Director: M. Night Shyamalan
Intérpretes: Mark Wahlberg, Zooey Deschanel, Ashlyn Sánchez, John Leguizamo, Betty Buckley, Spencer Breslin, Robert Bailey Jr.
Lo bueno: El guión y la idea de donde parte.
Lo malo: Las subtramas a medias y las actuaciones... a medias medias.
Calificación: **
Shyamalan se ha hecho famoso en Hollywood como el director de los giros inesperados; yo prefiero pensar en él como alguien que ama profundamente la materia de la que se alimentó en su juventud y que no tiene miedo de mostrárselo al mundo. De alguna manera, se las ha arreglado para que temas que durante años y años ha manejado la literatura popular o el cine más comercial hagan que los críticos volteen la cabeza. En el cine, no es nada, pero nada sencillo presentar buenas ideas de una forma original sin sonar pretencioso, pero tal parece que a él se le da. Y que así sea.
El director tardó un tiempo en ganarse mi corazoncito; no me impresionó El sexto sentido (caray, después de años y años de ver La dimensión desconocida y de leer la revista Realms of Fantasy la verdad es que estaba difícil que el final me tormara por sorpresa); y por andar pensando “aquí está el nuevo niño mimado de los intelectualoides que desprecian las revistas pulp y el cine de clase B” no quise ir a ver El protegido en cine. No fue sino después de muchos “ve esa película; te va a gustar, es de las de tu tipo” de parte de mis amigos, y que uno de ellos la rentó de un videoclub y me puso una pistola en la cabeza (bueno, casi) para que la viera, que Shyamalan me cautivó. Mis fruncidos de nariz se convirtieron en ojos muy abiertos, de posible detractora me volví incondicional. Y, por supuesto, no he vuelto a perderme una sola de sus películas en cine.
Su Señales es todavía mi favorita; me gustó tanto que hasta le perdoné las metidas de pata de presentar a un sacerdote católico casado y mencionar un aeropuerto internacional en Puerto Vallarta. El final de La Aldea sí que me tomó con la guardia baja, y eso me deleitó, porque, al igual que sucede en las novelas de una autora que me gusta mucho, Louise Cooper, la película se la pasa dejando caer pistas a lo largo de toda la trama como para que uno saque conclusiones.
La dama en el agua... bueno, la verdad es que aunque me gustó su ambientación, me preocupó un poco sentir a un Shyamalan un tanto cansado, y más enfocado en responder a las expectativas de sus fans (¡giros! ¡Sorpresas!) que en contar una historia. Así las cosas, cuando se anunció El fin de los tiempos, no supe qué pensar. A diferencia de la película anterior, no la esperé con ansias, ni busqué ver los cortos. Como quien dice, estaba preparando mi concha para otra decepción. Y ahora... acabo de volver del cine, y estoy sonriendo para mis adentros; ah, y me voy a comprar el DVD, junto con La dama en el agua, nomás que los pongan a precio de remate. ¿Porque la película es muy buena? No; porque la experiencia fue satisfactoria.
La trama de este filme es mucho menos apocalíptica que su no muy apropiado título en español; el original en inglés, The Happening, que podría traducirse por algo así como El suceso o El fenómeno, a lo mejor atraería menos público pero le quedaría mejor. El tema se puede resumir en una sola frase que no voy a escribir aquí a riesgo de echarles a perder toda la película; lo que sí les comentaré, es que esa frase me la encontré hace años y usada casi a manera de broma en el libro de Michael Moore Estúpidos hombres blancos. El protagonista de The Happening, da la casualidad, se llama Eliott Moore, así que vayan ustedes a saber si haya alguna relación.
