Ya sé que debería escribir algo sobre Farrah Fawcett, o sobre Michael Jackson, o Manuel Saval... y sé que al menos tengo deber moral de hacerlo, por haber sido niña setentera, adolescente ochentera, y porque aunque odiaba las telenovelas era fanática del programa de Cachirulo y, si la memoria no me traiciona, el guapo señor Saval apareció en alguno de sus episodios... Pero tal vez lo haga después. Tal vez alguna reflexión al respecto porque apenas me enteré de que la señora Fawcett era católica. Como sea, antes de que pase más tiempo, una reseña que ya les debía...
Star Trek
Director: J.J. Abrams
Intérpretes: Chris Pine, Zachary Quinto, Eric Bana, Leonard Nimoy, Karl Urban, Zoe Saldana, Bruce Greenwod, Simon Pegg, John Cho, Anton Yelchin, Winona Ryder, Ben Cross.
Lo bueno: Los fans van a estar encantados. Los no fans pasarán un muy buen rato.
Lo malo: Los no fans se van a perder la mitad de la diversión. Los fans van a terminar con un mínimo gusanito en la panza.
Lo malo: Los no fans se van a perder la mitad de la diversión. Los fans van a terminar con un mínimo gusanito en la panza.
Calificación: ****
Abstenerse: Si la ciencia ficción no es lo suyo. Si son ultrarrequetecontrafans de Star Wars, puede que no sea lo que esperan (pero no se preocupen, que los episodios I, II y III tampoco fueron lo que esperábamos).
Si hace veinte años algún viajero del tiempo me hubiera platicado precisamente esto, que se haría una película de Viaje a las Estrellas con otros actores en los papeles de la serie clásica, hubiera tachado el asunto de blasfemia y me hubiera sentado a imaginar visiones del Apocalipsis en 2009. Para una fancita como yo, hija de las repeticiones setenteras, prendida al capítulo de la semana los sábados de los ochenta y muy agradecida porque el Universal Channel decidió vover transmitir la serie ya entrados los noventa, era imposible concebir siquiera que alguien más que no fuera Jimmy Doohan hiciera de Scotty, o que le cambiaran la cara de Leonard Nimoy al señor Spock (por mencionar apenas un par de ejemplos). Así que me tomé la noticia de esta versión con bastante escepticismo, y cuando se anunció poco a poco el reparto, sólo podía darme vueltas en la cabeza, una y otra vez, una imagen sugerida con todo el sentido del humor por mi gran amigo Alphanubis:
-¡El toque de la muerte, Spock! ¡Rápido!
Y Spock levanta el dedo índice, esboza una sonrisita malvada y con energía psicoquinética comienza a rebanarle el cráneo a su víctima...
Ahora, según soltaban cortos en internet y televisión, la película se me fue antojando más, y más, y más. Protesté cuando el estreno se retrasó por el brote de influenza porcina. Y cuando finalmente la pusieron en cartelera en mi ciudad, no esperé ni un día para verla.
Aquí tienen mi reseña, un tanto atrasada.
James T. Kirk (Chris Pine), una especie de James Dean del siglo XXIII, ingresa en la academia espacial con con la esperanza de llegar a formar, como su padre, capitán de alguna nave de la Federación Estelar. Indisciplinado y mujeriego, tiene que aceptar la ayuda de un doctor de la flota, Leonard McCoy (Karl Urban) para colarse en la U.S.S. Enterprise, al mando del capitán Christopher Pike (Bruce Greenwood), justo en el momento en que la flota parte para una misión de rescate al planeta Vulcano. Aunque Kirk es un reverendo desbarajuste y parece dejarse llevar más por las hormonas que por las neuronas, tiene bastante cabeza como para darse cuenta de que todo el lío es una trampa, y justo a tiempo consigue salvar a la Enterprise. El capitán Pike, sin embargo, es capturado, y quien se queda al mando es su primer oficial, un joven semivulcano, Spock (Zachary Quinto) con quien Kirk ya ha tenido algunos problemillas. Pero falta mucho para que todo termine, y lo que es peor, el destino de miles de vidas pudo haberse decidido varios cientos de años después. Kirk tendrá que ingeniárselas, con todo aparentemente en su contra, para que la situación no empeore. Y tal vez para que su sueño se cumpla.
