Me he estado retrasando con las entradas en estos días; el trabajo no para (gracias a Dios, aunque me gustaría también que los pagos fueran puntuales) y no hay mucho tiempo, el alimento principal tanto de la inspiración como de la disciplina que la precede. Tengo pendientes para el blog tres artículos sobre la Feria del Libro del año pasado (sí, ya sé que el tema se está enfriando), uno sobre la Biblioteca Iberoamericana de Guadalajara (no es lo que se imaginan), dos o tres recetas, y por el estilo. Pero como todo ello se encuentra, cuando mucho, a medias, espero que les agrade esto que estoy preparando.
Me gustaría platicarles de Fantaghirò, una serie de cinco películas fantásticas italianas, no muy conocidas para el público general, pero con una popularidad subterránea que ya las ha clasificado como “de culto”. Salieron para televisión en los noventa, pero tenían un inequívoco sentimiento ochentero, y pronto acumularon un buen número de seguidores.
Cuando se habla de cine fantástico italiano, uno inmediatamente se remite al aspecto más conocido y comercial de los ochenta y noventa, donde nos estuvo cayendo una generosa porción de historias de bárbaros con el torso perfectamente depilado y señoritas guerreras en bikini. No todo ello era malo; apreciamos los músculos de Lou Ferrigno por primera vez en una de éstas y Hollywood se nutrió de las ideas raras de Dino de Laurentiis y la calidad de producción de su hija Rafaella. Pero Fantaghirò, una verdadera joya, cayó en la oscuridad de los videoclubes primero y luego en las rebajas de VHS de las tiendas, con el nombre cambiado a La caverna de la rosa dorada. No fue sino hasta casi casi principios del nuevo siglo (cuando la adaptación a la pantalla grande de El Señor de los Anillos ya era mucho más que un rumor) cuando el canal 40 de México, DF, organizó su propia semana de fantasía y transmitió las películas, una tras otra, en el verano de un año que por ahorita se me escapa de la memoria. Yo había visto la primera y la segunda, pero desconocía que hubiera más. Y la verdad que fue uno de los mejores descubrimientos de mi vida.
Encontré la primera película de Fantaghiró cuando vine a vivir a Guadalajara (en un barrio que entonces era un verdadero yermo), y me puse a verla sin esperar la gran cosa. Inmediatamente supe lo que era: otra de esas producciones italianas de bajo presupuesto que de seguro tendrían que agradecerle más a Conan que a Tolkien. Los efectos especiales eran pésimos y las escenas de espadazos no tenían nada de espectacular. Con todo, algo de la película me atrapó desde el primer momento: los inteligentes diálogos, los hermosos escenarios, el argumento perfecto y la música, que tenía un... bueno, un dejo a Ladyhawke difícil de olvidar.
La serie está muy libremente basada en un cuento tradicional recogido por Italo Calvino (que recuenta la conocida historia de la doncella guerrera), y se produjo entre 1991 y 1996. Para dejarnos de rodeos, permítanme contarles un poquito de la historia.
Fantaghiró (interpetada por la increíblemente bonita Alessandra Martines) fue la última oportunidad de su padre, el rey de un lejano país (Mario Adorf) de tener un hijo varón; para acabarla de amolar, la niña no es ningún modelo de docilidad, elegancia y conformismo, cualidades que se esperan de una dama y que sus hermanas mayores, Caterina (Ornella Marcucci) y Carolina (Katerina Brozova) cumplen a la perfección. Uno de sus primeros actos de rebeldía, de hecho, es aprender a leer (¡oh, el horror!). Pero Fantaghirò está dispuesta a llegar más lejos: cuando un reino vecino decide reanudar hostilidades con el suyo, ella quiere aprender a usar las armas para tomar el lugar de su envejecido padre en la lucha.
Por supuesto que por el lado de la familia nadie la apoyará en su proyecto, pero a Fantaghiró la ayuda secretamente la Bruja Blanca (Ángela Molina), una poderosa dama que estuvo presente el día de su nacimiento, y que la entrena bajo la figura de un Caballero Blanco. Para emular a su maestra, Fantaghiró decide hacerse pasar por hombre y retar a duelo al general del ejército enemigo, a su vez un hijo de rey. Pero el encuentro con el príncipe Romualdo (Kim Rossi Stuart, el primero de varios hombres de belleza extraordinaria que pasarían por la historia) va a desatar más que un conflicto en el decidido corazón de la princesa.