Como sea, aquí está un resumen: En la costa oeste de los Estados Unidos comienza a suceder algo muy extraño. Las personas, de pronto y sin razón aparente, pierden la voluntad de vivir, y uno tras otro se suicidan con lo que tengan a mano y de la primera forma que se les presente. Se habla de un virus mutado, de ataques terroristas y de conspiraciones del gobierno, pero nadie puede explicar qué es lo que está sucediendo; el fenómeno empieza en las grandes urbes y poco a poco se va extendiendo hacia las poblaciones más pequeñas y aisladas. Lo curioso es que sólo los seres humanos resultan afectados, aunque lo que precedió al hecho fue una misteriosa emigración en masa de las abejas comunes.
Toda esta situación la contemplamos desde el punto de vista de Elliot (Mark Whalberg), un profesor de ciencias en una preparatoria, que, junto con su esposa Alma (Zooey Deschanel), su colega Julian (John Leguizamo) y la hijita de éste, Jess (Ashlyn Sánchez) se unen a un grupo de personas evacuadas de los puntos clave donde ocurren los supuestos “ataques”.
Elliot y Alma han tenido problemas últimamente, y por supuesto que no van a sentarse a resolverlos en medio de una crisis nacional. Pero el tiempo se agota, y cada vez resulta más claro que no habrá un sitio donde estar a salvo, ni forma alguna de escape.
A pesar de que las pistas que da son claras, Shyamalan repite lo que antes hiciera en Señales y deja la mayor parte de las conclusiones a su público. Dos personas a quienes nos encantó Señales (mi esposo G. y yo) tuvimos conclusiones mucho, muy distintas al respecto; para él la película hablaba de la pérdida de la fe, y para mí su tema era la Providencia. Los puntos de vista no chocan, y no los hemos puesto frente a frente mucho que digamos; lo que ocurre con El fin de los tiempos es que las conclusiones a las que he llegado no me dejaron satisfecha, porque esta nueva cinta no tiene el redondeo (bueno, pues, el limar todas las aristas, y construír un camino de detalles, que es de lo que más aprecio en un guión) que uno encontraba en Señales, y a los personajes y sus propias historias les faltó desarrollo. El único elemento que podría dar explicación a todo podría pasar casi desapercibido si el director no se encargara casi de arrojárselo a uno a la cara.
La debilidad que tiene esta película es la misma de El sexto sentido: el apoyar toda la trama en una única sorpresa; un solo soporte para aguantar todo un argumento, pero sin las fantásticas actuaciones de aquella primera película, y frente a un público que ya le conoce las mañas al director. Pero bueno... El fin me gustó más que La dama en el agua, menos que El sexto sentido, mucho menos que El protegido y La Aldea e infinitamente menos que Señales, por supuesto pero, como les digo, a los fans de Shyamalan menos exigentes les caerá bien.
El director tardó un tiempo en ganarse mi corazoncito; no me impresionó El sexto sentido (caray, después de años y años de ver La dimensión desconocida y de leer la revista Realms of Fantasy la verdad es que estaba difícil que el final me tormara por sorpresa); y por andar pensando “aquí está el nuevo niño mimado de los intelectualoides que desprecian las revistas pulp y el cine de clase B” no quise ir a ver El protegido en cine. No fue sino después de muchos “ve esa película; te va a gustar, es de las de tu tipo” de parte de mis amigos, y que uno de ellos la rentó de un videoclub y me puso una pistola en la cabeza (bueno, casi) para que la viera, que Shyamalan me cautivó. Mis fruncidos de nariz se convirtieron en ojos muy abiertos, de posible detractora me volví incondicional. Y, por supuesto, no he vuelto a perderme una sola de sus películas en cine.
Su Señales es todavía mi favorita; me gustó tanto que hasta le perdoné las metidas de pata de presentar a un sacerdote católico casado y mencionar un aeropuerto internacional en Puerto Vallarta. El final de La Aldea sí que me tomó con la guardia baja, y eso me deleitó, porque, al igual que sucede en las novelas de una autora que me gusta mucho, Louise Cooper, la película se la pasa dejando caer pistas a lo largo de toda la trama como para que uno saque conclusiones.
