Mi familia siempre fue aficionada a los toros (tengo de hecho un bisabuelo torero) así que hubo un tiempo en el que estuve cerca, demasiado cerca, del mundillo taurino y sus ires y venires. Coincidió con la época en la que una servidora era lo suficientemente ingenua como para creer que la educación y la cultura eran algo que todo el mundo buscaba y todo el mundo recibía, más o menos en los mismos grados (yo tenía como seis años, así que imagínense). Me llevaban a las corridas de toros y sé por experiencia que lo único que hace falta para disfrutar de semejante espectáculo es una total, absoluta indiferencia ante el dolor ajeno; algo que no le cuesta trabajo a uno adquirir de niño si le dicen que los animales no sienten.
Cuando de hecho me hice antitaurina, mi familia insitió todavía algún tiempo en inculcarme “la afición”, pero ya era demasiado tarde; no sólo había discubierto mi vocación como amante de los animales sino, para empeorar, que un rumor al que jamás le hubiera dado crédito antes era muy cierto: los toreros rara, muy rara vez son personas cultas o educadas. No tienen tiempo o no les importa. Comencé a darme cuenta cuando cierto torero zacatecano, al fracasar, no tuvo más remedio que encontrar trabajo como conserje de un hospital. Pero, ¿no pudo haber hecho otra cosa?, pregunté, porque el muchacho no me caía mal... aún. No, porque no tiene escuela, me contestaron. Ah. Oh. Pero eso sería apenas el principio.
Quisiera que, pese a la seriedad del asunto, esta pequeña entrada los hiciera reír un poquito, y que la tomaran como homenaje a la incultura, a la falta de compasión, al egoísmo y a la pedantería que permean la llamada “fiesta brava”. La voz que van a escuchar a continuación es de hecho la del torero favorito de mi mamá, el difunto Manolo Martínez, en una entrevista que le hizo el periodista James R. Fortson (mexicano; no se dejen engañar por el nombre) y que se publicó en su libro Cara a cara, de Editorial Grijalbo (1973). Los siguientes fragmentos les darán una idea bastante clara de los alcances intelectuales del diestro, y posibemente también de su calidad humana.
FORTSON: ¿En qué consiste, desde tu punto de vista, el arte en el toreo?
MARTÍNEZ: Pues... no sé. Desde luego, yo le llamo “arte” sin poder describirte exactamente lo que es arte, porque esa palabra, por lo que he oído... (Yo no soy una persona que esté completamente enterada de lo que en realidad es el arte, ni podría describírtelo... yo creo que a lo mejor la palabra “arte” ni siquiera existe en ninguna enciclopedia... o a lo mejor sí, ¿verdad?)... ¿Qué puede ser el arte para mí?... Además, yo nunca he abierto una enciclopedia... Para mí, arte es belleza.
Lo bueno es que nunca se le ocurrió buscar en un diccionario.
FORTSON: ¿Piensas tú que el desarrollo de las sociedades contemporáneas induce al desprecio por la fiesta taurina, considerándola como un espectáculo fundamentalmente burgués que tiende a desaparecer?
MARTÍNEZ: ¿Cómo?... Repíteme la pregunta.
Esto sería una constante en la entevista.
FORTSON: ¿Cuál es tu opinión acerca de la individualidad?
MARTÍNEZ: ¿La individualidad?... Pues yo creo que ser un individuo, en lo que sea, o sea individualidad, uno solo, en lo que sea, es ser lo máximo.
¿Que qué?
FORTSON: ¿Te preocupa la circunstancia social de los mexicanos; de nuestros compatriotas?
MARTÍNEZ: ¿De nuestros compatriotas?... No he tenido tiempo de pensar en ellos.
Según la gente que lo conoció, era obvio que el señor no pensaba más que en sí mismo.
FORTSON: ¿Crees en la parapsicología?
MARTÍNEZ: Primero explícame qué es parapsicología...
Es como la psicología, pero se detiene en un punto determinado (por aquello de que “para”).
FORTSON: ¿Cómo describirías tú el rito del vestirse de un torero?
MARTÍNEZ: La gente dice que es un rito... Bueno, a propósito, ¿qué es “rito”?
Fácil: Un niño nacido y bautizado en el día de Santa Rita.
FORTSON: ¿Hasta qué punto es verdad que, en ciertos aspectos, el medio taurino es misógino?