Ya resuelto el problema, Romualdo y Fantaghirò se convierten en una pareja nada convencional, más de cómplices y amigos que de enamorados; la segunda película, menos original y dinámica que la primera, los enfrenta a una nueva villana, la Bruja Negra (Briggitte Nielsen en plan casi cómico), pero tras ese pequeño tropiezo, la serie se levanta hasta el cielo en la tercera película, principalmente por la aparición del malvado mago Tarabas (Nicholas Rogers, un ex modelo, ni más ni menos), que le robó el corazón a la mayor parte de las fans, y que en la cuarta de la serie recurre a Fantaghirò para enfrentarse a su padre, el hechicero Darken (Horst Buchholz) y aclarar algunas cosas con su madre, Xelesia (Ursula Andress); Tarabas se ha prendado de Fantaghirò, pero el amor de ella le pertenece a Romualdo, si bien Kim Rossi Stuart ya no quiso repetir el papel y tuvieron que reemplazarlo por escenas de los filmes anteriores.
La quinta película fue un verdadero desbarajuste: la Bruja Negra envía a Fantaghirò a una especie de dimensión paralela (para ahorrarse el tener que explicar la ausencia de prácticamente todo el resto del elenco) y ella tiene que enfrentarse a otro villano sobrenatural, que entre otras cosas ha hecho que los alimentos cobren vida y comiencen a devora a la gente(?). Las salidas ingeniosas del guión, el talento Martines y la aparición de otro carita, Luca Venantini como el guerrero Aries, nuevo compañero de aventuras de Fantaghiró, no bastaron para salvar al film de un merecido fracaso, y mandaron al diantre los planes de una sexta y última película.
Los fans, sin embargo, no se olvidaron de Fantaghirò, y han mantenido la serie fresca en su memoria y en el internet; no han faltado foros, páginas, videos de homenaje en youtube y peticiones on line, como la que una servidora acaba de firmar, para que el número seis de la serie se produzca por fin. En España se produjo una serie animada de 26 episodios que por desgracia no se ha visto en México. (Aquí hay un link a su página, muy simpática por cierto).
Los aspectos negativos de la saga de Fantaghirò no opacan su genialidad. Entre otros detalles que uno halla en ella, está la banda sonora, punto menos que épica, compuesta por Amedeo Minghi (aunque ustedes no lo crean, un cantautor pop de los setenta); la idea más brillante de cómo representar un dragón cuando uno no tiene dinero; y extravagancias como mi escena favorita de la cuarta película, en la que Tarabas se está bañando en un río (no, no piensen mal) y se embarca en una conversación mortalmente seria con una rana y una tortuga parlantes (y obviamente de plástico).
Ahora, si uno quiere ver las películas de Fantaghirò, pues ahora sí hay que correr con suerte; no se han editado en DVD fuera de Italia y Alemania, donde nunca dejaron de estar disponibles, lo mismo que la maravillosa música. No falta quien haya subido pedazos aquí y allá en youtube. Sería genial que quienes hayan heredado material del canal 40 volvieran a pasarlas por televisión (el doblaje al español es muy bueno).
Como sea, si alguna vez tienen oportunidad, no dejen de ver la saga de Fantaghirò. Para abrirles un poco el apetito, aquí les dejo este video con escenas de la primera película y, de fondo, el precioso tema principal, Mio Nemico (enemigo mío), de Minghi.
Me gustaría platicarles de Fantaghirò, una serie de cinco películas fantásticas italianas, no muy conocidas para el público general, pero con una popularidad subterránea que ya las ha clasificado como “de culto”. Salieron para televisión en los noventa, pero tenían un inequívoco sentimiento ochentero, y pronto acumularon un buen número de seguidores.