La dama en el agua... bueno, la verdad es que aunque me gustó su ambientación, me preocupó un poco sentir a un Shyamalan un tanto cansado, y más enfocado en responder a las expectativas de sus fans (¡giros! ¡Sorpresas!) que en contar una historia. Así las cosas, cuando se anunció El fin de los tiempos, no supe qué pensar. A diferencia de la película anterior, no la esperé con ansias, ni busqué ver los cortos. Como quien dice, estaba preparando mi concha para otra decepción. Y ahora... acabo de volver del cine, y estoy sonriendo para mis adentros; ah, y me voy a comprar el DVD, junto con La dama en el agua, nomás que los pongan a precio de remate. ¿Porque la película es muy buena? No; porque la experiencia fue satisfactoria.
La trama de este filme es mucho menos apocalíptica que su no muy apropiado título en español; el original en inglés, The Happening, que podría traducirse por algo así como El suceso o El fenómeno, a lo mejor atraería menos público pero le quedaría mejor. El tema se puede resumir en una sola frase que no voy a escribir aquí a riesgo de echarles a perder toda la película; lo que sí les comentaré, es que esa frase me la encontré hace años y usada casi a manera de broma en el libro de Michael Moore Estúpidos hombres blancos. El protagonista de The Happening, da la casualidad, se llama Eliott Moore, así que vayan ustedes a saber si haya alguna relación.
Como sea, aquí está un resumen: En la costa oeste de los Estados Unidos comienza a suceder algo muy extraño. Las personas, de pronto y sin razón aparente, pierden la voluntad de vivir, y uno tras otro se suicidan con lo que tengan a mano y de la primera forma que se les presente. Se habla de un virus mutado, de ataques terroristas y de conspiraciones del gobierno, pero nadie puede explicar qué es lo que está sucediendo; el fenómeno empieza en las grandes urbes y poco a poco se va extendiendo hacia las poblaciones más pequeñas y aisladas. Lo curioso es que sólo los seres humanos resultan afectados, aunque lo que precedió al hecho fue una misteriosa emigración en masa de las abejas comunes.
Toda esta situación la contemplamos desde el punto de vista de Elliot (Mark Whalberg), un profesor de ciencias en una preparatoria, que, junto con su esposa Alma (Zooey Deschanel), su colega Julian (John Leguizamo) y la hijita de éste, Jess (Ashlyn Sánchez) se unen a un grupo de personas evacuadas de los puntos clave donde ocurren los supuestos “ataques”.
Elliot y Alma han tenido problemas últimamente, y por supuesto que no van a sentarse a resolverlos en medio de una crisis nacional. Pero el tiempo se agota, y cada vez resulta más claro que no habrá un sitio donde estar a salvo, ni forma alguna de escape.
A pesar de que las pistas que da son claras, Shyamalan repite lo que antes hiciera en Señales y deja la mayor parte de las conclusiones a su público. Dos personas a quienes nos encantó Señales (mi esposo G. y yo) tuvimos conclusiones mucho, muy distintas al respecto; para él la película hablaba de la pérdida de la fe, y para mí su tema era la Providencia. Los puntos de vista no chocan, y no los hemos puesto frente a frente mucho que digamos; lo que ocurre con El fin de los tiempos es que las conclusiones a las que he llegado no me dejaron satisfecha, porque esta nueva cinta no tiene el redondeo (bueno, pues, el limar todas las aristas, y construír un camino de detalles, que es de lo que más aprecio en un guión) que uno encontraba en Señales, y a los personajes y sus propias historias les faltó desarrollo. El único elemento que podría dar explicación a todo podría pasar casi desapercibido si el director no se encargara casi de arrojárselo a uno a la cara.