Todo lo anterio va aderezado con acción, acción, aventura, acción, más o menos al estilo de la serie viejita si de verdad los personajes principales hubieran estado en plan más juvenil y menos serio. No entiendo todavía cómo el director J.J. Abrams, que es un fan declarado de Star Wars (y los pleitos entre jedi y trekkies son bien conocidos) se las arregló para ofrecerle a los fans un trabajo bien cuidado y detallista, en especial por parte de los actores, que incluso rebasó las expectativas de una quisquillosa servidora. ¿Cómo iba un tipo más bien musculoso como Karl Urban a representar al flaquito doctor McCoy? No sé, pero lo hizo; le bastaron los ojotes. Zachary Quinto, aunque jamás pudo hacer el saludo vulcano (leí que tuvieron que pegarle los dedos para que le saliera bien) me ganó con dos detalles que casi me hicieron dar brincos de gusto: Spock arreglándose la chaquetita a la hora de levantarse, y ese peculiar arqueamiento de una sola ceja. Y
Y Pine, bueno, Pine es Kirk, un completo Kirk joven, con más inmadureces de las que le hubiéramos contemplado en sus treinta, pero el mismo corazón a todo prueba; y eso se notaba. John Cho muestra una versión del teniente Sulu que muy pocas veces vimos en la serie original (pocas, pero ahí estaban), Zoe Saldana es una muy sexy Uhura en un mundo donde la igualdad racial es un hecho (ahora casi no se nota, pero en sus tiempos fue bastante avant garde), y aunque Anton Yelchin no se parece a Chekov, habla igualito y se mueve igual. El reto verdadero, el que no me lo creía, el que juraba que no me iba a dar gusto, Simon Pegg como Scotty... finalmente consiguió que me dieran ganas de apapacharlo, y cuánto me hubiera gustado un abrazo de James Doohan.
Bien, la película le resultará bastante entretenida al espectador casual, pero incluye una gran cantidad de guiños para el fan de hueso colorado; sin duda el mejor de éstos es que Leonard Nimoy pudiera repetir el papel que lo hizo famoso. Otro más, aunque triste, fue escuchar por última vez a Majel Barret, la esposa de Gene Roddenberry, el creador de Star Trek, que, además de tener papeles en la serie original y varias más, fue siempre la voz de las computadoras de las naves estelares. La señora Barret falleció el año pasado; su esposo en 1991.
Ahora, las malas noticias, el único detalle negativo de la trama va a afectar precisamente a los fans del Star Trek clásico. Al verla, claro que dan ganas de más, que uno quisiera otra aventura de acción con el joven Kirk y todo su grupo, pero si el precio a pagar por ello resulta...
Spoiler (seleccionen el texto si realmente quieren leerlo)
...que todo lo que hemos visto es una historia alterna, en una realidad alterna, y que todo lo que ha pasado está en una especie de universo paralelo, gracias a viajes en el tiempo más complicados que los de Marty McFly...
..., se queda uno con la sensación de que el esfuerzo de los actores, los guiños y todo lo demás en realidad no sirvió para nada. Salvo este incomodísimo gusano que puede estarle masticando a uno el hígado al terminar la función, la película está para verse, más de una vez si fuera posible. Si la tienen en la lista para elegir con Transformers, Wolverine o Ángeles y serafines... perdón, demonios, ya saben por cuál irse.
-¡El toque de la muerte, Spock! ¡Rápido!
Y Spock levanta el dedo índice, esboza una sonrisita malvada y con energía psicoquinética comienza a rebanarle el cráneo a su víctima...
Ahora, según soltaban cortos en internet y televisión, la película se me fue antojando más, y más, y más. Protesté cuando el estreno se retrasó por el brote de influenza porcina. Y cuando finalmente la pusieron en cartelera en mi ciudad, no esperé ni un día para verla.
Aquí tienen mi reseña, un tanto atrasada.
James T. Kirk (Chris Pine), una especie de James Dean del siglo XXIII, ingresa en la academia espacial con con la esperanza de llegar a formar, como su padre, capitán de alguna nave de la Federación Estelar. Indisciplinado y mujeriego, tiene que aceptar la ayuda de un doctor de la flota, Leonard McCoy (Karl Urban) para colarse en la U.S.S. Enterprise, al mando del capitán Christopher Pike (Bruce Greenwood), justo en el momento en que la flota parte para una misión de rescate al planeta Vulcano. Aunque Kirk es un reverendo desbarajuste y parece dejarse llevar más por las hormonas que por las neuronas, tiene bastante cabeza como para darse cuenta de que todo el lío es una trampa, y justo a tiempo consigue salvar a la Enterprise. El capitán Pike, sin embargo, es capturado, y quien se queda al mando es su primer oficial, un joven semivulcano, Spock (Zachary Quinto) con quien Kirk ya ha tenido algunos problemillas. Pero falta mucho para que todo termine, y lo que es peor, el destino de miles de vidas pudo haberse decidido varios cientos de años después. Kirk tendrá que ingeniárselas, con todo aparentemente en su contra, para que la situación no empeore. Y tal vez para que su sueño se cumpla.
