Comencé a redactar esta reseña el año pasado, poco después de que este juego saliera a la venta. No he podido terminarla sino hasta ahora; qué mal. De todas maneras es buen momento; si este juego no les había llamado la atención y se les antoja, aprovechen ahora que ha bajado de precio.
Dissidia: Final Fantasy
Productor: Square Enix
Consola: PSP
Consola: PSP
Lo bueno: Los personajes, la música, los gráficos. Tiene múltiples variedades de juego. Es adictivo y emocionante.
Lo malo: La cámara automática no ayuda nada al juego. La historia pudo haberse hecho más profunda, y sin mayor dificultad.
Calificación: ****
Cuando en el evento Square Enix Party 2007 se develaron las primeras imágenes y videos del título Dissidia, la verdad es que una servidora ni siquiera se entusiasmó. Primero, porque entonces no tenía PSP (y ni ganas ni planes de adquirirlo). Y segundo, porque el asunto no me parecía sino otro intento flojo de Square Enix de explotar una franquicia ya medio quemada, pero todavía segura (gracias a un montón de obsesos que comprarían... ejem, compraríamos, cualquier tontería con el letrero de Final Fantasy en la portada).
Ahora bien, con respecto a lo primero, pues tenía que salir el Crisis Core... Y sobre lo segundo, me alegra haberme equivocado, al menos en parte. Porque si bien detrás de Dissidia tiene que haber montón de perversos con signos de dólares en las pupilas, lo que uno halla en el fondo es un trabajo de verdadero cariño (tanto a la saga como a la caterva de fanáticos obsesos); tanto así que sorprende el riesgo que se tomó la empresa con algunas características del juego. ¿Los resultados? Vamos a ver.
El argumento de Dissidia no es nada del otro mundo, y de hecho suena de flojera: resulta que la diosa de la armonía, Cosmos, y el dios del desorden, Caos, han estado en conflicto por los siglos de los siglos, y en lo que parece ser su batalla final, han convocado cada uno a diez guerreros de diferentes universos (los de Final Fantasy, por supuesto). Los villanos hacen picadillo a los buenos, y éstos terminan dispersos y sin la menor idea de qué hacer a continuación. Una debilitada Cosmos les pide que encuentren ciertos cristales que les darán esperanza y ayudarán a rescatar a ese mundo, y los diez guerreros del orden se ponen en marcha. Los villanos, por su parte, tampoco se van a estar quietos. Y es aquí donde comienza lo que nadie se espera: después de un inicio tan flojo y cliché, la trama se va complicando en lo que miembros de uno y otro bando luchan y escapan, buscan razones para seguir, juegan sus propias cartas, discuten cuestiones personales, o se rebelan contra el destino que les ha sido impuesto.
Lo más interesante del asunto es que éste no es ningún RPG; es un juego de peleas, y ya. Pero tanto su intento de narración como su mecánica lo llegan a emparentar con los RPG y lo vuelven más complejo (ojo, no más difícil) que cualquier fighter. Tanto así que una servidora llegó a acumular NOVENTA Y DOS horas de juego... y espera seguir (a ratitos, conste; de hecho el juego lo penaliza a uno si se engancha demasiado).
Dissidia tiene diferentes modos de juego que le proporciona una flexibilidad estupenda: está el de aventura, llamado Destiny Odyssey, en el que uno controla a un solo personaje y sigue su historia (todas son diferentes pero se intercalan unas con otras, y al final confluyen); después de esto todavía falta un único camino que recorrer hacia el final-final, y uno tiene que elegir con quién hacerlo (conviene, eso sí, terminar con todos los personajes). Y aun después del final, todavía siguen las cosas... y, si bien en menor medida, le toca el turno a los villanos. También está un modo de Coliseo, en el que uno lucha contra una serie de rivales y tiene que escoger ciertas recompensas, y uno de Arcade, que funciona CASI como de pelea normal.
