sábado, septiembre 27, 2008

Tolkien y la aventura mexicana



En la biografía de J.R.R. Tolkien escrita por Humphrey Carpenter se menciona un incidente que vivió Tolkien en el verano de 1913, y que fue su contacto más directo con México a lo largo de su vida: cuando lo contrataron para ser guía durante unas vacaciones en Francia de tres chicos mexicanos y sus tías. Fue una experiencia terrible, dijo Ronald Tolkien porque los turistas, en vez de darse una vuelta por lugares históricos interesantes, prefirieron quedarse en una playa de moda (Acapulco en caro y francés, si uno verifica la descripción de Tolkien del balneario de Dinard) y porque el asunto terminó con la muerte accidental de una de las tías en Bretaña. El descontento de Tolkien al respecto se hace notar en una carta a su entonces novia Edith Bratt.

Nunca lo mencioné abiertamente, pero después de leer esto, siempre tuve un gusanillo carcomiéndome el corazón: ¿y si mi escritor favorito, a causa de esa desafortunada experiencia, guardara una mala imagen de mi país y su gente? El gusano casi se convierte en boa constrictor después de que, en la celebración del cincuenta aniversario de El Señor de los Anillos en Birmingham (Tolkien 2005, que se menciona un poco en la última parte de la serie Veinte Años), la maestra Priscilla Tolkien, hija de nuestro autor, mencionara algo... Yo no asistí a su presentación (andaba metida en la de varios autores de ensayos con quienes quería platicar), pero Morna de la Sociedad Tolkiendili de México estuvo ahí, y nos platicó que cuando alguien hizo una discretísima pregunta sobre el incidente, la maestra se negó a comentar porque había mexicanos entre el público. ¡Santo cielo! ¿Pues qué había ocurrido? ¿Tan mal estaban las cosas? Ya se imaginarán cómo me sentía. Jamás me ha avergonzado mi país (uhhhhh... su política interna y su educación son otra cosa) pero cuántas ganas me hubieran dado de hacerme chiquita (todavía más).

Ah, pero los malos pensamientos son veloces y dejan atrás a la realidad. A veces la pasan por alto así nomás. Como sea, me quedaban las preguntas de siempre: ¿Quiénes serían esos turistas, de dónde provenían, qué clase de convivencia habrían tenido con el futuro escritor? ¿Cómo se llamaban? El cuentista Pablo Soler Frost, en su mini ensayo convertido en libro (y cobrado como tal), Acerca de El Señor de los Anillos, dice más o menos lo mismo.

Bueno, después de bastantes años, déjenme que les presuma: tengo respuestas. Y el gusano de mi corazón es ahora una mariposita blanca, de ésas pequeñitas que viven días, que flotan en las flores y que a nadie le llaman la atención.

Resulta que acabo de conseguir un par de libros (de ésos que llaman library binding, es decir, que están destinados como material de bibliotecas públicas) a los que le traía ganas desde hace un rato: The J.R.R. Tolkien Companion and Guide, de Christina Scull y Wayne Hammond, publicados por Houghton Mifflin. Estos libros (una guía del lector y una cronología) ya llevaban planeados muchísimo tiempo, y yo estaba ansiosa de que salieran para conseguírmelos. Se estuvieron retrasando una y otra vez, y cuando finalmente aparecieron, su precio de lanzamiento fue 100 dólares. ¿Cien dólares? Demasiado para mi situación económica después del 2005. Amazon, por supuesto, les dio su descuento habitual (casi el 50 por ciento) pero los condenados libros nunca parecían estar disponibles. Por un golpe inmenso de suerte, fui a encontrarme un ejemplar nuevo a sólo 16 dólares (no me pregunten por qué el bajón de precio, que no tengo idea) en internet. Los pedí y llegaron con el correo de ayer.