Cuando se habla de cine fantástico italiano, uno inmediatamente se remite al aspecto más conocido y comercial de los ochenta y noventa, donde nos estuvo cayendo una generosa porción de historias de bárbaros con el torso perfectamente depilado y señoritas guerreras en bikini. No todo ello era malo; apreciamos los músculos de Lou Ferrigno por primera vez en una de éstas y Hollywood se nutrió de las ideas raras de Dino de Laurentiis y la calidad de producción de su hija Rafaella. Pero Fantaghirò, una verdadera joya, cayó en la oscuridad de los videoclubes primero y luego en las rebajas de VHS de las tiendas, con el nombre cambiado a La caverna de la rosa dorada. No fue sino hasta casi casi principios del nuevo siglo (cuando la adaptación a la pantalla grande de El Señor de los Anillos ya era mucho más que un rumor) cuando el canal 40 de México, DF, organizó su propia semana de fantasía y transmitió las películas, una tras otra, en el verano de un año que por ahorita se me escapa de la memoria. Yo había visto la primera y la segunda, pero desconocía que hubiera más. Y la verdad que fue uno de los mejores descubrimientos de mi vida.
Encontré la primera película de Fantaghiró cuando vine a vivir a Guadalajara (en un barrio que entonces era un verdadero yermo), y me puse a verla sin esperar la gran cosa. Inmediatamente supe lo que era: otra de esas producciones italianas de bajo presupuesto que de seguro tendrían que agradecerle más a Conan que a Tolkien. Los efectos especiales eran pésimos y las escenas de espadazos no tenían nada de espectacular. Con todo, algo de la película me atrapó desde el primer momento: los inteligentes diálogos, los hermosos escenarios, el argumento perfecto y la música, que tenía un... bueno, un dejo a Ladyhawke difícil de olvidar.
La serie está muy libremente basada en un cuento tradicional recogido por Italo Calvino (que recuenta la conocida historia de la doncella guerrera), y se produjo entre 1991 y 1996. Para dejarnos de rodeos, permítanme contarles un poquito de la historia.
Fantaghiró (interpetada por la increíblemente bonita Alessandra Martines) fue la última oportunidad de su padre, el rey de un lejano país (Mario Adorf) de tener un hijo varón; para acabarla de amolar, la niña no es ningún modelo de docilidad, elegancia y conformismo, cualidades que se esperan de una dama y que sus hermanas mayores, Caterina (Ornella Marcucci) y Carolina (Katerina Brozova) cumplen a la perfección. Uno de sus primeros actos de rebeldía, de hecho, es aprender a leer (¡oh, el horror!). Pero Fantaghirò está dispuesta a llegar más lejos: cuando un reino vecino decide reanudar hostilidades con el suyo, ella quiere aprender a usar las armas para tomar el lugar de su envejecido padre en la lucha.
Por supuesto que por el lado de la familia nadie la apoyará en su proyecto, pero a Fantaghiró la ayuda secretamente la Bruja Blanca (Ángela Molina), una poderosa dama que estuvo presente el día de su nacimiento, y que la entrena bajo la figura de un Caballero Blanco. Para emular a su maestra, Fantaghiró decide hacerse pasar por hombre y retar a duelo al general del ejército enemigo, a su vez un hijo de rey. Pero el encuentro con el príncipe Romualdo (Kim Rossi Stuart, el primero de varios hombres de belleza extraordinaria que pasarían por la historia) va a desatar más que un conflicto en el decidido corazón de la princesa.
Ya resuelto el problema, Romualdo y Fantaghirò se convierten en una pareja nada convencional, más de cómplices y amigos que de enamorados; la segunda película, menos original y dinámica que la primera, los enfrenta a una nueva villana, la Bruja Negra (Briggitte Nielsen en plan casi cómico), pero tras ese pequeño tropiezo, la serie se levanta hasta el cielo en la tercera película, principalmente por la aparición del malvado mago Tarabas (Nicholas Rogers, un ex modelo, ni más ni menos), que le robó el corazón a la mayor parte de las fans, y que en la cuarta de la serie recurre a Fantaghirò para enfrentarse a su padre, el hechicero Darken (Horst Buchholz) y aclarar algunas cosas con su madre, Xelesia (Ursula Andress); Tarabas se ha prendado de Fantaghirò, pero el amor de ella le pertenece a Romualdo, si bien Kim Rossi Stuart ya no quiso repetir el papel y tuvieron que reemplazarlo por escenas de los filmes anteriores.
