Sweeney Todd: El barbero demoníaco de la calle Fleet
Director: Tim Burton
Intérpretes: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Sacha Baron Cohen, Laura Michelle Kelley, Jamie Campbell Bower, Jayne Wisener.
Lo bueno: La música, ya de origen; las actuaciones y la escenografía.
Lo malo: Johnny Depp, al igual que prácticamente todo el reparto, no sabe cantar. Tampoco Gerry Butler (sí, ya sé que Gerry Butler no aparece en esta película, pero, ¿y qué con eso? De todos modos no sabe cantar).
Calificación: ****
Cuando era chica, cómo pedía que los grandes musicales llegaran a la pantalla (yo creo que porque entonces no había otra forma para que alguien como yo, residente de Zacatecas, pudiera verlos representados. Me alegra haber llegado a la era del DVD en la que los espectáculos son más accesibles). En estos días que mi deseo se cumple, está ocurriendo algo medio raro: para las películas sobre musicales, se contrata no a cantantes, sino a actores, y a veces ni siquiera eso.
No hablo de experimentos que de algún modo salieron bien, como Moulin Rouge (a la única a quien le doblaron la voz para cantar ahí fue a Kylie Minogue, ¿no es extraño?), sino de un musical en forma, El Fantasma de la Ópera de Andrew Lloyd Webber y su desafortunada adaptación cinemato- gráfica en 2004. Aunque me parece muy probable que fue el trasero y no la voz de Gerry Butler lo que le ganó el papel protagónico a los ojos del director Joel Schumacher (sí, el que le puso pezones a los trajes de Batman y Robin), ahora sí no sé de dónde sacaron a su co-estrella, Emmy Possum... digo, Rossum.
Mientras que Butler se defendía como actor e intentaba hacer lo posible con su chorrito de voz, Rossum se limitó a mostrar su rostro lindo (con una expresión permanente entre narcotizada e idiota) y su inmadurez musical durante las dos horas de la película. Por mí que se hubiera hundido antes del Poseidón.
Ahora, el fantasma de este Fantasma se cierne sobre Sweeney Todd, y por las mismas razones. Los resultados son, sin embargo, muy distintos.
Yo no conocía esta obra de Stephen Sondheim (el mismo que hizo West Side Story); tampoco sabía que estaba basada en una historia de folletín que a su vez pudo haber salido de una leyenda urbana; en otras palabras, que algo pudo haber tenido de realidad. Le tengo gusto a las películas de Tim Burton y ya por eso la hubiera visto, sin importar que fuera o no musical.
La historia va más o menos así: Sweeney Todd (Johnny Depp) es el sobrenombre que adopta un barbero, encarcelado injustamente por un siniestro juez (Alan Rickman) que pretendía quedarse con su esposa. Años después, Todd regresa en busca de venganza. ¿El Conde de Montecristo con navaja y sin dinero? No, para nada; la causa justa de Todd se convierte en un descenso al infierno y a la locura, de la mano complaciente de su casera, Mrs. Lovett (Helena Bonham Carter), cuyo espíritu práctico le encuentra una salida a los crímenes del barbero en suculentos pasteles de carne... Obvio y vulgar, pero el horror está servido, fresco y calientito, condimentado con una muy buena dosis de humor negro y acompañado por un trago de una música tan buena como ya no se acostumbra.
La amargura de Todd, los sueños de Mrs. Lovett, el tierno e instantáneo romance entre el marinero Anthony Hope (Jamie Campbell Bower) y Johanna, la hija del barbero (Jayne Wisener) se van develando entre melodías absolutamente encantadoras, clásicos en sí mismos. La diferencia con el dichoso Fantasma de Schumacher es que aquí, aunque los actores tampoco cantan muy bien que digamos, no echan a perder la música y compensan las carencias vocales con actuaciones exquisitas; la mejor de todas, sin duda, la de Johnny Depp, aunque a ratos uno no está seguro si está realmente haciendo de Sweeney Todd (una figura mucho más trágica en teatro, según tengo entendido) o de Johnny Depp haciendo de un dibujito de Burton de Sweeney Todd. Si por ésta le dan el Oscar que se merecía por Ed Wood hoy en la noche, no protestaría.
Recomendaciones: Si son fans de Burton o de Depp, es de a fuerzas; si quieren pasar un rato divertido y si no les molesta la idea de un poco de gore mezclado con bella música.
Abstenerse: Si son muy sensibles en cuanto a sangre en pantalla, aquí hay de sobra; si detestan los musicales porque esto no es otra cosa... y si ya vieron Sweeney Todd en teatro (en una representación que no fuera de alguna prepa del Tec de Monterrey); eso para evitar hacer corajes.
Abstenerse: Si son muy sensibles en cuanto a sangre en pantalla, aquí hay de sobra; si detestan los musicales porque esto no es otra cosa... y si ya vieron Sweeney Todd en teatro (en una representación que no fuera de alguna prepa del Tec de Monterrey); eso para evitar hacer corajes.