The J.R.R. Tolkien Companion and Guide trata de ser, dicen los autores, la referencia máxima sobre Tolkien y su trabajo (y de hecho no hay más que hojearlos para darse cuenta de la cantidad de recopilación e investigación que implicaron) y una fuente rápida y sencilla para cualquier interrogante. ¿En serio? ¿También las de mi gusanito? A medida que iba adentrándome en los libros mi emoción iba en aumento, y la verdad es que también mi preocupación... la cronología, por ejemplo, hace constar hasta los días en los que Tolkien participó en exámenes y debates y cuando se fue de parranda con sus amigos. Oh, sí... pronto me enteraría de algo que tal vez no me iba a agradar.

Corrí a la biografía de Carpenter para localizar el año aproximado del incidente, y después, vámonos a la cronología. Y sips, ahí estaba todo. Me esperaba una mención de algunas líneas... pero en su lugar, me encontré con más de una página de datos en su mayoría sacados de cartas inéditas.

Bien, aquí les cuento lo que descubrí...

En julio de 1913, a Ronald Tolkien (que entonces tenía apenas veintiún años) lo contrató un tal señor Killion para acompañar a Francia a dos chavitos mexicanos, Ventura y José del Río, que se encontraban estudiando en un colegio religioso en Lancashire. A juzgar por las referencias, ambos eran menores de edad y el señor Killion era su tutor. En París, se encontrarían con dos tías de los muchachos: la señora Ángela Martínez del Río de Thomas (sería esposa o viuda de alguien de ascendencia inglesa) y la señora Julia González.

Ronald le escribió a Edith que los dos niños eran muy calladitos y bien portados; y del hermano menor, Eustaquio, que llegó con las tías, dijo que era el niño más simpático que hubiera conocido.

Ronald no se sentía seguro con su español, y no le gustaba hablar francés, pero al parecer se la pasó bien con los muchachos, aunque no tanto con sus tías, que tenían finta de “niñas bien” chilangas (aunque si a esas vamos igual pudieron haber sido señoras copetudas de Guadalajara). La verdadera pesadilla comenzó cuando a la tía Ángela la atropelló un carro en Bretaña, y su último deseo fue que la enterraran en México. Tolkien tuvo que encargarse de contactar al señor Killion y probablemente a la tía Julia que no estaba con ellos cuando ocurrió el accidente. Para acabarla de amolar, los dueños del hotel donde se estaban quedando se portaron sangrones con ellos cuando se dieron cuenta de que todos los del grupo eran católicos.

La tía Julia quería devolverse de inmediato a México con todos los niños, y Ronald se preguntó si de pura casualidad no le pedirían que acompañara de ida y vuelta a Ventura y José. La idea no le gustó ni tantito, porque hay que recordar cómo estaba la situación del país entonces, pero esperó que el señor Killion fuera lo suficientemente prudente para que no dejara regresar a ninguno de los niños. Con todo el rollo que fue empacar y enviar el cadáver de la tía Ángela a México, los hermanos del Río recibieron ayuda de una señora de apellido Cervantes, mexicana también, supongo, que vivía en París. Ronald y Ventura cenaron con ella varias veces.

En París, Ronald le escribió al señor Killion, y le contó en la carta que, para distraer a los muchachos en esos tiempos difíciles, les estuvo comprando libros de aventuras en inglés. José que, menciona, era el más reflexivo de todos, vio un libro que tuvo muchas ganas de leer: Mexico, the Land of Unrest (aunque a Tolkien se le pasó el autor, aquí se los pongo: es Henry Baerlein), un estudio de los hechos que habían llevado al estallido de la revolución en 1910; pero consideró que no estaba como para su nivel de inglés, y se lo cambió por The White Company, una novela histórica de Arthur Conan Doyle. En algún momento los mexicanos les pidieron que les consiguiera algo de tomar (léase cerveza) y él accedió.

Durante todo ese tiempo, Ronald tuvo largas y serias conversaciones con Ventura y José para convencerlos de que lo mejor era regresar a la escuela lo antes posible. Lo consiguió, y los tres se devolvieron a Inglaterra a finales de agosto. Me imagino que Tolkien se llevaba muy bien con esos muchachos (he leído otras anécdotas de que le gustaban los niños y ellos, por su lado se sentían fascinados con él) porque tras el retorno a Inglaterra todavía se quedó con ellos dos semanas en Bournemouth, Hampshire.