Nuestros personajes, como en cualquier RPG, ganan puntos y dinero, aumentan de nivel y se pueden equipar con diferentes armas y armadura (algunas se compran, otras las tiene que forjar uno mismo). Los puntos que uno gana se pueden intercambiar por nuevos atuendos para los personajes, por videos de la historia y por música (hay un momento, de hecho, en el que las largas secuencias animadas se pueden contemplar una tras otra, en un orden cronológico que tal vez no alcanzamos a definir durante el juego; ahí está, tenemos una película). Una de las primeras recompensas es un par de personajes sorpresa para añadir a las opciones.
Ahora, donde el asunto resulta más sencillo es los controles. Se nota que Dissidia está hecho para quienes no estamos acostumbrados a los fighters; no hay giros raros que ejecutar, ni combinaciones de botones, vueltas o lo que caiga. Nuestros personajes sólo tienen dos tipos de ataque: los Bravery Attack o BRV, que son más rápidos y proveen cierta defensa pero que no bajan puntos de vida al oponente, y los HP Attack, o HP, que sí lo hacen y de hecho determinan la cantidad de puntos que perderá el oponente. Uno podría comenzar por preguntarse para qué sirven entonces los BRV, y aquí va la respuesta: cada BRV sube el nivel del siguiente HP que puede conectar uno; al mismo tiempo, hacen que baje el nivel de los ataques HP del oponente, y eso significa, primero, que es posible terminar la pelea de un solo golpe, y, segundo, que cuando le peguen a uno el daño será menor, o incluso nulo (no importa que le lancen a uno poderes especiales, que también los hay).
Las peleas son en escenarios amplios, en tercera dimensión, y uno puede hacer uso de ellos: ocultarse en columnas o derribarlas, estrellar al rival contra una pared o hacerlo caer al vacío... hay de todo. Todo esto, y la forma en la que podemos programar ciertas reacciones automáticas y movimientos de los personajes, le da al juego otro toque: el de estrategia.
Por cierto, para quienes no quieran meterse con complicaciones, existe también un modo de pelea por turnos, donde uno se toma su tiempo (aunque no mucho) para ordenarle al personaje qué hacer. Pero eso pierde el interés ya que uno ha aprendido a utilizar los controles.
El que los ataques se realicen con los mismos botones no significa, en modo alguno, que los personajes hagan los mismos movimientos; cada tiene su propio estilo de pelea que va completamente de acuerdo con su personalidad y oficio (esto tiene mucho más sentido si uno es fan de la serie). Así, por ejemplo, Bartz de FF V es un bailarín, Tidus de FF X un acróbata, Zidane de FF IX pelea en el aire, el Guerrero de la Luz de FF I tiene que mantener los pies en el suelo; Sephiroth de FF VII atacará de frente, Kefka de FF VI lo hará a traición, el Emperador de FF II podrá hacer uso de múltiples trampas para evitar confrontaciones directas. Resulta muy entretenido, y nada frustrante, ponerse a aprender a manejar cada personaje.
Sobre la música del juego... bueno, no hay mucho de nuevo que no haya aparecido antes en la serie de Final Fantasy, pero ese no mucho (de Takeharu Ishimoto) es bastante, bastante bueno. Los nuevos arreglos de viejas canciones de Nobuo Uematsu son una delicia para escuchar; si son fans y no quieren el juego, les recomiendo que al menos consigan el soundtrack.
Ya para terminar, ¿qué hay que decir del doblaje? Sólo puedo, como es natural, pasarles mis impresiones de lo que se hizo en inglés. Hay un poco de todo; actuaciones buenas y no tan buenas, pero prefiero centrarme en estas últimas: Gerald C. Rivers está grandioso como Exdeath, el villano de FF V; Aaron Spann, un chico menor de veinte, está perfecto como el Onion Knight de FF III; Johnny Yong Bosch como Firion de FF II me gustó tanto que no me creí que la última vez que supe de él andaba de Power Ranger; Bartz y Zidane le quedaron muy bien a sus respectivos Jason Spisak y Bryce Papenbrook; quienes repiten papel (Steve Burton como Cloud de FF VII, Yuri Lowenthal como Cecil y Peter Beckman como Golbez, ambos de FF IV, James Arnold Taylor como Tidus) hacen lo suyo, aunque a algunos (George Newbern como Sephiroth) ya se les oye un poquito cansados. Al único que hubiera mandado a volar es a Rodger Parsons, que hace la narración del juego y le pone el mismo sentimiento que una caja de zapatos.
