con ellos. Si mis 7 meses de trabajar en macdonals cuando era adolocente me bastaron para jurar no dedicarme a nada que implicara atención al cliente...

En fin, yo por eso no tengo tarjeta de crédito. Con la de débito ya de por sí me molestan mucho con llamadas y cosas de ésas. :p

Yipie dijo...

Venderte algo es una cosa... pero ¿qué tal cuando son cobradores? ¡pánico total! En el trabajo siempre me llaman de un banco y una tienda de ropa cuyo nombre comienza con "s". El caso es que preguntan por dos exempleados del área que muy graciosamente dejaron como referencia el teléfono que utilizo y para colmo dejaron muy mala reputación. He sido testigo de como la deuda fluctúa entre más y menos con la persona A y aumenta exponencialmente con la persona B. Claro que el colmo es ese precisamente... que dejan mensaje y hasta la deuda exacta ventilan. Pobres.

Fëaluin dijo...

Sólo dos veces he atendido a este tipo de gente. La primera, hace como 8 años, me rechazaron por insolvente. La segunda hace como 5 años dizque no era solicitud... y que me llega la tarjeta, que ipso facto procedí a cancelar. Desde entonces, nunca más les atiendo.

Trato de no ser grosero, porque sé lo que es tener un empleo que uno mismo odia. Pero el asunto es que no siempre uno tiene el tiempo o el humor para estar empatizando con ellos. Y como además es muy obvio lo que ofrecen, yo doy un "no, gracias" y continuo caminando sin parar.

Pero hay de todo... hace poco me tocó capturar un documento donde una persona echaba la culpa de su deuda al banco por ofrecerle 5 tarjetas en menos de un año y encima aumentarle el límite de crédito cuando no pagaba... ¡por favor!!!

O sea, cierto que los bancos son abusivos y explotadores, pero a nadie apuntan con pistola para aceptar sus ofrecimientos.

Yo desde que me independicé ando MUY corto de dinero, pero tengo dos cuentas de debito bancarias (casi siempre con el mínimo para que no me cobren comisión), una de crédito bancaria que uso lo menos posible y una de casa comercial que tengo hace 5 años y no he estrenado (no cobran anualidad)...

Ai dijo...

Igual yo les cuelgo, ignoro y demás con tal que no me quiten el tiempo.

Aunque tu manera es más creativa :p

Christian Domínguez Pérez dijo...

Es un mal mundial al que todos nos hemos enfrentado. Es muy curioso que todos tengamos diferentes "estrategias de batalla" contra estas eventualidades.

Yo personalmente sólo digo "no gracias pero. . .¡suerte!", sin escuchar ni una palabra de lo que dicen.

Aisling dijo...

Mil disculpas que ahora sí me haya tardado tanto en responder a los comentarios (han sido dos semanas feroces… con entradas programadas).

Y sí… los vendedores de tarjetas (y otros servicios) son una lata, pero no puedo dejar de tratarlos bien (bueno, últimamente la paciencia se me ha acortado… varios kilómetros) porque pienso que no vaya a ser que un día, por alguna razón, me tenga que dedicar a eso. Todas las tardes de regreso del trabajo paso por un lugar especializado en tarjetas… hileras e hileras de escritorios con una compu y audífonos, y encima un cartón con la imagen de cada tarjeta, colgando como la espada de Damocles… Me pongo a temblar nomás de pensarlo, pero los empleados que he pescado afuera, en los cambios de turno, se ven felices… ¿por qué rayos?

Kit: Créeme, no te culpo. Estoy intentando aprender el arte de ser lo más sangrona posible. Pero a ver a qué hora se me quita el corazón de codorniz.
Iz: Mmmmmm… espero que la frase que me sugieres no tenga copyright, porque me gustaría utilizarla (bueno, una versión modificada corazón-de-codorniz) para la siguente llamada que reciba. Nunca me he atrevido a colgarles, tampoco… a ver cómo se siente.

Vic: Ya son varias las ocasiones en las que intento entrar a una página de bancos y no me responde… ahora estoy entendiendo. De tus métodos para deshacerse de los vendedores, he probado el de las preguntas a lo estúpido… lo malo es que a veces me encuentro con gente que no se deja y sigue con ello. Y que, además, está pero convencidísima del problema con los tsunamis en Guadalajara. El ser tonto debe ser una bendición… al menos aumenta tu resistencia.

