sábado, septiembre 12, 2009

Reseña de libro: Los soldados irlandeses de México

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Los soldados irlandeses de México
Michael Hogan
Fondo Editorial Universitario, UDG



Lo bueno: Es el mejor libro escrito sobre su tema.

Lo malo: Fuera de México, es caro y difícil de encontrar. Sólo hubo una edición en español.

Calificación: * * * * *

El año pasado les comenté de una conmemoración curiosa e interesante que había encontrado lugar en este mes de fechas patrias. Para celebrar, les paso esta reseñita.

¿Qué hay entre México e Irlanda? ¿De dónde salió este misterioso lazo, casi, casi fraterno que sería crucial entre los dos países en el año de 1846? ¿Cuáles fueron las circunstancias (las verdaderas, no las que vienen en los libros de historia) que desataron la guerra méxico-norteamericana, y cuáles sus consecuencias? Si uno busca la respuesta a estas preguntas, no necesita ir más lejos; todo se puede encontrar en este libro. El camino largo será para dar con él, pero eso es todo.

Sobre un hecho insólito, que por una extraña razón muchos mexicanos e irlandeses desconocen (al batallón de San Patricio se le dedican dos líneas en la mayoría de los libros de texto que se usan en las secundarias y cinco, que ya es algo,en las enciclopedias de historia de México), el doctor Michael Hogan, norteamericano de ascendencia irlandesa y residente de Guadalajara, Jalisco, ha hecho una investigación profunda y cuidadosa, sin dejar de lado ninguna fuente relevante e incluyendo las múltiples versiones del hecho.

Después de hacer un análisis de la política intervencionista norteamericana, su famoso “destino manifiesto”, y las razones que de tan absurdas parecen cómicas que los gringos tomaron de pretexto para comenzar la madre de todas las invasiones en un país pobre, despedazado por luchas de poder internas; se nos relata la historia más sencilla, honesta y noble de un grupo de voluntarios irlandeses que cambiaron de bando y se pusieron a favor de los más débiles sólo porque así se lo indicaba su conciencia y su sentido de la justicia. A la causa de estos primeros voluntarios se unieron más (mexicanos, alemanes, polacos e ingleses) para formar un batallón de artillería que le hizo pasar unos cuantos dolores de cabeza a los generales norteamericanos. Pero no sólo el enemigo era demasiado poderoso, sino que muchos otros factores jugaron en su contra: políticos que para variar querían sacar una tajada del asunto, comandantes que buscaban más la gloria personal que el ayudar a su patria, rivalidades cuando se suponía que todos deberían apoyarse, una tremenda desorganización que al parecer nuestro país no se ha sacado de encima todavía...


Sin embargo, lo que hubiera de fracaso militar de los San Patricios no opaca en lo más mínimo su triunfo en el espíritu humano; a quien le haga falta un poco de fe, de seguro le caerá bien darle un repaso a su historia, y de paso sacarse de la cabeza algunos mitos sobre la guerra de intervención norteamericana, El Álamo y hasta el general Santa Anna que andan rondando por ahí. El punto de vista del doctor Hogan es absolutamente imparcial, y lo que descubrió sin duda le va a arder a leales de todos los bandos. Pero total, somos humanos. Y deberíamos de esforzarnos más para ganarnos el título.

Una servidora tuvo la suerte de conseguir y leer este libro en el mismo año de su publicación (a finales de los 90); para entonces lo único que había leído sobre el asunto eran las cuatro o cinco líneas antes mencionadas y la novela El Batallón de San Patricio, de Patricia Cox. Me alegró que mi fascinación con Irlanda pudiera tener ahora un motivo más público. De lo que no iba a hablar entonces era que mi profundo cariño a esa hermosa tierra de héroes se había inflado como pez globo, a reventar; y que por fin se me había puesto claro aquel asuntillo de mis impresiones tras la primera visita a Irlanda: que sí, los irlandeses son como los mexicanos, salvo porque se ven tal vez más felices y todavía disfrutan del correr del tiempo.