Ronald le contó a Edith y a uno de sus mejores amigos, R. Q. Gilson, que le había ido como en feria, y que no volvería a aceptar un trabajito semejante a menos que se estuviera muriendo de hambre. Pero ello no se debió a, como yo me temía, mis compatriotas, sino a toda la racha de mala suerte que les cayó en Francia.

Ya con los nombres en la mano algunas preguntas quedan resueltas. Pero, como siempre sucede, hay otras: ¿qué tan posible sería rastrear a la familia de esos muchachos del Río? ¿Qué habrá sido de José, preocupado por la situación de su país, o de Ventura, que siempre trataba de hacerse útil, o del pequeño Eustaquio, el más simpático? ¿Se habrán quedado para siempre en Inglaterra, o regresado a México tal vez? ¿Alguno habrá tenido en las manos un ejemplar de El Señor de los Anillos? Y de ser así, ¿qué habrán pensado?

9 comentarios:

Alonzo dijo...

Pues nunca jugue las versiones de SNES PSX NI DE ADVANCE.

en el snes para mi era dificil porque no sabia ingles y cuando lo traducia quedaba del nabo , para el psx no lo vi nunca y para el advance pues era una epoca en la que ya estaba alejado de los videojuegos.


Pero con el DS me entro la nostalgia del snes y cuando vi la reseña en atomix y el podcast donde renzo lo menciona y los comentarios de la grandiosa historia pues no dude en ser caprichoso como hoy y desear tenerlo para jugar.


ahora viene Chrono Trigger, que tampoco jugue.


Pero ojala un dia salga un remake de the seven stars o la continuacion... esa si la jugue en el snes.

Saludos

Petrus Angelorum dijo...

Hace ya algún tiempo Melkor me contó toda la anecdota, en realidad, alguién cometió el error de decir que era de tal nacionalidad, y la pregunta no fue tan "diplomática", esa es una de la versiones que me dieron, que concuerda con algunas otras que oí por ahí.

Realmente no se el porqué preocuparse tanto por nuestro país: quien demuestra ignorar la historia de México no lo ama.

Petrus, te has puesto a pensar que la mayoría de las personas jamás ha visto más allá de la "historia de bronce", lo sabemos pero ello no es estorbo en las gentes que se supone son más "léidas y escribidas", mejor dejate de quejar como emo y desembucha, no, que sufra, nadie debería sufrir, algunos sí, sobre todo por manifestarse abiertamente "provinciana", esa defecto parace haber incluso inundado su capacidad intelectual, pero tú no estás sólo para señalar sino para cosas más grandes, y lo que gratis se os ha dado... joder, maldita autoconciencia...

¿Sabía que a principios del siglo XX el uno por ciento de la población mexicana era inglesa?

No es tan difícil... pero sí, porque los años de la revolución arrojaron un pluralidad de gobiernos y una anarquía en las misiones diplomáticas. Sin embargo, hacia 1910 sólo había 300 familias ricas, luego, la búsqueda se reduce, lo mejor es que se tienen los nombres, eso ayuda; ¿por qué mexicanos en Francia?, París era (sino es que todavía lo es) la capital cultural del mundo occidental, sus luces siempre han atraido a muchos espíritus (pienso incluso en mi tocayo Pedro Abelardo), en 1911 llegó un contingente grande de mexicanitos adinerados, venían con el héroe de batalla del 2 de abril y se quedaron a hacer algo de vida; el gobierno de Huerta intento comprar en el mercado internacional armas, eso explicaría también la prensencia de múltiples mexicanos en el exterior.

Luego más, en alguna ocasión la Come Tolkien hizo un plan de investigación para aclarar lo que paso. No tengo autoridad para divulgarlo, aunque casi toda la factura sea mía. Sé que esfuerzos había hecho cierta Jayala persona, pero no se adonde lo llevaron, cierto es que estuvo buscando que le ayudara. Mornakwendare también supe que hacía una investigación similar.