Todo lo anterio va aderezado con acción, acción, aventura, acción, más o menos al estilo de la serie viejita si de verdad los personajes principales hubieran estado en plan más juvenil y menos serio. No entiendo todavía cómo el director J.J. Abrams, que es un fan declarado de Star Wars (y los pleitos entre jedi y trekkies son bien conocidos) se las arregló para ofrecerle a los fans un trabajo bien cuidado y detallista, en especial por parte de los actores, que incluso rebasó las expectativas de una quisquillosa servidora. ¿Cómo iba un tipo más bien musculoso como Karl Urban a representar al flaquito doctor McCoy? No sé, pero lo hizo; le bastaron los ojotes. Zachary Quinto, aunque jamás pudo hacer el saludo vulcano (leí que tuvieron que pegarle los dedos para que le saliera bien) me ganó con dos detalles que casi me hicieron dar brincos de gusto: Spock arreglándose la chaquetita a la hora de levantarse, y ese peculiar arqueamiento de una sola ceja. Y
Y Pine, bueno, Pine es Kirk, un completo Kirk joven, con más inmadureces de las que le hubiéramos contemplado en sus treinta, pero el mismo corazón a todo prueba; y eso se notaba. John Cho muestra una versión del teniente Sulu que muy pocas veces vimos en la serie original (pocas, pero ahí estaban), Zoe Saldana es una muy sexy Uhura en un mundo donde la igualdad racial es un hecho (ahora casi no se nota, pero en sus tiempos fue bastante avant garde), y aunque Anton Yelchin no se parece a Chekov, habla igualito y se mueve igual. El reto verdadero, el que no me lo creía, el que juraba que no me iba a dar gusto, Simon Pegg como Scotty... finalmente consiguió que me dieran ganas de apapacharlo, y cuánto me hubiera gustado un abrazo de James Doohan.
Bien, la película le resultará bastante entretenida al espectador casual, pero incluye una gran cantidad de guiños para el fan de hueso colorado; sin duda el mejor de éstos es que Leonard Nimoy pudiera repetir el papel que lo hizo famoso. Otro más, aunque triste, fue escuchar por última vez a Majel Barret, la esposa de Gene Roddenberry, el creador de Star Trek, que, además de tener papeles en la serie original y varias más, fue siempre la voz de las computadoras de las naves estelares. La señora Barret falleció el año pasado; su esposo en 1991.
Ahora, las malas noticias, el único detalle negativo de la trama va a afectar precisamente a los fans del Star Trek clásico. Al verla, claro que dan ganas de más, que uno quisiera otra aventura de acción con el joven Kirk y todo su grupo, pero si el precio a pagar por ello resulta...
Spoiler (seleccionen el texto si realmente quieren leerlo)
...que todo lo que hemos visto es una historia alterna, en una realidad alterna, y que todo lo que ha pasado está en una especie de universo paralelo, gracias a viajes en el tiempo más complicados que los de Marty McFly...
..., se queda uno con la sensación de que el esfuerzo de los actores, los guiños y todo lo demás en realidad no sirvió para nada. Salvo este incomodísimo gusano que puede estarle masticando a uno el hígado al terminar la función, la película está para verse, más de una vez si fuera posible. Si la tienen en la lista para elegir con Transformers, Wolverine o Ángeles y serafines... perdón, demonios, ya saben por cuál irse.
Recomendaciones: Fans de Star Trek, no se vayan a perder esto por mucho que los antecedentes les provoquen desconfianza. De nuevo citando a Alphanubis, sólo esta película le dio más a los trekkies que lo que los episodios I, II y III juntos le dieron a los de fans Star Wars. Si no saben nada de Star Trek pero igual quieren divertirse con una bien hecha aventura de cine veraniego, funciona.
Abstenerse: Si la ciencia ficción no es lo suyo. Si son ultrarrequetecontrafans de Star Wars, puede que no sea lo que esperan (pero no se preocupen, que los episodios I, II y III tampoco fueron lo que esperábamos).