Pere: A mí se me hace que tú tratas con condescendencia a todo el mundo… je, je, je… ¿de qué otra forma podrías cultivar relaciones humanas? Y, bueno, como para variar no leíste bien el post, te haré notar (se puede deducir en el diálogo) que el primer vendedor del que comenté no era precisamente jalisquillo… sino de la capital. Tan honorable, supongo, para echarme su título por delante, y estar seguro de calcular mi edad en 25 años. Bueno, eso se lo tendría que agradecer.

Pei: Como comentaba antes, de verdad que me desconcertó que los empleados de esa compañía por donde paso se vean tan felices. A lo mejor es que si trabajas en la parte telefónica de estas ventas, no tienes que verle la cara a gente que te odia. Eso es mucho más de lo que un maestro , por ejemplo, pudiera decir.

Yip: Qué absoluta mala pata que te hayan dejado como referencia. Y luego, ya me imagino el nombre del banco (son bastante canijitos) y el de la tienda, supongo departamental (los odio desde que no le tomaron en cuenta un abono a mi mamá y le armaron un borlote). Pero mientras no te quieran cobrar a ti la deuda…

Fëaluin: Y haces bien… yo tengo varias tarjetas bancarias más o menos repartidas según necesidades. Quiero pensar que todo ese crédito a la mano alguna vez servirá. Una sirve para los gastos domésticos domiciliados (gas, teléfono, etc); otra es especial para pedir cositas por internet (se va a volver obsoleta si el dólar sigue como sigue, sniiiiifffff… y a mí tanto que me gustan los libros de Amazon) y otra más la maneja el Capitán Quasar para los imprevistos. Ando en plan de administradora. La regla, eso sí, es liquidar todas las deudas del mes y JAMÁS gastar lo que uno no tiene. Odio pagar intereses a los bancos. Estoy consciente, eso sí, de que en nuestro país la gente no sabe manejar tarjetas de crédito, y eso debió haberle pasado al señor que mencionas. ¿Pero por qué no querer aceptar sus propias responsabilidades? Hay muchas tarjetas gratuitas, que si no las usas no tienes que pagar nada. Al señor se le debe haber hecho fácil gastar y gastar porque con el plastiquito no se siente. Auch, a ver si no me alburean eso…

Ai: Muchas gracias por visitarme de nuevo. Espero que no sea problema que haya agregado tu blog a mi lista de contactos… y bueno, la verdad no es por ser creativa… es por el corazón de codorniz que me pasan tantas cosas como éstas.

Sul: Las estrategias de batalla son muchas y variadas… las de venta cada vez se vuelven más viejas. ¿Has notado que cada vendedor te pregunta que cómo estás o te da la mano para saludar? Ésa es de las que más odio. Fingen que les interesas cuando en realidad lo único que quieren es sacar negocio.

Anónimo dijo...

bueno debo decir que no todo mundo piensa de igual manera, hay personas que utilizan las tarjetas para financiar sus gastos directos o simplemente no cargar dinero, las personas que se expresan mal es muy seguro que son personas que tienen problemas de pagos y descargan su furia hablando pestes de los bancos es decir tienen MALA CULTURA DE PAGO .. por favor sacudan la cabeza antes de escribir pestes y preguntence primero...¿ como estoy con mis pagos estoy al corriente..? si no lo estan es muy seguro que escriban cosas negativas.... esta claro..?

guspuma dijo...

hhhh

Rafa dijo...

Hola, ante todo les comento que en mi temprana juventud fui vendedor de TC y de seguros de vida durante dos años

He aquí mi comentario:
Se verán felices por que les pagan bien?... es muy probable.
O porque simplemente están "curtidos" y toman el "no gracias" como pan de cada día, como parte del trabajo. Ellos buscan un "sí"... los "no" sólo pasan de largo sin dejar huella en el ánimo.
Las descortesías tampoco mellan el ánimo del vendedor, sin embargo, un rechazo cortés deja muy buena impresión.
Además, tengan presente que es un TRABAJO tan digno como cualquier otro, la gran mayoría son profesionales universitarios que no consiguieron trabajo en sus ramas así que se dedican a eso durante sólo uno o dos años.

El punto malo, debo reconocerlo es que se tiene que ser insistente, presionar para cerrar la venta y entiendo que eso incomoda a algunas personas, pero no tiene que ser un motivo para agriarse la vida, con simplemente un "muchas gracias, por ahora no" es suficiente, creánme :D

Saludos

Aisling dijo...

Gracias por comentar, Rafa.

Muy pocas veces me he topado con personas que suenan como tú, así de decentes, y que con un rechazo cortés dejan de insistir. La mayor parte de vendedores de tarjetas que he conocido no entienden razones, y la presión se les nota en la cara.