Pistas... embajada mexicana archivo periódico... y más críptico puedo ser

Y yo tengo por ahí ya un apartado en mi investigación, por lo menos planeado que no realizado.

¿Sabes que en esta investigación la STMAC sería bien útil? Pero es más fácil que un olmo me de un ordenador.

Vio este link: http://www.elendili.pl/viewtopic.php?t=105&start=0&sid=eab16b789b426b7a5741a3e843016944

Petrus, que todavía debe poner más cosas.

Petrus Angelorum dijo...

Creo que ya encontre a uno de los susodichos:

http://www.jstor.org/pss/278492

Felices lecturas, ¿me tomarás el teléfono en la próxima semana?

Y dile al capitán Quasar que qué tranza con su fanfic de Dick.

Anónimo dijo...

ahhh!! debo reconocer que al momento de estar leyendo me preguntaba: "ahora que hicimos" jajajja ya sentia que habia quedado mal nuestro renombre como mexicanos con tolkien, pero vaya que fue un alivio total... aunque, pensandolo bien, a si los dos chicos hayan sido una malisisima compañia, no creo que Tolkien hubiese juzgado a todos los mexicanos... o si??
XD

PD: saludos del micho de bolsillo (como muchos lo han llamado) Yoshi XD

Anónimo dijo...

Menuda aventura la del señor Tolkien con los compatriotas, pero ello pudo pasarle a cualquiera y con cualquier otra gente; lo bueno es que al final, al menos en este caso, la reputación del mexicano no quedó mancillada. Me pregunto qué hubiese pensado el señor Tolkien si hubiese tenido que venir a nuestro país en aquellos tiempos: ¿le interesarían nuestras tribulaciones? ¿pondría pies en polvorosa nada más cumplir con sus obligaciones? ¿se hubiera vuelto "colorado"? ¿Se hubiera vuelto "dorado"?

Por cierto amiga Aisling, algo tarde pero he cumplido con mi tarea y podéis pasar a revisarla al "serpenteo". Saludos fraternos.

Jorus dijo...

Saludos!!
Pues espero la idea de crear Goblins no haya salido de esos 3 niños... JAJAJA

Aisling dijo...

Alonzo: Seguimos con el tema del Final IV... Bueno, a mí si me tocó y también el Chrono en la época gloriosa del SuperNES. Pero dices que estuviste una época estuviste alejado de los videojuegos... ¿a qué se debió? ¿Por qué no escribes la historia al respecto en tu blog? Me interesa, porque durante un tiempo yo anduve alejada del género fantástico que es mi favorito ahora.

Bueno, veamos esto...

Pere: No creo que haya habido muchos "por ahí" al menos en México, puesto que lo ocurrido no tuvo muchos testigos. Pero en todo caso, ¿por qué no contar lo que tú escuchaste (de preferencia sin benegesseritear) en lugar de hacerse el interesante? La mayor parte de los lectores de mi blog son adultos, creo.

Y tú mejor que nadie deberías de saber que el amor no es algo que se condicione, y menos el amor a un país. Ya te veo haciéndoles preguntas a los San Patricios cuando quisieron pelear por México y prohibiéndoles que se acercaran siquiera, je, je, je... Oye, deberías darle ideas de cartones a Paco Calderón.

Las EMO-ciones e introspecciones, por favor, resérvalas para tu blog... ahí se ven más bonitas (bueno, no realmente). :p

Por mí encantada si en la STMAC vuelven a rastrear a la familia del Río; ¿qué habría de malo en ello? Pensaba que si faltaban nombres, los proporcionados en este libro serían de ayuda para ello. No me animaría a hacerlo yo misma porque quehacer no me falta.

¡Me mandas una página en polaco! ¿Qué se supone que debo hacer ahí? Veo nombres, y el ruso no me sirve de nada. Cieeeeelos... Más respeto, por favor, con las lenguas que no entiendes. Incluyo al inglés.