¿Únicos puntos débiles del juego? La maldita cámara automática. También, que uno se queda con ganas de más, sobre todo en lo que respecta a la historia, y sobre todo si le tiene cariño a la serie. Si hubiera una segunda parte donde fuera posible manejar más personajes, me lanzaría de cabeza a ella sin pensármelo dos veces.
Casi se me olvida: sí, es posible armar peleas en línea, pero no las he podido probar (no me he puesto de acuerdo con nadie que tenga el juego y sea tan clavado como yo).
Aquí hay un video, de GameTrailers, donde se puede ver una muestra de las secuencias de lucha. La canción de fondo es el tema del juego, The Messenger, interpretado y coescrito por Your Favorite Enemies.
Y aquí está el impresionante intro del juego (el video está invertido).
Ahora bien, con respecto a lo primero, pues tenía que salir el Crisis Core... Y sobre lo segundo, me alegra haberme equivocado, al menos en parte. Porque si bien detrás de Dissidia tiene que haber montón de perversos con signos de dólares en las pupilas, lo que uno halla en el fondo es un trabajo de verdadero cariño (tanto a la saga como a la caterva de fanáticos obsesos); tanto así que sorprende el riesgo que se tomó la empresa con algunas características del juego. ¿Los resultados? Vamos a ver.
El argumento de Dissidia no es nada del otro mundo, y de hecho suena de flojera: resulta que la diosa de la armonía, Cosmos, y el dios del desorden, Caos, han estado en conflicto por los siglos de los siglos, y en lo que parece ser su batalla final, han convocado cada uno a diez guerreros de diferentes universos (los de Final Fantasy, por supuesto). Los villanos hacen picadillo a los buenos, y éstos terminan dispersos y sin la menor idea de qué hacer a continuación. Una debilitada Cosmos les pide que encuentren ciertos cristales que les darán esperanza y ayudarán a rescatar a ese mundo, y los diez guerreros del orden se ponen en marcha. Los villanos, por su parte, tampoco se van a estar quietos. Y es aquí donde comienza lo que nadie se espera: después de un inicio tan flojo y cliché, la trama se va complicando en lo que miembros de uno y otro bando luchan y escapan, buscan razones para seguir, juegan sus propias cartas, discuten cuestiones personales, o se rebelan contra el destino que les ha sido impuesto.
Lo más interesante del asunto es que éste no es ningún RPG; es un juego de peleas, y ya. Pero tanto su intento de narración como su mecánica lo llegan a emparentar con los RPG y lo vuelven más complejo (ojo, no más difícil) que cualquier fighter. Tanto así que una servidora llegó a acumular NOVENTA Y DOS horas de juego... y espera seguir (a ratitos, conste; de hecho el juego lo penaliza a uno si se engancha demasiado).
Dissidia tiene diferentes modos de juego que le proporciona una flexibilidad estupenda: está el de aventura, llamado Destiny Odyssey, en el que uno controla a un solo personaje y sigue su historia (todas son diferentes pero se intercalan unas con otras, y al final confluyen); después de esto todavía falta un único camino que recorrer hacia el final-final, y uno tiene que elegir con quién hacerlo (conviene, eso sí, terminar con todos los personajes). Y aun después del final, todavía siguen las cosas... y, si bien en menor medida, le toca el turno a los villanos. También está un modo de Coliseo, en el que uno lucha contra una serie de rivales y tiene que escoger ciertas recompensas, y uno de Arcade, que funciona CASI como de pelea normal.
Nuestros personajes, como en cualquier RPG, ganan puntos y dinero, aumentan de nivel y se pueden equipar con diferentes armas y armadura (algunas se compran, otras las tiene que forjar uno mismo). Los puntos que uno gana se pueden intercambiar por nuevos atuendos para los personajes, por videos de la historia y por música (hay un momento, de hecho, en el que las largas secuencias animadas se pueden contemplar una tras otra, en un orden cronológico que tal vez no alcanzamos a definir durante el juego; ahí está, tenemos una película). Una de las primeras recompensas es un par de personajes sorpresa para añadir a las opciones.