MARTÍNEZ: ¿Qué es “misógino”?
Un remedio genital hecho con pasta fermentada de soya.
FORTSON: Manolo, ¿eres putañero?
MARTÍNEZ: Ponle “mujeriego” en la entrevista; no le vayas a poner “putañero”.
Milagro que esta palabrita tan extraña sí la entendiera...
FORTSON: ¿Sientes la necesidad de ser el mejor en lo que sea?
MARTÍNEZ: Sí; sí siento la necesidad de ser el mejor.
FORTSON: ¿Por qué?
MARTÍNEZ: No sé por qué.
Si estuviera vivo ahora, le obsequiaría con mucho gusto una “pokebola”.
FORTSON: ¿No crees que eres un poco compulsivo en ese sentido?
MARTÍNEZ: ¿Qué es “compulsivo”?
Sigh.
FORTSON: ¿Estás de acuerdo en que primero eres un ser humano que un torero?
MARTÍNEZ: Pues sí, estoy de acuerdo en que primero soy un ser humano que un torero; pero me interesa más ser torero que ser humano.
No creo que sea el único. Betty Boop le hubiera cantado “Be Human”. Curioso que para solicitar compasión hacia los animales se apele a la “humanidad” de las personas.
FORTSON: ¿Sientes angustia existencial?
MARTÍNEZ: Bueno, explícame qué es “existencial”.
Unas líneas más adelante, Fortson también tiene que explicarle lo que es “angustia”.
Simpático el señor, ¿verdad? Bueno, por si se preguntaron qué ha ocurrido con mi familia en este ámbito. pues aunque todos siguen defendiendo a la fiesta brava (bueno, más o menos), hace años que no ven una corrida de toros, ni siquiera por televisión.... lentamente la balanza se ha estado inclinando a mi favor. Y aparte de pleitos que no pasan a mayores, el asunto ha estado lleno de momentos de humor, el mismo sentido del humor con el que espero que mi mamá se ría de todo esto. Como aquella ocasión en la que le corté la inspiración a mi hermana, que tarareaba un popular pasodoble de Agustín Lara:
MI HERMANA: Un domingo en la tardeeeee... se tiró al rueeeedooo...
YO: ¿A quién...?
Me gusta participar lo más activamente que pueda en los movimientos antitaurinos, pero estoy convencidísima que el toreo está en serio peligro de extinción, al menos en mi país, y sobre ello mucho berrean y gimotean los expertos mexicanos (casi todos mayores de cincuenta) en sus programas de radio dominicales. Por mí encantada.
Cuando de hecho me hice antitaurina, mi familia insitió todavía algún tiempo en inculcarme “la afición”, pero ya era demasiado tarde; no sólo había discubierto mi vocación como amante de los animales sino, para empeorar, que un rumor al que jamás le hubiera dado crédito antes era muy cierto: los toreros rara, muy rara vez son personas cultas o educadas. No tienen tiempo o no les importa. Comencé a darme cuenta cuando cierto torero zacatecano, al fracasar, no tuvo más remedio que encontrar trabajo como conserje de un hospital. Pero, ¿no pudo haber hecho otra cosa?, pregunté, porque el muchacho no me caía mal... aún. No, porque no tiene escuela, me contestaron. Ah. Oh. Pero eso sería apenas el principio.
Quisiera que, pese a la seriedad del asunto, esta pequeña entrada los hiciera reír un poquito, y que la tomaran como homenaje a la incultura, a la falta de compasión, al egoísmo y a la pedantería que permean la llamada “fiesta brava”. La voz que van a escuchar a continuación es de hecho la del torero favorito de mi mamá, el difunto Manolo Martínez, en una entrevista que le hizo el periodista James R. Fortson (mexicano; no se dejen engañar por el nombre) y que se publicó en su libro Cara a cara, de Editorial Grijalbo (1973). Los siguientes fragmentos les darán una idea bastante clara de los alcances intelectuales del diestro, y posibemente también de su calidad humana.
FORTSON: ¿En qué consiste, desde tu punto de vista, el arte en el toreo?