Mmmmmm... y la persona Del Río que me mandas... ¿seguro que tiene algo que ver con los que hablamos? A mí se me hace que el apellido es demasiado común como para resolverlo todo con un teclazo de internet (lo que le decimos a nuestros alumnos que no hagan, ¿verdad?). Esta persona nació el mismo año que Tolkien, y fuera de eso no veo relación.

Y a ver si entiendes... ni el Capitán ni yo escribimos fanfic; yo detesto cordialmente el género y él lo desconoce, pero se retuerce cuando le platico algún detalle al respecto.

Odanguito: Je, je, je... el "ahora qué hicimos", si hubieras visto, me estuvo torturando durante AÑOS... Porque bueno... sobre que si Tolkien hubiera juzgado a todos los mexicanos por unos cuantos... híjole, la verdad es que el señor era muy especialito... cuando varios traductores de la obra de Tolkien se reunieron, hasta me sentí mal por los franceses, porque Tolkien decía que no le caían bien ni ellos ni su lengua, y parece que el rencor le venía por razones históricas (?). Saludos al tocayo de mi Yoshi también... ¿un michito de bolsillo? Pero tiene patotas. Algún día será un gran gato.

Iz: pasé por tu blog mucho antes, pero apenas hoy me di tiempo para dejarte un comentario. De entrada, tu texto me ha causado una agradabilísima impresión. Creo que si Tolkien hubiera venido a México, se hubiera regresado sin cambiar de color (je, je, je... me lo estoy imaginando de "dorado". De "colorado" por la quemadota que se habrá puesto). No estaba urgido de una causa noble, y más que nada quería estar al lado de su novia. De todas formas acabó yendo a la guerra, pero lo hizo más por presión que por gusto.

Jorus: ¡Saludos y qué gusto verte por acá! No estoy segura... pero creo que Tolkien ya tenía a sus goblins en la cabeza desde antes. ;D

Petrus Angelorum dijo...