La quinta película fue un verdadero desbarajuste: la Bruja Negra envía a Fantaghirò a una especie de dimensión paralela (para ahorrarse el tener que explicar la ausencia de prácticamente todo el resto del elenco) y ella tiene que enfrentarse a otro villano sobrenatural, que entre otras cosas ha hecho que los alimentos cobren vida y comiencen a devora a la gente(?). Las salidas ingeniosas del guión, el talento Martines y la aparición de otro carita, Luca Venantini como el guerrero Aries, nuevo compañero de aventuras de Fantaghiró, no bastaron para salvar al film de un merecido fracaso, y mandaron al diantre los planes de una sexta y última película.
Los fans, sin embargo, no se olvidaron de Fantaghirò, y han mantenido la serie fresca en su memoria y en el internet; no han faltado foros, páginas, videos de homenaje en youtube y peticiones on line, como la que una servidora acaba de firmar, para que el número seis de la serie se produzca por fin. En España se produjo una serie animada de 26 episodios que por desgracia no se ha visto en México. (Aquí hay un link a su página, muy simpática por cierto).
Los aspectos negativos de la saga de Fantaghirò no opacan su genialidad. Entre otros detalles que uno halla en ella, está la banda sonora, punto menos que épica, compuesta por Amedeo Minghi (aunque ustedes no lo crean, un cantautor pop de los setenta); la idea más brillante de cómo representar un dragón cuando uno no tiene dinero; y extravagancias como mi escena favorita de la cuarta película, en la que Tarabas se está bañando en un río (no, no piensen mal) y se embarca en una conversación mortalmente seria con una rana y una tortuga parlantes (y obviamente de plástico).
Ahora, si uno quiere ver las películas de Fantaghirò, pues ahora sí hay que correr con suerte; no se han editado en DVD fuera de Italia y Alemania, donde nunca dejaron de estar disponibles, lo mismo que la maravillosa música. No falta quien haya subido pedazos aquí y allá en youtube. Sería genial que quienes hayan heredado material del canal 40 volvieran a pasarlas por televisión (el doblaje al español es muy bueno).
Como sea, si alguna vez tienen oportunidad, no dejen de ver la saga de Fantaghirò. Para abrirles un poco el apetito, aquí les dejo este video con escenas de la primera película y, de fondo, el precioso tema principal, Mio Nemico (enemigo mío), de Minghi.
6 comentarios:
Aaaaaaaaah! Se ve bien, y no la tienen en donde rento DVDs... y cómo la iban a tener, si dices que sólo salió en DVD en Italia y Alemania. Trataré de conseguirla, que se ve muy interesante.
En este hilo parece que puedes descargar las tres primeras por partes vía megaupload, aunque requiere registro previo para ver los links
1ª película
2ª película
3ª película
Habrá que verla, que tiene buena pinta...
Pei: Siempre existe la vía ilegal (ver abajito), que la verdad justifico en estos casos. Yo quisiera que volvieran a dar esto en televisión para grabarlo. Si así sucede, por Dios que yo misma me encargaría de la distribución (cielos, ya estoy hablando de crímenes aquí).
Fará: ¡Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias por las ligas! =D
Y sí, con la mano en la cintura (con toda seguridad) estas películas van a gustarte.
Gracias!!!! Hace muchos años, un canal peruano de señal abierta emitió la serie completa, lástima que no la repitió `_´Así mismo, vi un video resumen en blockbuster (antes de que quebrara), pero desde entonces, me conformo con las fotos del bellísimo Kim Rossi Stuart. Este chico la pega muy bien de galán ^^
A propo, busco el cuento de Italo Calvino... alguien sabe dónde lo puedo dscargar??
Hola!! buscando y buscando, encontre este link en taringa... yo ya los estoy descargando ^_~
http://www.taringa.net/posts/downloads/4786743/Pel%C3%ADculas-de-Fantas%C3%ADa:-Fantaghir%C3%B2,-Conan-y-otros.html
que las disfruten!!!
¡Muchísimas gracias, Kelly! =D
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