Como no sabía entonces que el autor trabajaba a una media hora de la casa de ustedes, cometí una verdadera tontería para poder leer este libro en inglés (ordenarlo de un importador de los Estados Unidos que a su vez tendría que mandarlo pedir a Guadalajara). Pero me mataba la curiosidad, y ahora puedo decir con la mano en la cintura que si consiguen Los soldados irlandeses de México en español o en inglés da exactamente lo mismo: el original es fácil y ameno, y la traducción (en la que colaboraron un historiador y un militar) es impecable y se lee tan a gusto como el original. Lo único malo es que una y otra versión se han vuelto un tanto raras; pueden encontrarse, a precios de verdadera pesadilla, en Amazon, pero la forma más barata de comprarlos es visitar o ponerse en contacto con la librería Sandi en Zapopan, Jalisco. Me acabo de enterar, por este blog, Domhan Ceilteach, que en el Distrito Federal todavía se vende en el Museo Nacional de las Intervenciones. Cuando una servidora se encuentre en posibilidades de conseguirlo para ustedes, no dudaré en avisarles para que me escriban. Si mientras tanto se encuentran con él, léanlo, conozcan la historia de los San Patricios, pasen la voz, recuerden este día con cariño; si profesan alguna religión, oren por ellos. Erin Go Bragh. Viva México.

Recomendaciones: Absolutamente todo el mundo debería leer este libro, pero no a todos les caería muy bien.

Abstenerse: Si la historia de México no les interesa. Si apoyaban la política de George W. Bush.

8 comentarios:

Franz Trejo dijo...

GRACIAS por escribir a mi blog y que te haya sido útil y los vínculos entre México e irlanda son todavía muchos; desde la colonia en México o quizá desde la época prehispanica... "Mundo Celta" que es el nombre en español de mi blog, un proyecto que sirve para dar a conocer las aportaciones de los pueblos celtas en América latina y que han aportado mucho a México, principalmente los Cornish en Hidalgo y los irlandeses con el mítico batallón, hay mucho que te falta ver en mi blog de temas celtas, poesia celta en español, y el espiritu de un México que sorprende a propios y extraños, un México celta y gracias por agregar mi blog al tuyo.

Petrus Angelorum dijo...

¡Petrus go bragh!

Dark Soulless dijo...

Vaya, ojalá un día pueda conseguir el libro.

Ya que como la mayoría de las personas solo me había enterado de lo que me he enterado gracias a las dos lineas que le dedican al batallon de San Patricio en los libros de la SEP, los cuales, no son buenos.

Con eso de que la historia la escriben los que ganan y se dan el lujo de emitir detalles, es bastante dificil encontrar una version fiel de los echos de cualquier parte de la historia de la humanidad.

Muchos saludos!

Christian Domínguez Pérez dijo...

Lo quiero, lo quiero, lo quiero, definitivamente lo quierooooo.

La historia de los San Patricios nunca dejará de fascinarme, y saber más sobre ella, de una fuente como la que describes, me llama poderosamente la atención. En el futuro tendré que ver cómo hacerme del libro.

Etxeberri van Eyck dijo...

Estimada L:

Con esta excelente reseña lograste que me dieran muchísimas ganas de leer este libro, así que corrí a Sandi y lo encontré. Ya lo tengo :D

Ya viene la FIL, a ver si nos vemos por ahí.

Saludos.

Petrus Angelorum dijo...

Oye Ash, en cruzando la lectura de tu reseña (más bien comentario del libro) con la que pone Franz Trejo me he dado cuenta que difieren en algunas apreciaciaciones que dan la idea de ser dos lecturas por completo direfentes, i. e. mientras una afirma que el autor es parcial el otro afirma que es imparcial.

Petrus, viendo frachutes con tranchete.

Lucifire dijo...

Mi trabajo: Capítulo 19. 11 más y termino.
Qué gusto.

Aisling dijo...

Rafa (porque también eres rdelfin, ¿verdad?): Qué bueno que te animaste a leer este excelente libro, sobre todo ahora que se puso a precio accesible en Kindle, y qué bueno que te haya gustado. La historia del Batallón de San Patricio es por desgracia poco conocida aún, tanto por irlandeses como por mexicanos, y además de ser uno de tantos lazos que tenemos con ese hermoso país, tiene, como mencionas, algo de universal... los pueblos son más nobles cuando no se quedan indiferentes ante el sufrimiento. Saludos a Atlanta. :>

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