La debilidad que tiene esta película es la misma de El sexto sentido: el apoyar toda la trama en una única sorpresa; un solo soporte para aguantar todo un argumento, pero sin las fantásticas actuaciones de aquella primera película, y frente a un público que ya le conoce las mañas al director. Pero bueno... El fin me gustó más que La dama en el agua, menos que El sexto sentido, mucho menos que El protegido y La Aldea e infinitamente menos que Señales, por supuesto pero, como les digo, a los fans de Shyamalan menos exigentes les caerá bien.
Recomendaciones: Como acabo de mencionar, para seguidores de este director y para gente a la que le gusta especular. Lo malo es que como un cuarto del interés de la película viene de la plática potencial que uno pueda tener con los amigos que lo acompañen a verla, a lo mejor conviene esperarse a que salga en video para poder discutirla en casa y sin molestar al resto de la audiencia.
Abstenerse: Si esperan una película del fin del mundo con grandes efectos especiales. Si ya les contaron de qué se trata, ni se aparezcan por el cine.
3 comentarios:
Yo al contrario que tu:
- El sexto sentido me pareció muy buena por inesperada.
- La aldea buena pero ya me esperaba una vuelta de tuerca jalada.
- La dama del agua me pareció una vacilada donde lo único bueno era el reparto.
- Pero el fin de los tiempos me pareció una película muy falsa. La idea puede que como dices sea de su juventud, pero a mi me parece que tras el rotundo fracaso de la dama del agua simplemente buscó un tema de moda y aplicó su método. La vuelta de tuerca la adiviné desde casi el principio, así que o el director es muy obvio o los personajes muy estúpidos... y el colmo es el innecesario y fuera de lugar personaje de la hermitaña psicótica... En cuanto a las actuaciones, el pobre de Mark Wahlberg, aunque me caiga bien, no tiene rango actoral pero al menos lo intenta. Zooey Deschanel, por el contrario, parece que ha hecho de la inexpresividad la marca de familia (es hermana de Emily Deschanel, otra 'actriz' inexpresiva) y John Leguizamo muy desperdiciado. Para rematar, es una película de esas que si viste el trailer ya viste lo mejor de la película.
¿Que si la recomiendo? Por la fantasía y el suspenso hay muchas cosas mejores. Por el tema de moda, mejor el documental de An Inconvenient Truth. No, no la recomiendo. Si estan desesperados por ir al cine, mejor vean Kung-Fu Panda.
Condenado Sexto Sentido... le adiviné el final más o menos a mitad de la película... Brrrrr... lo malo de ser perro viejo y aventarse casi todas las temporadas de Dimensión Desconocida...
La aldea: Lo que más me gustó no fue las vueltas de tuerca en sí, sino el detalle que se puso en la película para que uno la descubriera. En los primeros minutos me volví a comentarle a G.: "¿Te fijas que el vestuario no es de época? Mira las costuras..".
Me gustó el lenguaje afectado que usaban los personajes... se notaba forzado porque así debía de ser. Me encantó que tras la segunda vuelta (la que yo no esperaba) lo que me hiciera pensar es "Vaya, pero si todo desde el principio apuntaba a esto. ¿Cómo no me di cuenta?". Me gustó que el verdadero final estuviera en los créditos, como en las películas de Hayao Miyazaki.
El fin de los tiempos: Mmmm... yo estaba ilusionada pensando que iba a ser sobre un fenómeno llamado Rapture, del que hablan algunas sectas religiosas y que consiste en que, según eso, en un momento dado los justos serán arrebatados de la tierra y ésta se convertirá en territorio del diable. Nada. Pero bueno....
Como dije, me la pasé muy bien viéndola porque tuve con quién platicar, aunque no llegamos a nada. Ah, y por la referencia de Michael Moore.
Las actuaciones... Pobre John Leguizamo; le hubieran dado el protagónico. De la señorita ésa Deschamel mejor ni hablar...
Me declaro fan del Sexto Sentido, Protegido y la Aldea.
No he visto la Dama del Agua, y Señales fue una gran decepción.
Saludos
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