Ahora, donde el asunto resulta más sencillo es los controles. Se nota que Dissidia está hecho para quienes no estamos acostumbrados a los fighters; no hay giros raros que ejecutar, ni combinaciones de botones, vueltas o lo que caiga. Nuestros personajes sólo tienen dos tipos de ataque: los Bravery Attack o BRV, que son más rápidos y proveen cierta defensa pero que no bajan puntos de vida al oponente, y los HP Attack, o HP, que sí lo hacen y de hecho determinan la cantidad de puntos que perderá el oponente. Uno podría comenzar por preguntarse para qué sirven entonces los BRV, y aquí va la respuesta: cada BRV sube el nivel del siguiente HP que puede conectar uno; al mismo tiempo, hacen que baje el nivel de los ataques HP del oponente, y eso significa, primero, que es posible terminar la pelea de un solo golpe, y, segundo, que cuando le peguen a uno el daño será menor, o incluso nulo (no importa que le lancen a uno poderes especiales, que también los hay).
Las peleas son en escenarios amplios, en tercera dimensión, y uno puede hacer uso de ellos: ocultarse en columnas o derribarlas, estrellar al rival contra una pared o hacerlo caer al vacío... hay de todo. Todo esto, y la forma en la que podemos programar ciertas reacciones automáticas y movimientos de los personajes, le da al juego otro toque: el de estrategia.
Por cierto, para quienes no quieran meterse con complicaciones, existe también un modo de pelea por turnos, donde uno se toma su tiempo (aunque no mucho) para ordenarle al personaje qué hacer. Pero eso pierde el interés ya que uno ha aprendido a utilizar los controles.
El que los ataques se realicen con los mismos botones no significa, en modo alguno, que los personajes hagan los mismos movimientos; cada tiene su propio estilo de pelea que va completamente de acuerdo con su personalidad y oficio (esto tiene mucho más sentido si uno es fan de la serie). Así, por ejemplo, Bartz de FF V es un bailarín, Tidus de FF X un acróbata, Zidane de FF IX pelea en el aire, el Guerrero de la Luz de FF I tiene que mantener los pies en el suelo; Sephiroth de FF VII atacará de frente, Kefka de FF VI lo hará a traición, el Emperador de FF II podrá hacer uso de múltiples trampas para evitar confrontaciones directas. Resulta muy entretenido, y nada frustrante, ponerse a aprender a manejar cada personaje.
Sobre la música del juego... bueno, no hay mucho de nuevo que no haya aparecido antes en la serie de Final Fantasy, pero ese no mucho (de Takeharu Ishimoto) es bastante, bastante bueno. Los nuevos arreglos de viejas canciones de Nobuo Uematsu son una delicia para escuchar; si son fans y no quieren el juego, les recomiendo que al menos consigan el soundtrack.
Ya para terminar, ¿qué hay que decir del doblaje? Sólo puedo, como es natural, pasarles mis impresiones de lo que se hizo en inglés. Hay un poco de todo; actuaciones buenas y no tan buenas, pero prefiero centrarme en estas últimas: Gerald C. Rivers está grandioso como Exdeath, el villano de FF V; Aaron Spann, un chico menor de veinte, está perfecto como el Onion Knight de FF III; Johnny Yong Bosch como Firion de FF II me gustó tanto que no me creí que la última vez que supe de él andaba de Power Ranger; Bartz y Zidane le quedaron muy bien a sus respectivos Jason Spisak y Bryce Papenbrook; quienes repiten papel (Steve Burton como Cloud de FF VII, Yuri Lowenthal como Cecil y Peter Beckman como Golbez, ambos de FF IV, James Arnold Taylor como Tidus) hacen lo suyo, aunque a algunos (George Newbern como Sephiroth) ya se les oye un poquito cansados. Al único que hubiera mandado a volar es a Rodger Parsons, que hace la narración del juego y le pone el mismo sentimiento que una caja de zapatos.