MARTÍNEZ: Pues... no sé. Desde luego, yo le llamo “arte” sin poder describirte exactamente lo que es arte, porque esa palabra, por lo que he oído... (Yo no soy una persona que esté completamente enterada de lo que en realidad es el arte, ni podría describírtelo... yo creo que a lo mejor la palabra “arte” ni siquiera existe en ninguna enciclopedia... o a lo mejor sí, ¿verdad?)... ¿Qué puede ser el arte para mí?... Además, yo nunca he abierto una enciclopedia... Para mí, arte es belleza.
Lo bueno es que nunca se le ocurrió buscar en un diccionario.
* * *
FORTSON: ¿Piensas tú que el desarrollo de las sociedades contemporáneas induce al desprecio por la fiesta taurina, considerándola como un espectáculo fundamentalmente burgués que tiende a desaparecer?
MARTÍNEZ: ¿Cómo?... Repíteme la pregunta.
Esto sería una constante en la entevista.
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FORTSON: ¿Cuál es tu opinión acerca de la individualidad?
MARTÍNEZ: ¿La individualidad?... Pues yo creo que ser un individuo, en lo que sea, o sea individualidad, uno solo, en lo que sea, es ser lo máximo.
¿Que qué?
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FORTSON: ¿Te preocupa la circunstancia social de los mexicanos; de nuestros compatriotas?
MARTÍNEZ: ¿De nuestros compatriotas?... No he tenido tiempo de pensar en ellos.
Según la gente que lo conoció, era obvio que el señor no pensaba más que en sí mismo.
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FORTSON: ¿Crees en la parapsicología?
MARTÍNEZ: Primero explícame qué es parapsicología...
Es como la psicología, pero se detiene en un punto determinado (por aquello de que “para”).
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FORTSON: ¿Cómo describirías tú el rito del vestirse de un torero?
MARTÍNEZ: La gente dice que es un rito... Bueno, a propósito, ¿qué es “rito”?
Fácil: Un niño nacido y bautizado en el día de Santa Rita.
* * *
FORTSON: ¿Hasta qué punto es verdad que, en ciertos aspectos, el medio taurino es misógino?
MARTÍNEZ: ¿Qué es “misógino”?
Un remedio genital hecho con pasta fermentada de soya.
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FORTSON: Manolo, ¿eres putañero?
MARTÍNEZ: Ponle “mujeriego” en la entrevista; no le vayas a poner “putañero”.
Milagro que esta palabrita tan extraña sí la entendiera...
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FORTSON: ¿Sientes la necesidad de ser el mejor en lo que sea?
MARTÍNEZ: Sí; sí siento la necesidad de ser el mejor.
FORTSON: ¿Por qué?
MARTÍNEZ: No sé por qué.
Si estuviera vivo ahora, le obsequiaría con mucho gusto una “pokebola”.
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FORTSON: ¿No crees que eres un poco compulsivo en ese sentido?
MARTÍNEZ: ¿Qué es “compulsivo”?
Sigh.
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FORTSON: ¿Estás de acuerdo en que primero eres un ser humano que un torero?
MARTÍNEZ: Pues sí, estoy de acuerdo en que primero soy un ser humano que un torero; pero me interesa más ser torero que ser humano.
No creo que sea el único. Betty Boop le hubiera cantado “Be Human”. Curioso que para solicitar compasión hacia los animales se apele a la “humanidad” de las personas.
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FORTSON: ¿Sientes angustia existencial?
MARTÍNEZ: Bueno, explícame qué es “existencial”.
Unas líneas más adelante, Fortson también tiene que explicarle lo que es “angustia”.
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Simpático el señor, ¿verdad? Bueno, por si se preguntaron qué ha ocurrido con mi familia en este ámbito. pues aunque todos siguen defendiendo a la fiesta brava (bueno, más o menos), hace años que no ven una corrida de toros, ni siquiera por televisión.... lentamente la balanza se ha estado inclinando a mi favor. Y aparte de pleitos que no pasan a mayores, el asunto ha estado lleno de momentos de humor, el mismo sentido del humor con el que espero que mi mamá se ría de todo esto. Como aquella ocasión en la que le corté la inspiración a mi hermana, que tarareaba un popular pasodoble de Agustín Lara:
MI HERMANA: Un domingo en la tardeeeee... se tiró al rueeeedooo...
YO: ¿A quién...?
Me gusta participar lo más activamente que pueda en los movimientos antitaurinos, pero estoy convencidísima que el toreo está en serio peligro de extinción, al menos en mi país, y sobre ello mucho berrean y gimotean los expertos mexicanos (casi todos mayores de cincuenta) en sus programas de radio dominicales. Por mí encantada.