>>>Bueno, veamos esto...
Cojamos al toro por los cuernos.
>>>Pere:
Aquí estoy.
>>>No creo que haya habido muchos "por ahí" al menos en México...
Pues sí los hubo. Sabemos que unos fueron sólo de paseo.
>>>puesto que lo ocurrido no tuvo muchos testigos.
Pero sí los hubo, y por algún lado oí algo sobre “la impertinente pregunta”.
>>>Pero en todo caso, ¿por qué no contar lo que tú escuchaste
Porque conviene en este momento ser ominoso cuando no mistérico.
>>>La mayor parte de los lectores de mi blog son adultos, creo.
¿Ya subí de catergoria? Pensé que era sólo “Pere”, aunque a mí me gusta más Petrus.
>>>Y tú mejor que nadie deberías de saber que el amor no es algo que se condicione,
La realidad me muestra algo diferente.
>>> y menos el amor a un país.
Sigo en tal caso las opiniones de CS Lewis en su libro “Los cuatro amores”... a pesar de que no me declare ni patriota ni patriotero.
>>>Ya te veo haciéndoles preguntas a los San Patricios cuando quisieron pelear por México y prohibiéndoles que se acercaran siquiera, je, je, je...
No haría tal cosa, ellos no necesitan conocer la historia de este país, sólo pelear bien. Caso contrario es el de un investigador mexicanista que se de el lujo de ignorar lo básico del país que investiga, pero se lo perdonamos porque es eirefila.
>>>Las EMO-ciones e introspecciones, por favor, resérvalas para tu blog... ahí se ven más bonitas (bueno, no realmente). :p
Tu quoque.
>>>Por mí encantada si en la STMAC vuelven a rastrear a la familia del Río; ¿qué habría de malo en ello? Pensaba que si faltaban nombres, los proporcionados en este libro serían de ayuda para ello. No me animaría a hacerlo yo misma porque quehacer no me falta.
“Alguien” entendió mal para variar.
Ya no pertenezco a la STMAC, renuncié a ella porque así me lo pidió Conorte, ella justificó que abandonara la Society porque esta institución no me retribuía nada. Yo acepté a hacerlo.
La experiencia dice que la STMAC no le interesa la investigación sobre Tolkien.
Si me hubiere atenido a las gestiones de la STMAC sobre mi participación en Tolkien 2005... en este momento no estaría preocupado por carecer de las 50 libras que necesito para obtener la versión publicada de mi papper.
La experiencia dicta que la STMAC ha hecho todo lo posible para que vuestra merced siga siendo incluida en tal organismo, a pesar de que la persona ya haya dado muestra claras de su no pertenencia.
La STMAC no investigará, lo harán a título personal algunos individuos que casualmente también están en la nómina de los miembros de tal entidad.
Cuando digo que la STM sería bien útil es porque tener cartas institucionales facilitan la labor al investigador, porque le permiten acceder a archivos que como particular le es negada la entrada. Pero pedir que la STM funcione como debiere y no como simple organizadora de fiestas, me da mejor espina ver que un árbol me diga unos cuantos secretos.
>>>¡Me mandas una página en polaco! ¿Qué se supone que debo hacer ahí? Veo nombres, y el ruso no me sirve de nada. Cieeeeelos... Más respeto, por favor, con las lenguas que no entiendes. Incluyo al inglés.
El inglés por los errores a los que induce merece que no se le tenga respeto alguno. Toma en cuenta que hablo desde el punto de vista de un usuario de las lenguas y no como especialista de la lengua española (que también lo soy), pero en estos momentos sólo hablo como un hablante real más...
Te mando la página de un foro tolkiendili (que hable en polaco es mero accidente geográfico, como es accidental que existan tolkiendilis hispanistas, o qué, ¿todos los tolkiendilis deben ser anglofilos y expresarse solamente en el idioma de la isla escindida de las Europas?) porque el nombre me salió, gracias a los traductores automáticos, que vuestra merced reiteradamente me dice detestar, puede agarrar alguna idea y del porque están poniendo el nombre de esa señora.
Supongo que le tengo más simpatía a una lengua eslava que al inglés, pero eso debe ser porque me ha tocado leer poemas en polaco, del xvi y del xx. (¿Adivine autores?)
>>>Mmmmmm... y la persona Del Río que me mandas... ¿seguro que tiene algo que ver con los que hablamos?
Corresponde a las fechas, tanto en los estudios del mexicanito en Oxford así como su estancia en Francia en esos años, también contaría su tía es la susodicha. Si todo esto no cuenta, ¿tons qué tranza?
>>>A mí se me hace que el apellido es demasiado común como para resolverlo todo con un teclazo de internet (lo que le decimos a nuestros alumnos que no hagan, ¿verdad?).
Demasiado común es Pérez y sólo conozco a dos personas con tal apellido (y ya no les hablo). Sucede que el apellido es compuesto, algo que rara vez pasa en inglés donde suelen perder las personas su herencia en su afán de abreviar y lugo gastar fortunas para recuperar sus pasados.
El apellido es Martínez del Río y no del Río, sucede que los “anglos” piensan que el último apellido es el bueno y así hacen cada error, recuerdo que no puedo recibir un paquete, porque sólo puede ser entregado a P.R.A y no P. A. R.
Le recomendaría leer un poquito de historia de este país, no para que le de coraje ver como los mexicanitos le hemos dado en la torre a nuestro paísito sino para que cometa menos errores de apreciación sobre las épocas de las cuales su única referencia son la placas de las estatuas que ornan las avenidas de las principales ciudades de esta república.
¿Teclazo de internet? No tanto, fueron muchos y algo de tiempo para abrir y abrir páginas, ver como hacer que el Istor no bloquee mi acceso, etcétera; cuando quiera le enseño a quesque naviegar.
Yo sí enseño estrategias de búsqueda en Internet, digamos que me cansa ver que ellos digan que no está en la red lo que yo sí sé que está; vamos, que es inútil tener miles de páginas que no dicen nada o que hablan un idioma completamente distinto del nuestro, por temas abordados o por la lengua, como la polaca con caracteres latinos.
>>>Esta persona nació el mismo año que Tolkien, y fuera de eso no veo relación.
La posible relación se deduce de los datos que buscamos y encontramos.
>>Y a ver si entiendes...
¿Podemos probar? Yo atiendo a testimonios de vuestra merced y los indicios que proporcionan las reseñas y (en caso de haberlas) la obra misma.
>>>ni el Capitán ni yo escribimos fanfic;
Podría ser “pior”, que en lugar de homenaje sea plagio. Una historia suya corresponde en nombres y secuencias narrativas a un cuento francés tradicional.
>>>yo detesto cordialmente el género...
En alguna ocasión me señalo su utilidad, ¿ahora tiene amnesia?
>>>y él lo desconoce, pero se retuerce cuando le platico algún detalle al respecto.
Pues del capitán sabíamos, por su propio blogsito que haría alguno. ¿Ya es renegado?

