sábado, noviembre 07, 2009

Chaconear

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Joseph Fiennes como Cyrano de Bergerac

"Cuando bebas agua, acuérdate de la fuente"
Proverbio chino

Hace unos cuantos años, la palabra “chaconazo” como sinónimo de "plagio" restringido a internet se acuñó (e hizo tristemente famosa) a partir de cierto escándalo en el medio editorial mexicano (para enterarse, hagan click aquí). Los implicados señalaron el evento como un hecho aislado; algunos ya sabíamos que era la punta del iceberg, y que la persona responsable del neologismo no lo fue porque cometiera el pecado, sino, como decía el padre M., un sacerdote zacatecano muy simpático, porque fue el único a quien “pescaron en la movida” (en español mexicano, “sorprendieron en el acto”).

Es un hecho que el internet ha convertido en muy delgadas, casi transparentes, las barreras que cubren y separan la propiedad intelectual; vean nada más todas las imágenes que manejo: algunas son mías, pero otras son tomadas de cualquier sitio y cuando no hay a quién pedirle permiso ni manera de averiguar créditos, no me detengo más de una hora.

No se trata de culpar sólo a las nuevas tecnologías; ahí está, en los noventa, una compañerita que tuve que copiaba líneas enteras de varias enciclopedias y sin redactar un párrafo armaba una columna que se publicaba en cierto periódico local. O, esto en los ochenta, el día que un estudiante se dio el lujo de poner bajo su nombre, en el periódico de la facultad de comunicación de la UAG, el primer capítulo, palabra por palabra, de Las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, eso sí, con algunos astutos cambios de los datos de lugares y nombres propios que ahí se mencionaban.

Pero no hay duda de el progreso ha facilitado mucho el sutil arte del plagio: apenas unos meses antes del chaconazo, una servidora tuvo que reprobar al noventa por cierto de una clase de redacción porque, para el examen final, se habían limitado a copiar y pegar artículos enteros de internet. Lo sorprendente no fue tanto que lo hicieran, sino que protestaran porque creían sinceramente que ésa era la forma correcta de trabajar; sus otros maestros toleraban la conducta. Algunos de mis alumnos ni siquiera habían leído lo que copiaban; uno de ellos, muy aficionado al futbol y que había prometido escribir sobre su equipo favorito, comenzaba de esta manera su texto: “Cuando decidí fundar el equipo Fulano en 1935...”. Le dije que me sorprendía que fuera mucho más viejo que yo, y no entendió la amarga broma.

Según pasó el tiempo, hubo menos y menos de dónde extrañarse. Hace poco, cuando me encontraba buscando segundas y terceras opiniones sobre cierto libraco horrible que estoy leyendo, resulta que no pasé de las segundas: todas las reseñas del título en cuestión disponibles en internet eran la misma, publicada en sendos blogs que la ostentaban como propia. Y, espero que la memoria le falle menos que a mí a mis lectores de Jalisco, México; pero, ¿recuerdan cuando el alcalde de Zapopan presentó como suyos varios documentos que se había bajado íntegros de internet? Lo mejor de todo fue la serenidad con la que enfrentó la acusación de plagio: dijo que lo había hecho porque estaba de moda, ya que la película de moda era Los piratas del Caribe (?). Ya que de películas hablamos, vean ustedes Quarantine, que se supone es un remake hollywoodense de la española Rec. Yo no sabía que se le llamaba "remake" a una copia escena por escena.

Sobre las experiencias de una servidora al respecto... sí, puedo mencionar algunos casos. No me refiero a las muchas veces que alguien ha tomado uno de mis escritos y lo ha puesto en su sitio con mi nombre o pseudónimo y/o tal vez algún link (a todos quienes lo hayan hecho, ¡gracias! Abrazos a montones), sino a las pocas (las puedo contar con los dedos de la mano y me sobran) que he pescado a alguien que se quiere untar el mérito, por mínimo que sea, de algún escritillo mío. La ocasión más divertida fue cuando una chica copió de una lista de correos la tierna carta de cumpleaños que le escribí a mi Capitán y la puso en OTRA lista; era tan reconocible que Pere, que tuvo a bien avisarme, de veras creyó que una servidora era la otra persona.

La chica ésta cambió ciertas referencias a fechas y años, pero no lo hizo del todo bien... una persona cuidadosa que leyera e hiciera cuentas hubiera notado inmediatamente la discrepancia entre lo que había vivido la narradora de la carta y la edad que la supuesta escritora decía tener.


Claro que me puse de mal humor, más aún cuando vi los cálidos comentarios que le hacían a mi trabajo bajo otro nombre en la OTRA lista de correos mientras que en el sitio original de su publicación apenas le habían hecho caso.

Pues verán, también gracias a uno de mis visitantes, encontré otro ejemplo anteayer: Recién acababa de compartir mi receta de pollo almendrado chino en Facebook y revisaba los vistazos nuevos y las búsquedas que habían llegado a mi página, cuando de pronto... miren ustedes mismos:

- Aquí está el texto original. Abran en ventana nueva, para comparar.