¿Únicos puntos débiles del juego? La maldita cámara automática. También, que uno se queda con ganas de más, sobre todo en lo que respecta a la historia, y sobre todo si le tiene cariño a la serie. Si hubiera una segunda parte donde fuera posible manejar más personajes, me lanzaría de cabeza a ella sin pensármelo dos veces.
Casi se me olvida: sí, es posible armar peleas en línea, pero no las he podido probar (no me he puesto de acuerdo con nadie que tenga el juego y sea tan clavado como yo).
Aquí hay un video, de GameTrailers, donde se puede ver una muestra de las secuencias de lucha. La canción de fondo es el tema del juego, The Messenger, interpretado y coescrito por Your Favorite Enemies.
Y aquí está el impresionante intro del juego (el video está invertido).
Recomendaciones: Va a sonar repetitivo: para fans de Final Fantasy, de preferencia los más antiguos; si han pasado por TODA la serie o, como una servidora, tienen veinte años siguiéndola, este título no los va a decepcionar; se va a sentir, como alguna vez le mencioné a mi amigo Sora, como una reunión muy agitada de viejos amigos. Para fans de juegos de pelea que quieren probar algo nuevo; por si las dudas y en comparación con otros fighters, reduzcan la calificación de cuatro estrellas a tres.
Abstenerse: Si no conocen Final Fantasy ni siquiera de oídas; no vale la pena comprarse el juego sólo porque se ve bonito.
4 comentarios:
Ah, excelente review, Aisling. Estoy de acuerdo en absolutamente todo lo que mencionas. Algo que también me gustó (y que supongo no mencionaste por evitar spoilers (así que ojo, los que no quieran spoilers)), es que de los 2 personajes que desbloqueas, uno del XI y otro del XII, el del XII sea Gabranth. No sabes, Ais, no sabes el miedo que tenía de que fueran a meter al ******* de Vaan, que ni siquiera es el protagonista del XII aunque lo pongan en la portada como tal. ¿Pero Gabranth? Wow, qué personaje, en serio =D
E insisto, en realidad no tengo nada que agregar porque concuerdo contigo en todo. Así que más de 90 horas, ¿eh? Wow, se ve que sí te clavaste. Pero es que sí, si eres fan de los Final Fantasy, Dissidia te gusta, sin duda. Lo que me temo es que si llegan a sacar el 2 (que lo dudo, pero uno nunca sabe), obvio van a meter a Lightning como representante del XIII. Yep, I ain't happy about that. La monita no me gusta ni por su forma de ser, ni físicamente (a Vanille al menos le tapamos la boca y tienes a una chica guapa). Pero bueno, en serio dudo que saquen secuela, al menos en unos buenos años.
Saludos! ^_^
Ya tengo que leer hoy en el camino. siempre he querido saber de alguien ecuanime algo sobre DFF
Ah, final fantasy.
Me llamo la atención el juego y el video de intro que nos compartiste. La trama eterna de las nubles esponjadas vs el violento magma.
El render 3d del intro está muy detallado, y aunque no reconozco a la mitad de los personajes (me quedé en FF6, el último para snes) el juego se ve forrado de nostalgia.
Arg, me dan ganas de revivir todo FF (1-6)... good times.
P.D.
Un tipo con una espada que es pistola en su empuñadura? Que ridiculo! n_n
Mmmmmmmmmmmm
Para ser un juego de peleas, pues puede que no tenga una satisfacción completa a los que son fan de este genero.
Es bueno que hicieran el sistema algo facil para el jugador, sin embargo para aquellos exigentes en el genero como que no van a sentir un gran reto en sus manos.
Se me hace muy padre ver a un gran numero de personajes del Final, además eso de subir nivel y tener oros es divertido.
Creo que es un buen juego, no llegando a exigir que pueda ser un gran contendiente en el ambito de juegos de peleas. Yo recomendaria más que probaran juegos como Super Street Fighter IV, BlazBlue (hay una versión para el psp muuy buena por cierto), o Marvel VS. Capcom 2 (disponible en PSN y Xbox Live)...
Y ya viene el Marvel vs. Capcom 3 el rey regresa despues de 10 años jojojo.
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