Aisling dijo...

Siiiighhhhh... veamos, Pere (de preferencia sin coger a nadie, que en español de México suena muy mal).

Puesto que no tienes intenciones de platicar lo que sabes, ¿para qué mencionar que tienes el conocimiento? Eso es infantil. Imagínate si cocino algo delicioso y nomás te lo paso por la nariz y te digo que por el momento no me conviene dártelo. ¿No pensaste también en lo ilógico que fue en el Episodio II de Star Wars que una Padmé con los senos casi al descubierto se le arrojara encima a un Anakin Skywalker consumido por la calentura para decirle que no podía haber nada entre ellos?
Y sigo en las mismas, el amor no se condiciona. A menos que quieras pasártela sin él.

Y sips, ya te imagino preguntándole a los San Patricios (algunos eran muchachitos que sólo tenían amor) si peleaban bien, y mandándolos a la porra si decían que apenas andaban aprendiendo. ;p

Y lo que creo es que “alguien” SIGUE leyendo mal. ¿Cuándo insinué que todavía estás en la STMAC? Ellos tienen sus actividades y hacen lo que pueden. A veces las reuniones informales y la organización de lecturas es lo mejor cuando buscas atraer la atención de la gente. Si algún miembro quiere continuar con la investigación de la gente , adelante. Yo no puedo ni quiero vivir en el DF, que por otro lado me sigue gustando para vacaciones; y es un hecho que ahí están los mayores recursos para investigar.

Ahora, con respecto a este parrafito...

>La experiencia dicta que la STMAC >ha hecho todo lo posible para que >vuestra merced siga siendo >incluida en tal organismo, a pesar >de que la persona ya haya dado >muestra claras de su no >pertenencia.

La experiencia dicta que la STMAC ha hecho todo lo posible para que vuestra merced siga siendo incluida en tal organismo, a pesar de que la persona ya haya dado muestra claras de su no pertenencia.

...te equivocas de cabo a rabo; tengo aquí a la mano la carta con el aviso de la suspensión de mi membresía. No que pueda argumentar mucho en contra, porque soy y he sido una floja; y no que me preocupe tampoco, porque en la STMAC siempre tratan mejor a la gente de fuera (el síndrome del amante que llena de detalles a su novia hasta que siente que la tiene segura). ¿Cuál es el problema? Nada tengo de qué quejarme.

Insisto: un teclazo de internet no soluciona las cosas. Y los traductores automáticos son detestables.

Y bueno... ya falta poco para que te enteres si el Capitán Quasar escribe o no fanfic. Necesitas pruebas, claro. Al rato también vamos a volver a darte OTRA definición MÁS de fanfic porque igual te vas a montar en tu macho. Como aquella señorita Éowyn hija de Éomud (sic) que hasta no tener pruebas en la mano se negaba a creer que Tolkien NO sacó sus ideas de los juegos de Calabozos y Dragones (...). Estaba guapa, esa chava. Deberías casarte con ella; son tal para cual. ;p

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