lunes, marzo 15, 2010

Retomar

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J.C. se siente tan agobiado como yo. Pero una servidora
no puede treparse a dormitar a los libreros.


¡No puedo creer que llevo un mes sin actualizar el blog! Me parece (podría estar equivocada; si es así, corríjanme) que es la primera vez que me sucede; me refiero a hacerlo así, sin avisar y sin cerrar la casa. Ojalá pudiera decir que ha sido un mes poductivo o algo, pero no es así. Pero tampoco, va en serio, ha sido producto de la flojera. Tesis que asesorar, casa, familia y trabajo han estado consumiendo gran parte de mi cerebro; amistades, blogósfera, correo electrónico, redes sociales y semejantes han quedado descuidadas.

Tengo la impresión de que el tiempo se me escapa de las manos como un salmón adulto y untado con manteca que está desesperado por desovar. En Cuaresma, mi época menos favorita del año, tengo que recordar que mis viejas y nuevas mortificaciones son nada comparadas con las de otros (y para muestra, el mundo en general y mi país en particular pasan por constantes tragedias), y puesto que tengo poca imaginación y menos valentía para la autotortura, el ayuno y la abstinencia instituídos son todo mi sacrificio, y ni siquiera se sienten como tal.


He estado redactando un pequeño manual de economía doméstica (en realidad un recuento de gastos, egresos y excedentes); no es el libro de mi vida, ni el que planeaba escribir este año, ni en el que hubiera deseado trabajar jamás, pero por lo pronto es dolorosamente necesario. Más que nunca tenemos que cuidar el dinero; los gastos suben, nuestro salario sigue igual y hay más bocas que alimentar.

Decidimos adoptar a uno de los gatitos de E.M. porque es una bola de pelusa encantadora, tierna y cariñosa, antes de darnos cuenta de que se le podía aplicar el término políticamente correcto de “con necesidades especiales”; esas necesidades implican media hora menos de sueño al día, la preparación de comida especial y menor ahorro en alimento de mascotas.

He ido al cine un par de veces y en el tintero se me han quedado algunas reseñas; creo que no vale la pena que las ponga sino hasta que las películas en cuestión salgan a la venta o renta. Todavía no termino el videojuego que me regalaron en Navidad. He estado leyendo, eso sí, bastante, sobre todo primeras novelas y asuntos de jóvenes, y un descubrimiento que acabo de hacer me cayó encima como losa e hizo pedazos algo que durante mucho tiempo creí a ciencia ciega. Ahora ya sé que el redactar bien no lo hace a uno buen escritor. Es sólo una parte, si quieren la más importante (como los cimientos de una casa o la harina de un pastel), pero no lo es todo; una vivienda poco interesante y una tarta desabrida igual funcionan respectivamente para vivir y para comer, pero no garantizan felicidad ni alimento. Durante mucho tiempo pensé (y, me perdone Dios, pensé y enseñé lo contrario, y ahora me asaltan dudas que en definitiva no le sientan bien a mi edad: ¿seré una buena escritora? Y antes de que me detenga dos segundos en ello hay una nueva preocupación, un nuevo asunto que atender; el mundo no se detiene por una individua que quiere hacer una pausa y meditar.

Sólo en momentos contados y tranquilos me doy cuenta de que me está comenzando a hartar la estrategia de supervivencia que adopté hace ya como dos años; resistir sin irse ni quedarse. Ya no quisiera seguir anteponiendo lo que es meramente necesario a lo que de veras importa; una balsa puede estar firme y llevar todo lo necesario, pero el sol quema; y si el mar al norte, sur, este u oeste no cambia, parece anclada, y el náufrago desespera por llegar a tierra.

Puesto que por ahora no hay mucho más que hacer sino cavilar (ya sé, ya sé: y revisar exámenes, arreglar la ropa, agendar...¿agendar? ¿Existe el verbo “agendar”?... muy pronto otra limpieza de primavera y demás etcéteras domésticos), sólo me queda prometer (sin muchas garantías, me apena decir) que al menos con el blog voy a retomar lo que se pueda, apuntando al mínimo de tres entradas a la semana; por supuesto la disciplina comienza este miércoles que es el día de San Patricio.

Puesto que la falta de inspiración me está castigando tan horriblemente las últimas semanas, voy a verme obligada a reciclar algunas cositas que tal vez haya publicado en otras partes (pero jamás aquí en la casa de ustedes, conste), y que a lo mejor parecerán muy desfasadas; quisiera rescatar por ahí una de las primeras entradas que hice con respecto a la publicidad antianorexia de Nolita y que no subí por la descompostura de "Shu II", algunos comentarios de videojuegos, más recetas sabrosas, anécdotas y pronto otra semana del sushi. Espero de corazón que lo que logre sea del interés de todos ustedes, y una vez más les agradezco su constante apoyo, presencia y lectura.

7 comentarios:

SNAKE dijo...

Calmada, dalaaaay.

Escucha hay algo que he aprendido de ti de los años que llevo conociendote, es que no te rindes y que tienes uno de los corazones más grandes que he visto.

No desconfies de tus capacidades de escritora. Te lo eh dicho, para mi eres la mejor escritora del país. No pienses que por lo que te paso dudes de ti, siempre estamos para aprender algo nuevo, nadie lo sabe todo.Toma eso como un arma más para ti.

No te preocupes, ya veras que todo estara bien y que te esperan grandes cosas buenas por venir.

Pronto veras que todo las lagrimas y el sudor que has derrochado tendran sus frutos de grandeza.

Arc dijo...

Adelante Ais =)
Yo sigo leyendote ^_^

Master Pei dijo...

Tranquila, Ais, que nosotros aquí seguimos leyéndote, pase lo que pase. Y si de vez en cuando necesitas o te ves forzada a tomar pausas, pues no pasa nada, que es parte normal de la vida. Así que ánimo y nos estamos leyendo =D

Chendo dijo...

Laura tal vez no sea de mucha ayuda el decirte que te apoyo desde un remoto lugar, pero una cosa me quedó muy clara hace tiempo, cuando laboraba en un lugar en el cual me sentía horriblemente degradado y en el cual estuve dos años, esperando un cambio, el cual se produjo en mi persona, hasta poder enfrentarme a más de uno para lograr cambiar de aires. Actualmente, estoy en un lugar donde existe una libertad muy ad hoc para aplicar la inventiva, además de todo un verdadero equipo de trabajo, carecemos de muchas cosas y el apoyo que tenemos es paupérrimo, pero pienso que todo eso lo hemos podido compensar con creatividad. Creatividad que a ti te sobra ... por lo cual pienso que sólo es cuestión de tiempo, porque en las situaciones más difíciles es cuando surgen las mejores ideas. Un ramo de rosas transparentes para ti y para un abrazo para el capitán .. :)

Petrus Angelorum dijo...

@chendo ¿Por qué no escribes un libro de autoayuda? Tienen mercado.

Petrus Angelorum dijo...

Creo, doña Ash, que ya es hora de armar los paquetes para mandar los libros a las editoriales y soltarlos a los designios de la Providencia y decirle: "¡Qué sea lo que vos queráis!"

Seguire insistiendo que el mejor lugar para un linguista aplicado es la imperial ciudad de México.

Kitsune dijo...

Qué gusto leerte de nuevo!
:)

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La casa de Aisling by Laura Michel is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.5 México License.