Vender tarjetas es tan respetable como dedicarse a lo que uno estudió... pero a una servidora no le gustaría dedicarse a ello. Y sigo pensando que es un trabajo ingrato. Ahora, los vendedores que han tenido la paciencia de platicar conmigo no son en mayoría universitarios, sino personas que quieren SEGUIR ESTUDIANDO, que quieren progresar. Eso habla bien de ellos. Muy pocos me han dicho que se quieren quedar en el negocito toda la vida (pero de que los hay, los hay).

broker57 dijo...

Oiga si esta interesante este tema,saben la carencia de educación financiera en las personas de escasos recursos y el mal manejo de las mismas es realmente lo que ha demonizado las tarjetas.
Pero como querer tener grandes deseos de poseer si tus ingresos son medianos hacia abajo,por favor las tarjetas no son para todas las personas,son para el que tiene poder adquisitivo y paga cash antes del cobro asi se gana los beneficios y porcentajes de reducción del costo¿me explico?
Cierto que hay emisores que son un riesgo,pero hay bancos y emisores muy serios,que más bien no les interesa aceptarte si no ganas por lo menos unos US$75mil anuales,ahora como un estudiante que la usa para jugar al magnate con las chavas o una chava que quiere lucir fashion piensan por un momento que esa linea de crédito es un regalo??????
Ubiquemonos por eso se llama estratos o clases,por eso hay Dorada,Platino Black y la que usan todos los que menos pueden pero les gusta endeudarse,por favor recuerden... es de sabios saber que se puede hacer y que no,asi que la culpa no es de las tarjetas es de las personas,espero no les moleste mi asertividad y !Buena Suerte¡

Anónimo dijo...

eso de que es un trabajo ingrato no es cierto.

ser vendedor no es fácil por eso no todos lo intentan, es más bien un reto.

además las personas no le temen a las tarjetas de crédito, le temen a su incompetencia para generar dinero y a su indisciplina.

Anónimo dijo...

Hola como futura vendedora de tarjetas de credito les puedo decir que uno lo hace por su trabajo y si entiendo que los vendedores como nosotros les molestemos muchas veces pero deberian entender que no lo hacemos con ese fin porque no es facil acercarse a alguien y ofrecerle algo para que muchas veces te digan de una manera grosera que no. Yo por ejemplo no me gustan las ventas y si cambiaria de trabajo si pudiera pero la necesidad en estos momentos es muy dura y conseguir un trabajo es dificil aun teniendo una licenciatura porque por desgracia salimos muchos asi que yo les pediria de favor que por lo menos si no les interesa lo que les ofrecemos diganos que no educadamente y con paciencia, no todos somos iguales.

Anónimo dijo...

cindy
realmente que estoy perdiendo mi tiempo en leer comentrios tan tontos como los q lei yo soy orgullosamente Licenciada Y experta en ascesoramiento de Lineas de Credito aclaro por su ignorancia no nos llamamos vendedores y lo hcemos y les aseguro q lo q utedes ganen en un año yo lo puedo ganar en un mes convenciendo tontos como ustedes q deseguro hblan mal de los ascesores de Creditos xq han tenido malas experiencias xq no las saben y utilizar y les aseguro q la mayoria podria decir todos los q escrivieron tonteras de los ASCESORES DE CREDITOS estan morosos att: Lic Cindy

Aisling dijo...

Bien, este tema sigue dando para más.

Muchísimas gracias a todos por visitar y seguir dejando sus comentarios. Acuérdense que aquí no se censura a nadie y que se trata de mantener un diálogo civilizado.

Ahora, yo tengo nada más un par de preguntas para la licenciada Cindy. Primera: ¿Nos puede decir qué universidad le dio su título con esa ortografía que usted tiene? ¿Y qué banco la contrató, cuando usted piensa que sus clientes son tontos? Digo, para mantenernos alejados de ambas instituciones, que muy confiables que digamos no han de ser...

Anónimo dijo...