17 comentarios:
Sobre el serio peligro de extinción del toreo: Bueno... no hace falta ser antitaurino para decir que yo, como seguramente la mayoría de los mexicanos, no lo vamos a extrañar...
Y yo también soy antitaurino, sólo que pasivo. Quizá porque en mi familia nunca ha habido discusión sobre el tema. A todos nos parece cruel.
Mmmm no creo que este en tan peligro de extinción, pero si poco a poco va perdiendo más y más seguidores.
Aun hay mucha gente fanatica de esto, muchos son narradores o comentaristas de programas de deporte, que digamos en lo que cabe tienen influencia sobre la gente y los que lo rodean.
Hay muchas corridas que se hacen (incluyendo la temporada taurina que se hace en la plaza de toros del DF), pero las más peligrosas son las clandestinas y que pienso que son las que son las que más atrae a la gente a esto (aunque también son las más peligrosas).
Esta "tradición" deberia desaparecer, es un espectaculo grotesco (si quiero ver masacre, mejor juego Gears of War 2), pero como dicen por ahí "hierba mala nunca muere".
Contestada en varias partes.
Parte uno.
Cultura es todo lo que hace el ser humano. No hay una "Cultura" con mayúscula.
En dado caso, si uno hace analogía con los videojuegos, tampoco son cultura, muchos menos Cultura.
Hehehe, ese torero es divertidísimo, seguramente no tuvo idea de lo que decía durante toda la entrevista.
:P
¡Que gran post, mi querida Aisling!
Obvio que me fascinó la entrevista a Manolo Martínez, pero lo más me gustó fue lo de "se tiró al rueeeeedooo".
Al igual que muchos, estoy en contra de la "fiesta brava" y, en efecto, espero que desaparezca en un futuro.
Y pensar que no sólo hay gente que lo justifica como arte y cultura, sino hasta como fiesta. Saludos
Pues no sé de que te sorprende la incultura de ese señor. Acá en España, durante la mayor parte del siglo XX, la única manera de hacerse rico y famoso entre las clases humildes (por extensión, las más incultas) era hacerse torero o, si eras niña, folclórica. Nadie con dinero era tan insensato como para jugarse la vida agitando un trapito. El ejemplo más reciente de joyitas como la de la entrevista la tuvimos aquí con uno llamado Jesulín de Ubrique, que se hizo famoso con aquello de en dos palabras: im-prezionante
Incluso ya en los 80 todavía podía verse sobre la tele de cualquier hogar las típicas figuritas del toro y la sevillana sobre un mantel de ganchillo. Así nos ha quedado el topicazo: sol y playa, toros y pandereta.
Exceptuando algunas zonas y fiestas concretas donde la tradición está muy arraigada (San Isidro, San Fermín) así como en los pueblos de la España profunda (de provincias) sí es cierto que se nota una recesión importante en la afición, especialmente entre la gente joven y en las ciudades grandes. En la isla de Gran Canaria, donde vivo, jamás ha existido afición, pero teníamos una plaza de toros para los turistas (que es otra cosa que no entiendo, mucho criticar en sus países pero cuando vienen bien que se desgañitan a gritar olés). Finalmente la cerraron y las corridas de toros están prohibidas (en Francia tengo entendido que ocurre algo parecido, sólo se permiten en algunas zonas de larga tradición taurina).
Personalmente no me termino de situar ni a favor ni en contra, para mí es algo que me resulta un tanto ajeno, como de otra época, aunque sea la "fiesta nacional". Creo que es simple cuestión de tiempo, en un par de generaciones será historia.
¡Toreo! ¡Toreo! vivir el alma en el cuerpo....
me recordó a una canción que me molesta mucho.
Yo no soy una persona que este en contra o a favor del supuesto arte o arte taurino.
Lo que te puedo decir es que el pensamiento cambia con las épocas, yo que fui un principiante en este arte, al cambiar la época como los gustos se da uno cuenta de estas cosas sobre maltratar a los animales en este arte no esta bien.
Aunque a principios de esto, los toros eran tratados como reyes antes de la faena, ya que las personas sabían cual el destino que tenia el toro pero ahora ya no se hace esto.