- A continuación, una respuesta ganadora (con dos míseros votos, pero algo es algo) que una chica, supongo, puso en Yahoo! Answers hace seis meses. No había ningún problema en que tomara la receta, pero hubiera sido lindo que pusiera la fuente.

No me pregunten por qué, pero esta vez el incidente me puso de muy, muy buen humor. ¿Será porque, como dicen, un plagio es una forma indirecta de halago? Je, je, je... Pero, aunque todavía no lo establezca la lexicología popular, creo que la diferencia entre un plagio y un chaconazo es que en el segundo la persona que "toma prestado" lo hace por pura y dura necesidad; ya ni siquiera por buen o mal gusto.

Pensar que Cyrano de Bergerac tenía que aguantarse que otro más recitara y firmara sus textos... Pero en fin, ya hice de Cyrano cuando tenía como doce años (escribía las cartitas que un ficticio enamorado le enviaba a una amiga de la escuela, que buscaba con ello darle celos al chico que le gustaba... pero también, a solicitud de este chico, las notas que él le enviaba a mi amiga), así que aunque por falta de costumbre no sufro, prefiero que los besos y el crédito me los den a mí.

5 comentarios:

Arc dijo...

Siento mucho que te hayan plagiado Aisling :(

Yo admito que tomo cuanta fotografía encuentro en la red para ilustrar mi punto. Algunas las he dibujado yo mismo, otras no.

Nunca he buscado los orígenes de las mismas. Así que de alguna forma lo que yo hago es similar a lo que aquella persona hizo con tu receta de cocina :#

No me ha afectado mentalmenteporque como mi sitio web no tiene ningun fin de lucro, simplemente doy por sentado en la licencia creative commons que todos los trabajos son de sus respectivos autores. ( Fair use, http://en.wikipedia.org/wiki/Fair_use )

Estoy absolutamente de acuerdo contigo en cuanto a el plagio en el que una paga o cobro de honorarios está involucrado. Eso si: el evento es algo muy arraigado a la cultura mexicana, porque en otras naciones del continente no es común.

Se que mi visión de los derechos de autor y el arte no es la misma que la de la mayoría de la gente, pero estaría padre que leyeras un poco de la historia al respecto.

Sabías que antes los artistas (particularmente los músicos) tenían patrones del arte? Personas que los apoyaban económicamente. El ingreso principal de un artista era interpretar su obra en vivo (algo análogo a los conciertos de hoy en día) Y los derechos de autor solo se daban por unos pocos años, convirtiendo sus obras después en propiedad de la civilización entera?

Otros tiempos, definitivamente.


Un beso con mucho cariño Ais.
Un abrazo al Cpt Quasar!

P.D. Yo ya reporté la entrada de yahoo answers, pidiendo que incluyan el origen de la cita.

Aisling dijo...

Yo misma soy culpable del pecado, Arc, como puse en la entrada. :./
En cuanto a imágenes se refiere, claro. Procuro dar crédito y pedir permiso antes de poner cualquier cosa, pero no siempre se puede.

Aunque, se me hace que es por eso, hay una cosa... no me molesta de hecho que alguien utilice fotografías o imágenes auténticamente mías. Será que no soy una auténtica diseñadora, ni fotógrafa. Pero si hablamos de textos ya es otra cosa.

Un saludo también, y abrazos.

Dark Soulless dijo...

Yo detesto que mis comañeros hagan eso de copiar y peagar..
Tal vez no todos tengan una gran capacidad de redacción, pero, lo que me molesta es que no se tomen el más mínimo esfuerzo.

Como maestro se que es más molesto aún, a veces veía a mi padre de cierta manera tan frustrado porque sus alumnos querían pasarse de listos, así como dices, y todavía se molestan pensando que es injusto que se les repruebe.

El problema de la internet es que da pié a querer tenerlo todo de manera fácil, por lo tanto la gente se confía y termina entregando trabajos tal cual venían de donde lo copiaron.

Ahí en mi blog hay una imagen al final de la plantilla que dice "copy scape", donde uno puede encontrar si alguien a plagiado los escritos, sería muy útil si mi blog me diese dinero, pero como no, pues por lo menos da algo de seguridad.

Nos vemos luego, bye!

Master Pei dijo...

¿Yo qué puedo decir al respecto? La verdad es que en parte me aterra ser plagiado, pero como de todos modos lo que escribo no le interesa a nadie, al menos sé que por ese lado estoy a salvo.

Lamento que te pasara, Aisling. Pero bueno, supongo que es a lo que uno se arriesga al usar el internet.
Ánimo!

Chendo dijo...

Es lamentable que te hayan plagiado Laura, comparto tu sentimiento de indignación y por otro lado de tristeza al comprobar la falta de principios y de valores en nuestra "suciedad" para "agandallarse" el trabajo de otros, un saludo y un abrazo.

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La casa de Aisling by Laura Michel is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 2.5 México License.