Hola, soy licenciado en mercadotecnia, egresado del tegnologico de monterrey, tuve una exitosa carrera desempeñando un puesto gerencial en una super empresa de panes, la mas grande de mexico y del mundo actualmente, tenia buenos ingresos excelentes prestaciones estaba haciendo una increible carrera,viajaba por todo el mundo, y les cuento brevemente decidi retirarme de ese trabajo porque no tenia tiempo social para mi, ni para mi familia, un dia un compañero de generacion, me invito a trabajar en la empresa al que el representa, el es gerente actualmente, y les puedo compartir que actualmente de asesor de lineas de credito, para una empresa americana, gano el doble o aveces hasta el triple en menor tiempo, con esto les quiero decir que es un trabajo digno, que no a todos se les da, por que es dificil, pero en mi poca experiencia que tengo en este ramo, la mayor parte de las personas que se expresan mal de algun producto finaciero, como son las tarjetas de credito o de servicio, es por que tienen un historial pesimo en el buro de credito, debido a su ignorancia de saber utilizarlas y otra parte por que no tiene la capacidad adquisitiva para ser un buen prospecto y saben de antemano que no se las van a dar, por que no tiene la capacidad de pago. SEGURAMENTE MAS DE ALGUNO QUE ESCRIBE EN ESTE BLOG, SON PERSONAS QUE GANAN MENOS DE LO SOLICITADO POR LAS FINANCIERAS Y ESTAN FUSTRADOS, TRABAJEN MAS PARA QUE GANEN MAS Y ASI PODER SER CANDIDATO A UNA TARJETA, PERO OJO NO CON ESTO LES DIGO QUE SE LES VA A QUITAR LA IGNORANCIA. SE TIENEN QUE PREPARA. SALUDOS........

Anónimo dijo...

buenas tardes amigos, yo soy vendedor de tarjetas de creditos en panama aca a nosotros nos dan un salario y aparte las comisiones por ventas de las mismas pero aca es bien sencillos las personas tienden a escuchar un poco mas de lo que ustedes dicen y es facil cerrar una venta le dices que le conviene que la utilice y si tiene algun tipo d eproblema que me llame que rapidamente le soluciono el problema y ya eso es todo " QUE VIVA PANAMA"

cathy dijo...

ME DA MUCHO GUSTO SABER QUE TODAS LAS PERSONAS QUE PUBLICAN EN ESTE BLOG , SON PERSONAS TAN PUDIENTES Y TIENEN TAN BUENOS TRABAJOS ,QUE CREEN QUE TIENEN EL CRITERIO Y EL DERECHO DE JUZGAR Y DEMERITAR EL TRABAJO DE LOS DEMAS

Unknown dijo...

Buen dia señores mi nombre es carlos y soy de guatemala actual mente trabajo en una venta de moviles y puesla verdad no me siento vien aqui porque trabajamos de 9 am a 9 de la noche el punto no es este pero la verdad tengo un conosido que trabaja en un banco que el cual vende tarjetas y me dijo lo que se tenia que aser y todo pero la verdad quisiera un consejo de alguien que haya o este trabajando en esto para ver si me conviene o no les agradeseria mucho su ustedes me podrian ayudar..

Anónimo dijo...

Me incomoda la gente torpe que cree que el trabajo de los vendedores es un fastidio, esta gente que hace telemercadeo son personas que tambien trabajan y deben cumplir con sus metas y hasta donde veo las ventas son la base de todas las empresas, asi que sin ellos nadie tendria trabajo (para aquellos que piensan que trabajan en una oficina o de operarios recuerden que son solo un escalon mas y no hay empresa que funcione sin ventas o cobros) asi que resumo es muy facil apuntar con el dedo y decir que son un fastido pero a mi parecer el fastidio son las personas con una mente tan pobre y que no pueden ver mas alla de sus naris que no analisan la situaciones; que las tarjetas de credito o los productos que se venden no son el problema sino un puño de necios que no saben como utilizarlos (es como darle una computadora a un mono).

Anónimo dijo...

ajjajajajajjaj que patetico jjaja


""Se ha habilitado la moderación de comentarios. Todos los comentarios deberán ser aprobados por el autor""

Aisling dijo...

Si me dieran una moneda de mínimo valor por cada persona que ha malinterpretado este artículo, sería millonaria. Anónimo, los comentarios que están moderados son los de las entradas de más de dos meses de antigüedad (ahorita todos porque no he movido el blog), y sólo porque tuve una plaga de spam; todo se publica.

Lo verdaderamente patético es expresar una opinión sin dar la cara. Ah, también tu ortografía.

Anónimo dijo...

Hola ... yo soy vendedor de tarjetas y trabajo para un banco reconocido... me gustaría informar que esto de las ventas es lo mejor, trabajo poco tiempo (2hrs) y con eso estoy seguro que gano mejor que en algún trabajo de oficina, mi carro es un civic del año y tengo casa en puerta de hierro sin mencionar mis vacaciones cada que yo asi lo decida... no es fácil por que hay que saberlo hacer.... dejen de criticar y mejor búsquense un buen trabajo donde si puedan ganar dinero y tengan excelentes prestaciones, por cierto no cualquiera puede serlo y menos con ese tipo de actitudes....

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