Que entrevista fue esta, la cual hizo notar que casi todos los toreos no sabia nada de nada, simplemente las acciones que hacían cuando las realizaban en la gran faena.
Lo último que te puedo decir es que un animal caza por sobrevivir, un humano solamente por diversión, es lo que puedo que puedo decir acerca del aspecto humano, de nosotros depende que la humanidad no acabe con esta fabulosas criaturas que habitan el mundo.
Posdata: me gustan todos tipos de animales, desde los más tranquilos hasta los más peligrosos y venenosos que puedan ser.
Madre mía! Brutal! Genial! Y sobre todo, aplaudo mucho el estilo del post, Aisling. Divertido, pero al mismo tiempo se puede escuchar esa voz de protesta contra algo que no debería existir. Maravilloso post, como siempre.
(Y espero no estar echando un cerillo al almacén de fuegos pirtotécnicos con este paréntesis (sobre todo porque hay gente con la que simplemente no me gusta discutir), pero los videojuegos sí son cultura. So there.)
Un beso para ti, Aisling!
La nueva entrada que nos has proporcionado me ha parecido bastante divertida y al mismo tiempo me ha hecho recordar que en primero de primaria sentí admiración por el valor que mostró A. Lomelín al recoger sus entrañas después de haber sido severamente corneado. Con el paso del tiempo las únicas corridas que me gustan son las de algunos dibujos animados en donde los toros salen vivos, sin rasguños y bien contentos.
Qué buen post! Gracias por la risa... dentro de la tragedia.
Señorina, hay un meme para usted en mi nido, espero que tenga tiempo y ganas de hacerlo.
Un beso
¿Me puedes explicar la entrevista?
Eso de matar animales como de porte, no me gusta, me hace sentir mal y me dan ganas de matar a la gente que lo hace.
Creo que eso fue muy salvaje, pero me pone de malas. Creo que. Pero he aquí la contradicción, me gustaría ir a una plaza de Toros, para entender el "festejo". Pero sé que con esta acción contribuiría aque se mantenga.
¡Qué buenos comentarios! Me alegro mucho de que este post haya despertado tanto interés.
Fëluin: Tienes toda la razón; hasta ahorita nadie se ha quejado por la falta de luchas de gladiadores en el Coliseo de Roma ni las estúpidas guerras floridas.
Snake: No sabía que hubiera corridas clandestinas... pensaba que, como buen espectáculo socialmente tolerado, nadie se escondería para practicarlo. Supongo que las corridas clandestinas son más baratas, pues una de las razones por la que el público, al menos en Guadalajara, haya disminuído, es por el alto costo de ir a la plaza de toros. Los únicos que nunca faltan a la Nuevo Progreso son puros viejitos (irónicamente a los que se ofrece descuento siempre y cuando los arrojen a las filas de atrás) que además de su pase compran el de jóvenes veinteañeras que los acompañan, y a las que hace varios años unos alumnos y yo bautizamos con el gracioso nombre de "p*taurinas".
Y sí, cualquier videojuego es mejor que este "pasatiempito". Y más barato, además.
Pere: Creo que nos quedamos sólo en la parte 1... bueno, no importa. Por lo pronto tienes razón; cultura es todo lo que hace un ser humano. Como las guerras floridas. Y el holocausto. Por lo tanto, los videojuegos también lo son, ¿verdad? Y si no hay Cultura con mayúscula, no veo cómo los videojuegos no pueden serlo... ay, qué contradicciones.
Kit: ¡Y eso que sólo transcribí una pequeña parte de la entrevista! Pero sí, al hombre parece que, como decimos en Méixico, lo bajaron a tamborazos del cerro. Y pensar que alguna vez, como a todos los adultos, lo consideré una persona educada...
Sul: Je, je, je, si conseguí hacerte reír, ya me gané un punto. Ya desaparecerá la tauromaquia, y si Dios quiere nos tocará verlo en vida. Por lo pronto, la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara ya se usa para conciertos, carros chocones y otras ondas que tiene horrorizados a los taurinos. Apenas así la pueden mantener.
Iz: Muy triste ha de ser la vida de quienes llaman "fiesta" a esta carnicería. Deberían probar una salida con los amigos; si éstos son tan bestias como ellos, podrían liarse a golpes y tendrían el mismo entretenimiento.
Fará: Intenté encontrar el audio de ese señor Jesulín... lástima, no pude hacerlo. Pero eso que me explicas sobre los orígenes de la tauromaquia aclara muchas, muchísimas preguntas que me estuve haciendo de chica.
Una vez, una amigo mío, diseñador, participó en un concurso de spots publicitarios para cuando el invitado de honor de nuestra Feria del Libro fue España, hace ya algunos años. Su idea estaba basada en la tauromaquia; le dije que a los jueces españoles no les haría gracia puesto que estaban intentando sacudirse esa imagen del país, pero no me hizo caso. El spot ganador, cosa extraña, sí incluyó una sevillana.
Varios chicos y chicas que conocí fuera del país (cuando estuve en Cataluña no me atreví a tocar el tema) sí me dijeron que a los jóvenes no les interesaban ya las corridas de toros, y hay una buena cantidad de grupos que actúan en su contra. Buena suerte para ellos, y que no dejen de luchar.
Gabriel: ¡Gracias por visitar! Je, je, je... para que no haya molestias, te recomiendo la canción "Torero" de Ska P. Igual en ella me inspiré un poquito... :>
Los hombres, por desgracia, nos sentimos dueños de la creación, y pensamos que el planeta entero es nuestro almacén, nuestra bodega, nuestro coto de caza. No nos haría mal tener un poco más de respeto por las criaturas que tuvieron la desgracia de compartir el mundo con nosotros.
Pei: Gracias a Dios no eres un tanque de helio, porque de por sí tus palabras siempre me ponen a levitar a dos metros del cielo. =#> (ruborcito). Ah, y algún día hay que escribir algo sobre los videojuegos como Cultura con mayúscula, de esa que no existe. Si lo haces tú primero, yo encantada por seguir la plática. Por el cerillo no te preocupes, que el joven aquí presente no es tan incendiario.
Chendo: Por supuesto que me acuerdo de la destripada que el toro "Bermejo" le puso a Antonio Lomelín (lo vi en un libro de traumatología taurina de mi papá que me estuve leyendo en la secundaria cuando paraba en su trabajo de regreso a casa. No me hizo más aficionada, pero me ayudó para escribir mis historias de fantasía). De ahí en demás, me he vuelto lo suficientemente cruel como para aplaudir las cornadas. Ni modo, me surgió el instinto salvaje.
Raven: Gracias por el meme... ando trabajando en ello, aunque, ahora que me la pienso, no es tan fácil hacer un selección de música favorita... ¡hay tanto que quisiera incluír! Gracias también por comentar.
Thor: Creo que James Fortson habla como taurino en la entrevista, pero que fue más cronista que barbero. Y coincido contigo... matar animales por gusto no debería ser tolerado. Asistir a una corrida tal vez te ayude a entender un par de cosas, porque si le haces preguntas a un aficionado al respecto, lo más probable es que te responda con la elocuencia e inteligencia de Manolo Martínez (que, ya vimos, no eran precisamente abundantes) o que intente envolverte en montón de lugares comunes. Lee al respecto, ve videos si lo toleras. Si asistes a una cosa de ésas, paga lo menos posible. Eso hizo uno de mis alumnos, y al menos como experimento social resultó interesante. Su mejor descubrimiento fue un pedazo de papel del baño que colgaba de la bragueta abierta de un ancianito que iba del brazo de una joven p*taurina. Y eso fue el menor de los horrores que hizo que mi alumno y su novia despreciaran la "fiesta" para siempre. Ojalá que semejantes triunfos no requieran ya de mártires (me reiero a toros y caballos, que los humanos siguen estando ahí por su propia voluntad).
Sí, escribamos un artículo o post sobre los videojuegos como forma de Cultura... o mejor aún, escríbelo tú, que seguro lo harás mejor que yo. Can't hardly wait!
Hace no mucho una persona me prevenía de "usar las armas del enemigo", me citaba, profundamente, al repecto a un tal Tolkien.
¡Me encantó este post! ¡No sabía que los toreros fueran gente tan ignorante! Una tía mía también tenía un póster de Manolo Martínez... en el baño... Se me hacía muy raro.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Creo que la llamada "fiesta brava" (aunque sí forma parte de la cultura, como los videojuegos) es sólo una forma adornada de brutalidad. Por otro lado, parece que solita se va a ir muriendo.
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